Unos sevillanos luchan por cinco millones de dólares que reparte un príncipe saudí

Una competición internacional de robots reúne en Emiratos a los mejores ingenieros en este campo del mundo

Parte del equipo sevillano «Al-Robotics» ABC

M. TEROL

Un príncipe saudí -su Alteza Real, el Sultán Mohammed bin Zayed Al Nahyan- ha puesto cinco millones de dólares sobre la mesa para quienes sean capaces de diseñar los mejores robots aéreos y terrestres en una competición que tiene lugar estos días en el desierto de Emiratos Árabes. El noble , junto con una universidad local, ha creado un concurso bianual para los mejores ingenieros de aparatos no tripulados del mundo, los MBZIRC (Mohamed Bin Zayed Internationl Robotics Challenge). Y unos sevillanos han conseguido colarse en tan selecta cita científica.

El Sultán saluda a un robot ABC

«Al-Robotics» , el conjunto de Sevilla, está formado por la Universidad Hispalense -con Aníbal Ollero, los doctores Ángel Rodríguez, Jesús Capitán, Begoña Arrue y los doctorandos Francisco Real, Víctor Vega, Pablo Ramón y Julián Delgado-, miembros del centro de investigación aeroespacial andaluz FADA-CATEC y miembros también de la empresa de investigación GMV . Pero la competición es muy complicada. Desde el este equipo explican que se miden con «las universidades y centros de investigación de robótica más importantes de todo el mundo, procedentes de Estados Unidos, Europa y Asia ».

Llegar hasta Dubai , que es donde tiene lugar la competición, ya es un gran logro. Desde la organización destacan que han recibido 143 solicitudes de 35 países para acudir a luchar por los cinco millones de dólares. Y solo 25 equipo han sido seleccionados, entre ellos el de Sevilla. Esta competición en la élite mundial de la ingeniería es la apuesta de los Emiratos Árabes por la investigación y desarrollo de tecnología de drones y robots. De hecho la presentación de la competición, que tuvo lugar en 2015, fue protagonizada por dos robots, que acomodaron en sus asientos a los invitados.

Tres pruebas y la final

Esta especie de «gymkana» sobre robótica se compone de tres pruebas distintas. «En primer lugar, hacer aterrizar un robot aéreo en un coche en movimiento de forma completamente autónoma (desde el despegue hasta el aterrizaje), sin saber dónde se encuentra el coche inicialmente ni su trayectoria», explican desde el equipo sevillano.

La segunda prueba es usar un «sistema o robot terrestre no tripulado (UGV) para localizar una zona de trabajo y realizar tareas de mantenimiento con un brazo robótico de forma complemente autónoma». Por último, hay que utilizar tres robots aéreos que cooperen entre ellos de forma autónoma para detectar, localizar, recoger y depositar en sitios específicos objetos fijos y móviles.

Y no acaba ahí la cosa, explican los sevillanos . «En última instancia, se realizará una prueba o desafío final que combinará los tres retos planteados». Si ya es meritorio para un equipo andaluz llegar hasta esta competición , más lo es si se tiene en cuenta que es uno de los 12 equipos que tomarán parte de las tres pruebas y del test final.

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