JOSÉ MANUEL CUADRADO SE PONE LA CAPA Y LA BECA
El tuno más longevo de Sevilla ronda a sus 88 años en el monumento a la Inmaculada
Habían pasado seis décadas desde la última vez que José Manuel Cuadrado hizo una serenata a los pies de la Virgen
El próximo mes se cumplirán 88 años del nacimiento de José Manuel Cuadrado Montes, el Tuno más longevo que esta noche de viernes ha rondado en el monumento de la Plaza del Triunfo, en el Casco Histórico de Sevilla . Acompañado de su capa y la beca con los dos escudos de la antigua tuna Universitaria de Sevilla y de la Facultad de Medicina, ha vuelto a emocionarse tras haber pasado sesenta años desde la última vez que hizo una serenata a los pies de la Inmaculada.
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Nacido en el seno de una familia trianera, ingresó en 1.954 en la tuna universitaria -única existente en la ciudad durante gran parte de los años 50 – en donde tocó la bandurria y el laúd junto con su instrumento preferido, el violín, que estudió en el conservatorio.
Hace dos años, Alfredo J. Martínez , profesor de la Universidad de Sevilla e investigador de las tunas hispalenses logró contactar con él y su sorpresa fue mayúscula. La casa de José Manuel guardaba recuerdos sobre sus años de tuna de gran valor sentimental e incluso textos que aseguraban cuál era la auténtica historia de la vinculación entre las tunas y la noche de la Inmaculada.
Así pudo documentar que fue la generación a la que perteneció Cuadrado la que por vez primera rondó a los pies de la Virgen. Aquella tuna terminó convirtiéndose en la actual tuna de la Facultad de Medicina , de quien llegó a ser su segundo jefe en 1958, y junto a la que ha vuelto a cantar después de haber pasado varias décadas.
Desde que José Manuel ha sido redescubierto se ha convertido en una institución entre las diversas tunas sevillanas, que le demuestran su cariño cada vez que coinciden con él e incluso la tuna del Colegio Mayor San Juan Bosco lo declaró recientemente miembro de honor.
Este viernes día 7, con la ilusión intacta por volver a sentirse tuno, volvió a sacar su vieja capa que fue preparada para la ocasión por su hija Alicia, quien cuida de él.
Fueron momentos de emoción al recordar a quienes ya no están a su lado, pero también de gran alegría por ver como su tuna lo acogió y brindó constantes muestras de cariño junto a otros miembros de su generación que también han querido arroparlo. Esta noche a sus casi 88 años, ha regresado a su juventud para volver a recordar lo que en sus propias palabras fueron «los años más bonitos de mi vida».