La tuna de Medicina homenajea a los tunos fundadores de Sevilla

En el acto se ha honrado a Isidoro Sánchez-Mira, promotor de la primera tuna de la capital hispalense

Jóvenes y veteranos han compartido ivencias y anécdotas este viernes Vanessa Gómez

MARÍA JOSÉ MORÓN

El grupo de tunos más veteranos que aún existe en nuestra ciudad se ha reunido este viernes con aquellos más jóvenes que han heredado su legado en el Círculo de Labradores de los Remedios para compartir vivencias y anécdotas.

La tuna en la capital hispalense se fundó en 1.951 con la Tuna Universitaria de Sevilla (TUS) y fue la única durante la mayor parte de los años 50. Estaba formada por diferentes carreras universitarias: Derecho, Arquitectura o Peritos Mercantiles. Pero por desavenencias con el Sindicato Español Universitario , la entonces única tuna sevillana fue acogida por la Facultad de Medicina en el año 1.957. Por este motivo, la tuna de Medicina ostenta actualmente en su bandera dos colores: el verde de la antigua universitaria y el amarillo sanitario.

Isidoro Sánchez-Mira fue el promotor de esta fase de transformación y además fue el último jefe de la tuna universitaria y el primero de la tuna de Medicina.

El vínculo entre la mayoría de antiguos fundadores de la TUS y sus herederos de Medicina fue diluyéndose con el paso del tiempo. Y fue precisamente Isidoro Sánchez-Mira el que propuso retomar el contacto y sacar a la luz estas historias de Sevilla.

Desafortunadamente, Sánchez-Mira falleció el pasado 27 de febrero y este viernes han podido reunirse distintas generaciones para honrar su memoria, además de compartir vivencias y anécdotas.

Actualmente, en Sevilla hay doce tunas oficialmente activas . «La tuna es una escuela de vida, es un punto de encuentro para todos aquellos universitarios amantes del romanticismo, la noche, la música y los viajes», explica Alfredo J. Martínez González, preboste de la tuna de Medicina y profesor de Historia del Derecho.

Narciso Flores de 77 años es miembro de la tuna universitaria y de Medicina y asegura que sigue manteniendo la capa con sus cintas: «hoy me he emocionado, es bonito rescatar la memoria de aquella generación que desprendía alegría y camadería».

Para Alfredo Martínez aquellos tunos de los años 50 fueron el paradigma de lo que ha de entenderse por tuno. «Personas bohemias pero con la cabeza muy bien amueblada. Es de justicia que su historia, precursora de todas las actuales tunas sevillanas, salga por fin a la luz».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación