Trigésimo cuarto día de encierro en Sevilla: ¿ya queda menos?
La posibilidad de que se levante el confinamiento duro actual y se permitan algunas salidas ha sido el tema del día en Sevilla, donde ya ni siquiera nadie intenta irse a la playa como al principio del estado de alarma
¿Ya queda menos? Esa ha sido la pregunta de este viernes en los balcones . Con el silencio de la calle, los vecinos pueden ahora hablarse de una acera a otra asomados a la ventana. De hecho, hay muchos que después de años viviendo en la misma calle se están conociendo ahora. Y por las tardes salen a charlar un rato a voces . Este viernes el tema de conversación es el levantamiento del confinamiento absoluto. ¿Anunciará Pedro Sánchez el comienzo del desescalado en su homilía de este fin de semana? Muchos se los están pidiendo ya a voces, no aguantan más, aunque Sevilla se ha resignado y en este trigésimo cuarto día de encierro no habido ni siquiera quien haya intentado irse a la playa aprovechando que es fin de semana. Así han visto la jornada varios redactores de ABC.
Jesús Díaz. Otro día más frente a la ventana. No sé ni cuántos van. A ratos el sol conquista el salón, a ratos escribo sobre una luz sombría. La mochila de días cumplidos bajo encierro obligado, de proyectos deshilachados, de viajes pospuestos, de grandes interrogantes sobre el futuro o de mapas llenos de incertidumbres comienza a pesar y a doblegar mi espalda. La mía y la de muchos amigos y ciudadanos, a tenor de los mensajes que uno va leyendo y releyendo en la tormenta de WhatsApp.
Pero no sólo los mensajes o las palabras usados por mi entorno reflejan cansancio y pesadez, también existen en los rostros de los vecinos que a diario se cruzan por el patio, incluso en los de aquellos que, saltándose las recomendaciones de las autoridades, suben a la azotea común a hacer ejercicio. Vuelta tras vuelta. Otro dato: han disminuido el número de memes que uno recibe en el móvil. Y no es que seamos más serios, es que comenzamos a estar hartos. Queremos buenas noticias.
Sobre el mediodía, tras rezar el Regina Coeli como procede durante la Pascua florida, uno espera a diario los datos actualizados sin perder la esperanza de cada jornada será mejor que la anterior. Le quitas a los datos todos los adornos que los políticos nos regalan sin nosotros quererlo en forma de palabrería e intentas buscar la cifra positiva. Siempre la hay, como siempre hay una ventana abierta a la esperanza por la que entra el sol.
Mercedes Benítez. Como cada vez nos hemos acostumbrado más al estado de alarma y vamos menos al supermercado, las compras las compras son también cada vez más grandes.
Pero, en esa tarea de llenar los carros, una puede hacerse una idea de cómo van cambiando las tendencias desde que empezó el confinamiento. Si al principio el producto más buscado y también el que antes se agotaba en las estanterías de los supermercados era el papel higiénico (por razones que seguimos sin conocer, ahora son otras las cosas que suelen faltar. Lo que delata que también parecen haber cambiado los hábitos durante el encierro.
La estantería de las harinas suele estar a medio gas, lo que confirma la teoría de los nutricionistas de que nos sobrarán unos kilos cuando todo acabe. Pero hoy hemos encontrado una sorpresa. Después de mucho tiempo de escasez, volvía a encontrarse el un bote de gel limpiador de manos en la estantería. Y estaba a buen precio.
Otra cosa es que nos pidan 15 euros por un paquete de 100 guantes en alguna farmacia mientras las mascarillas, que ya vuelven a estar en la mayoría de los establecimientos, siguen subiendo de precio. Pero ese análisis lo dejamos para otro día. ¿Será por tiempo libre para pensarlo?
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