FORMACIÓN
Tres jóvenes sevillanos se formarán junto a la familia Roca en el mejor restaurante del mundo
Los alumnos del IES Heliópolis consiguen la beca de BBVA para pasar cuatro meses en el Celler Can Roca en Gerona
El salón de actos del IES Heliópolis se ha abarrotado este martes para recibir a los hermanos Josep , Joan y Jordi Roca que han tenido la misma acogida que un artista de moda a la puerta de un auditorio de conciertos. Todo lo que gira alrededor de estos genios de la restauración suena a magia y al corazón mismo de ese universo viajarán tres jóvenes estudiantes de cocina y sala de este centro educativo que han participado en el programa de becas puesto en marcha por BBVA .
Tras una divertida presentación del trabajo que vienen realizando en el Celler Can Roca , situado a las afueras de Gerona, anunciaron el nombre de los ganadores: Esther María Armija , Juan Gaspar Borerro y Desiree Sánchez García , que pasarán cuatro meses en el restaurante trabajando y aprendiendo codo con codo con el equipo de los Roca, que han realizado una gira por España para elegir a los alumnos de esta nueva etapa.
Los afamados restauradores iniciaron esta experiencia para formar a estudiantes de gastronomía de 18 países y han querido hacer lo propio en territorio nacional, esta vez de la mano de BBVA, para que los becarios conozcan todas las técnicas que han revolucionado la cocina y han permitido que el establecimiento de los tres hermanos no se haya caído de la lista de los cinco mejores del mundo en esta última década.
Joan Roca , cocinero y el mayor de los tres, ha asegurado que «la motivación y los principios son los mismos que hace treinta años cuando comenzaron». Entonces lo hicieron en una casita junto al restaurante de sus padres con el que empezaron a abrirse camino en la cocina moderna. «Desde entonces no hemos aumentado el número de comensales, sólo hemos cambiado la manera de hacer las cosas para que sean mejor», ha asegurado, con el único fin de «hacer feliz a la gente». Así es como su abuela Angeleta daba de comer a decenas de personas cada día y cómo aprendieron el oficio.
El nombre de los seleccionados se ha dado a conocer al final de acto cuando ha sido imposible contener la emoción. Esther María Armija , será la única estudiante de sala de este centro que participará en el programa formativo . Tras terminar sus estudios tenía seguro que quería seguir aprendiendo, pero reconoce que nunca imaginó hacerlo con los mejores del mundo. La joven de 21 años se refiere a los restauradores catalanes con una admiración que le cuesta disimular. Admite que el trabajo durante los primeros años en varios restaurantes la convencieron de que tenía que conocer la profesión de una manera más formal y todo lo que ha aprendido en estos dos años que ha durado el ciclo formativo le han servido para «ir más allá». «Esta oportunidad lo supone todo para mí, porque me da tantas posibilidades», admite.
La joven alumna aún no tiene claro cuál será el futuro, pero asegura que le encantaría viajar, conocer nuevos restaurantes y trabajar con los mejores del mundo. Este es, sin duda, un magnífico punto de partida que compartirá con sus compañeros de cocina Desiree Sánchez , de 26 años, y Juan Gaspar Borrero , de 21. Ambos residen en Dos Hermanas y son vecinos. La casualidad quiso que se encontraran en las cocinas del IES Heliópolis y el esfuerzo permitirá que vivan junto la experiencia en el Celler de Can Roca. Cuenta Desiree que «la restauración la lleva en la sangre», su familia se ha dedicado siempre a la hostelería y es lo que conoce desde pequeña.
Desde que terminó la Secundaria se ha dedicado a los fogones, pero en vista de lo que demanda el público había decidido seguir una formación reglada. «Lo que hemos aprendido aquí nos ha cambiado y ahora esta oportunidad...», ha admitido poco después de conocer que sería una de las seleccionadas. « Espero cualquier cosa después de este año , porque jamás me imaginé que podría trabajar con ellos. Son los mejores del mundo y es un lujo», ha asegurado.
Juan Gaspar también tiene claro que aprovechará esta beca al máximo. «En casa nadie se dedica ahora a la cocina, sólo mi abuela que trabajó en varios restaurantes y ahora está muy orgullosa de que yo haya seguido sus pasos», asegura este estudiante de 21 años. Explica que intentó probar con la informática e incluso sacó un título , pero se dio cuenta de que no era lo suyo. «Esta es mi vocación y mis amigos me lo decían desde siempre cuando les preparaba algo». Las técnicas y los platos que pasan por las manos de Juan poco tienen que ver con aquellos inicios y aspira a dejarlos pasmados cuando regrese de su estancia de Gerona.
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