La Torre del Oro: ocho siglos vigilando la entrada a Sevilla

Un 24 de febrero de 1221 se terminaba la construcción de esta torre albarrana proyectada para vigilar la entrada fluvial y peatonal de Sevilla . El río y el Arenal a golpe de vista. Centinela edificado como p rolongación de la Torre de la Plata , y por consiguiente de la coracha defensiva del Alcázar , cuyos lienzos de murallas permitían alcanzar las aguas del Guadalquivir desde las fortalezas reales sin tener que pisar tierra.

El gobernador almohade Abù l-Ulà ordenó su construcción con extrema urgencia: la derrota del califa Muhammad an-Nasir en la Batalla de las Navas de Tolosa daba un espaldarazo a las tropas cristianas . La Reconquista no tenía vuelta de hoja y urgía proteger a Isbiliya , capital de Al-Andalus . Para ello requerían un vigía que reforzara la vigilancia del puerto , de las atarazanas y del Puente de Barcas (actual Puente de Isabel II ). La pasarela se antojaba primordial: acceso directo de los alimentos que llegaban desde el Aljarafe y de la aguada que no proviniera de los Caños de Carmona .

Y esa fue la otra gran estrategia de las tropas de Fernando III : cortar el agua de los Caños de Carmona y la entrada de suministros por el Puente. La armada que accedió por vía fluvial tenía el encargo de aprehenderse de las poblaciones fronterizas. De San Juan a los campos de Tablada , hasta plantarse frente al anhelado puente. Un asedio indiscriminado frente a la Torre del Or o . Veintisiete años tuvieron que pasar para convertirla en principal protagonista: trabuquetes y ballestas de torno servían como trinchera desde las que contraatacar a los cristianos. El resultado es sobradamente conocido: las tropas castellanas rompieron la cadena que sostenía el puente de unión con el arrabal, dando así el primer movimiento hasta el desembarco terrenal.

El Rey Santo encomendó esa batalla naval a una armada capitaneada por el almirante Ramón Bonifaz . El 3 de agosto de 1248 echaban abajo el Puente de Barcas, segando así la posible reagrupación musulmana y la llegada de alimentos. El Aljarafe quedaba aislado y muchos musulmanes fueron desplazados hasta la Marisma, inspirando los versos del poeta Fernando Villalón : «Islas del Guadalquivir, donde se fueron los moros que no se quisieron ir».

Ese magno triunfo quedó inmortalizado en tierras cantábricas: en los escudos de Laredo, Castro-Urdiales, Santander, San Vicente de la Barquera y Avilés aparecen un barco, la Torre del Oro y una cadena rota, como signos de la épica naval que desembocó en la Reconquista de Sevilla .

Tras los quince meses de asedio de las tropas de Fernando III, el 23 de noviembre de 1248 ondeó por primera vez el pendón real en el Alcázar musulmán, comenzando ahí una larga lista de empleos de la Torre del Oro: capilla dedicada a San Isidor o de Sevilla, prisión , almacén de pólvoras , embarcadero real , oficinas de la Capitanía del Puerto , Comandancia y Museo Naval . Sufriendo además el intento de destrucción durante la Reconquista, el asedio de los franceses, el abandono prolongado, el terremoto portugués y la Guerra Civil.

Es el arqueólogo Fernando Amores , responsable del e studio de la torre durante los últimos trabajos de rehabilitación realizados entre 2004 y 2005 , quien diferencia en tres etapas la evolución histórica del monumento: la fase original almohade , la etapa de Alfonso X en la que se añadió las ladroneras como posible defensa de los asedios benimerines y la vigencia de Pedro I de Castilla , vulgo ‘el Cruel’ o ‘el Justo’ según las afinidades o aversiones, cuando llegaron los momentos de mayor transformación estructural. Al rey ‘ Justiciero de Sevilla ’ se le atribuye la construcción del segundo cuerpo de la torre, construido como Pabellón Neomudejar al que retirarse con sus amantes .

Aquella última rehabilitación del monumento confirmó la hipótesis de que había formado parte del sistema defensivo de la etapa almohade . Obras en las que se encontró un tramo de metro y medio del lienzo que la comunicaba con la Torre de la Plata. «En aquella labor de investigación pudimos demostrar que la Torre del Oro tenía era un enlucido muy bueno, pero no tuvo azulejos », señala el profesor Amores, dando al traste con la teoría de que su nombre venía por unos azulejos con aspecto áureo , y siendo más probable que ese nombre se debiera al brillo del mortero de cal y paja prensada .

También desconfía el profesor Amores, por falta de indicios que demostraran lo contrario durante el estudio de las fuentes primarias, de la existencia de esa hipotética cadena que se amarraba tanto en la torre como en la calle Fortaleza y que servía para cortar el paso del río por las noches : «Eso también se ha demostrado y podemos negarlo rotundamente. En la excavación encontramos el espolón que iba por delante de la Torre del Oro . Esa cimentación se veía cuando bajaba el agua. Sirvió para la base de lo que fue después el Muelle de las Mulas . Cuando se hizo el Restaurante Abades yo estuve muy pendiente durante toda la excavación que realizaron para el sótano, pero allí no había nada . Debía haber aparecido una zapata en la que colocar la argolla. Es una confusión que viene a raíz de los escudos de Santander y demás villas».

«Y también está ahí lo de la segunda torre, que es una hipótesis que yo trato de exponer con razonamientos, pero siempre digo que no hay una certeza. En los papeles del Rey Sabio no se habla de una torre encima de otra, por lo que podemos entender que no existía en la etapa almohade . Hay que tener en cuenta que desde el Alcázar se iba a la Torre del Oro por arriba , y que todavía se conservan pasadizos en la parte alta de la Casa de la Moneda ».

Son sus innumerables rehabilitaciones las que permiten diferenciar los elementos de la evolución del edificio . Siendo la más importante la acaecida tras el terremoto de Lisboa , cuando se encomendó el monumento al ingeniero militar Sebastián Van Der Borcht , también artífice de la Fábrica de Tabacos , quien le añadió el último cuerpo cilíndrico , rematado con una cúpula dorada. Evitando así la proposición de derribo del Marqués de Monte Real para ampliar al paseo de caballos.

Declarado monumento histórico-artístico en 1931 , en la actualidad alberga el Museo Naval de Sevilla . El capitán de navío y comandante naval de Sevilla, Javier Albert , es el actual director del edificio. Le ha tocado estar al frente del monumento durante la conmemoración de su 800 aniversario , efemérides que no han podido celebrar como pretendían, aunque anuncia diversos actos como el lanzamiento de un cupón conmemorativo de la ONCE para el próximo 22 de marzo o la coordinación para el mes de junio de otro décimo con Loterías y Apuestas del Estado . «Para el segundo semestre estamos en contacto con la Universidad de Sevilla para organizar diferentes eventos culturales alrededor de la torre. Hay voluntad de hacerlo, así como los diferentes homenajes que se van a realizar, con independencia de la Armada, desde instituciones civiles sevillanas ».