La tiza del Rinconcillo sigue sumando: 350 años

El establecimiento decano de la ciudad está de aniversario y ha preparado una serie de actos para celebrarlo

Ambiente distendido en la taberna El Rinconcillo J. M. Serrano

Isabel Aguilar

En 1970, cuando El Rinconcillo cumplió sus tres primeros siglos de vida, los hermanos Carlos y Javier de Rueda eran tan solo unos niños que no atisbaban a asimilar la magnitud de tal efeméride. Pasó, no obstante, sin pena ni gloria y no fue hasta el año siguiente cuando el poeta Antonio Rodríguez Buzón dedicó un pregón al centenario establecimiento, del que era parroquiano, y se descubrió en la planta baja una placa dedicada al abuelo de los actuales hosteleros: Agustín de Rueda Gutiérrez.

Cincuenta años después los hermanos han querido festejar por todo lo alto el aniversario de aquella taberna que abrió sus puertas en 1670 y ha permanecido desde entonces en un continuo idilio con Sevilla. «Queremos dar las gracias a la ciudad porque somos parte de su historia y sin los sevillanos y su forma de entender la vida no habría perdurado El Rinconcillo», expresaron ayer los hermanos Javier y Carlos en un emotivo acto celebrado en la tercera planta del establecimiento, una presentación que estuvo conducida por el periodista Francisco Robles y en la que se mostró un cuadro conmemorativo, obra del pintor Juan Romero, con el que ha inmortalizado tan significativa fecha a través de la colorida visión que le caracteriza.

Programación

Ahora bien, el programa preparado para celebrar este aniversario no ha hecho más que empezar, ya que como desglosó ayer el periodista Francisco Robles se completará con un acto oficial al que acudirán autoridades y representantes de la sociedad sevillana, un libro de investigación a cargo de la historiadora Fátima Rosado de Rueda con la colaboración de Carmen Muñoz Angulo y «un ambicioso proyecto audiovisual» que se grabará en los próximos meses y que contará con testimonios de «aquellos que se sienten identificados con El Rinconcillo», dando lugar a diversos vídeos que el establecimiento difundirá a través de sus redes sociales. En ellos no sólo aparecerán los sevillanos que en la actualidad frecuentan este establecimiento de la calle Gerona, sino que rescatarán personajes que décadas atrás eran fieles a su barra de madera y sus mesas de mármol. « Sin Sevilla no seríamos nada , de ahí nuestra programación destinada a dar a conocer nuestra historia para compartirla con los sevillanos», apostillaron los actuales responsables de este emblemático espacio.

Fueron muchos los datos que Robles y los hermanos De Rueda aportaron sobre el restaurante más añejo de la capital andaluza, como que siempre ha permanecido en la misma ubicación o los distintos usos que ha tenido durante estos tres siglos y medio: como taberna, tienda y, por último, restaurante. Aunque ha sufrido reformas en este tiempo, «ha sabido mantener su esencia y su identidad» , como subrayaron los hermanos De Rueda, miembros de la séptima generación de su familia al frente de este negocio (fue en 1833 cuando tomaron las riendas).

Javier y Carlos de Rueda, propietarios de El Rinconcillo J. M. Serrano

El origen

La casa que hoy ocupa El Rinconcillo estaba vinculada al convento de San Clemente en el siglo XVI y unas décadas más tarde acogió el taller del maestro escultor Felipe de Ribas , quien estuvo llamado a ser el sucesor de Martínez Montañés hasta que le sorprendió la muerte forma temprana, como reza la presentación histórica que se entregó a los presentes en el acto de ayer. A mediados del siglo XVII se traspasó el arrendamiento a un tratante de vino llamado Melchor de los Reyes, quien inició las obras de adaptación para transformar la casa en bodega . A lo largo del siglo XVIII se sucedieron contratos cuyos inquilinos fueron o «tratantes con bodegas o de ejercicio tabernero», por lo que queda constatado que continuó teniendo actividad como taberna durante esa época.

Fue en 1833 cuando el convento arrendó el local al primer familiar vinculado a los De Rueda: Manuel Díaz de Villegas , bisabuelo del citado Agustín De Rueda Gutiérrez. Años más tarde con la Desamortización el local pasó a propiedad nacional y en 1864 fue adquirido por Joaquín de Rueda Bustamante, yerno de Manuel Díaz de Villegas. En los años posteriores fueron ampliando y anexionando casas contiguas , como atestigua la cancela que aún se mantiene en la planta baja y que dividía las diversas propiedades, y ya en el siglo XX el arquitecto José Espiau y Muñoz se encargó de darle forma a la fachada que se conserva en la actualidad.

Durante buena parte del siglo pasado tuvo uso de tienda de ultramarinos y bar, hasta que en la década de los 70 comenzó a configurarse El Rinconcillo tal como ha llegado a nuestros días.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación