Sucesos
El timo del nazareno: cuando las apariencias engañan
Una nueva operación de la Guardia Civil de Sevilla confirma la vigencia de un tipo de estafa en la que las víctimas (empresas) se dejan engañar por unos clientes que no son lo que parecen
El timo del nazareno sigue vivo. Es un tipo de estafa clásica que a pesar de los años le sigue funcionando a los timadores. Así lo demuestra la última operación de la Guardia Civil de Sevilla conocida esta semana en la que han detenido a nueve personas implicadas en una trama que le sacaba mercancía a empresas que comercian con combustible y del sector de la automoción y a las que nunca les pagaban.
El engaño del nazareno (como se denomina al timador) es en realidad la esencia de cualquier tipo de estafa. Es hacer creer a la víctima lo que no es. En este caso los objetivos son empresas que suministran productos que el delincuente puede vender sin grandes problemas en el mercado negro . El timador despliega una estrategia para hacer creer a sus víctimas que se trata de un cliente solvente que está interesado en adquirir mercancía. Lo habitual es que para ganarse la confianza del empresario, las primeras transacciones que cierre lo haga sin problemas, pagando en tiempo y forma. De esa manera va construyendo la imagen de credibilidad que le permita más adelante hacer un pedido mayor y esta vez dejar la factura sin abonar.
Como todos los timos, los hay más o menos elaborados, pero en el caso del nazareno es necesario construir una apariencia empresarial como cliente. Por eso, los cuerpos policiales suelen encontrarse en sus investigaciones empresas ficticias que sirven de pantalla para las estafas. Estas sociedades, que sólo existen sobre el papel y que no tienen ninguna actividad económica, son las que realizan los pedidos que nunca se van a abonar. Hay organizaciones muy especializadas que ponen estas empresas a nombre de testaferros para intentar ocultarse cuando las víctimas empiezan a reclamar la cuantía de sus facturas .
¿Y a dónde van a parar las mercancías que consiguen los timadores? Pues directamente al mercado negro o revendidas en circuitos normales bajo la apariencia de que son ellos los que las producen o distribuyen. Así ocurrió con dos individuos detenidos en 2015 por la Guardia Civil después de dejar un reguero de facturas sin pagar a diferentes empresas hortofrutícolas de Almería. Según las pesquisas de los agentes, la mercancía obtenida la revendían a través de una cooperativa en la que se habían dado de alta. Para poder acceder a ella, habían alquilado un invernadero y montado una empresa pantalla desde la cual presuntamente producían lo que en realidad obtenían de manera ilícita.
La versión más habitual que ofrecen estos detenidos cuando toca explicarse ante el juez es que los impagos se producían por una mala situación económica.
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