Educación
Termina el curso escolar que el coronavirus se llevó en Sevilla con la incógnita de cómo será la vuelta
Con la evaluación y las clases on line, pasarán seis meses antes de que los escolares vuevan a clase
Termina el curso más extraño y más corto de la historia que obligó a los escolares sevillanos (al igual que a los del resto de España) a abandonar los colegios por culpa de la crisis del coronavirus. Una situación extraordinaria, de la que no hay precedentes, y que provocó que los escolares de todas las edades tuvieran que quedarse en casa y seguir la docencia de forma virtual.
La situación, que en principio parecía que podía ser transitoria se alargó y obligó a la Consejería de Educación a dar instrucciones para que las clases continuaran y los niños pudieran ser evaluados . Y el curso, en el que se preveían algunas reformas y cambios, tuvo que cortarse tres meses antes de su final. «Todo quedó interrumpido y no sabemos las previsiones económicas del post-Covid-19», dice Rafael Caamaño, secretario general de CECE Andalucía y que también es consciente de que los centros educativos necesitan «dar un salto tecnológico en la transformación digital»
Con sólo un par de evaluaciones hechas, los centros escolares e institutos tuvieron que apañárselas. En primer lugar hubo que «ponerse las pilas» para seguir la docencia on line . Yahí surgieron los primeros obstáculos. Pese al esfuerzo por parte de los docentes y los centros, la mayoría no estaba preparado para dar el salto a lo digital. Ni los profesores, muchos de los cuales no conocían las plataformas virtuales ni estaban habituados a su uso, ni los estudiantes acostumbrados a seguir con sus rutinas escolares desde casa. «Ni el alumno era un experto nativo digital, ni el profesorado era un extranjero digital», dice David Rosendo, director del instituto Diamantino García de Sevilla.
En el caso de los escolares, los problemas fueron variados. Desde los de familias más humildes que no tenían un portátil y a los que hubo que facilitarles uno, a los de los que tenían que compartirlo con los padres y hermanos . Había casas en las que cuatro miembros (padre, madre y dos hijos) que tenían que disputarse el ordenador, unos para trabajar y otros para hacer los deberes.
Saturar a los padres
El problema también se acentuaba con los más pequeños, sobre todo los que no son autónomos para manejar solos la tecnología. Es algo que ha «sobrecargado» a algunos padres que se han visto obligados a estar pendientes de supervisar las tareas de los niños ante el ordenador o, en muchos casos a ayudarles con las fichas que les ponían y luego reenviarlas a los centros. Yque ha hecho más complicada la conciliación familiar y laboral con los niños haciendo los deberes y los padres trabajando m todos en casa.
«El coronavirus nos cogió de sopetón y obligó a lo colegios a reinventarnos par dar la respuesta acertada» , afirma Joaquín Egea, director titular del Colegio Buen Pastor, que considera muy positivo el «salto tecnológico» que han dado tanto los profesores como los alumnos y el hecho de que se hayan fomentado los valores de autonomía y responsabilidad de los estudiantes durante el confinamiento.
Sin embargo, no todos opinan igual. Desde Fampa Nueva Escuela, la plataforma de asociaciones de padres de la pública, Marina Jiménez, afirma que ha habido «un alto porcentaje» de alumnos que no ha podido seguir la teledocencia. Yque la brecha digital se ha hecho patente. Y, de hecho, como dice Rosendo, «el abandono temprano y el absentismo» también se mantienen durante la realidad digital. Ylas familias con niños con necesidades especiales también se han sentido olvidadas, según recuerda Fampa Nueva Escuela.
Evaluación
La evaluación también se complicó ya que, cuando se interrumpieron las clases sólo se habían terminado la 1º y la 2 º evaluación (en algunos centros no se habían dado ni las notas de la segunda) . Y ello provocó no sólo un cambio en el modelo de clases, sino unas instrucciones específicas que implicaban suavizar las correcciones.
Aunque el aprobado general con el que se especuló al principio no se diera finalmente, lo que sí se hizo fue suavizar la forma de corregir ya que las instrucciones dadas por la Consejería de Educación dejaban claro que las notas de los estudiantes en la tercera evaluación no podrían ser peores que en las anteriores y que a los que estuvieran suspensos había que darles otra oportunidad de volver a examinarse. Para que las notas de la última evaluación no fueran en ningún caso más bajas que las anteriores.
«Ha habido una relajación en el tercer trimestre» , explica Egea, que también cree que esa situación puede provocar un desfase educativo y un «déficit de aprendizaje severo». Pese a todo, en su colegio intentaron que todo fuera lo más normal posible y cumplir con su calendario de actividades con las fiestas y actos que hacen cada año. Oparticiparon en los concursos como suelen hacer.
El curso ha sido extraño en todo. también porque acaba sin las tradicionales fiestas que se hacen en Infantil y Primaria , sin las graduaciones que suelen hacer los mayores, con los viajes de fin de curso suspendidos y sin las comuniones que hacen muchos colegios. Todo queda pendiente para septiembre.
Pero, mientras llega el nuevo curso, muchos centros han tenido que reinventarse. Haciendo fiestas virtuales para conectar a todos los alumnos o tirando de la imaginación de los profesores. Como es el caso del profesor del Instituto Siglo XXI, Francisco Pajuelo , que se ha disfrazado de Velázquez o Einstein entre otros personajes históricos y colgaba historias en Instagram para captar la atención de los estudiantes de los barrios más desfavorecidos.
Mejor en el colegio
«Hemos terminado el curso con un sentimiento de incertidumbre y desazón sobre cómo vamos a poder ejecutar medidas inaplicables» dice David Rosendo. Todos coinciden en la incertidumbre sobre lo que pasará a partir de septiembre.
Y es que, según recalcan, los estudiantes echan de menos el colegio. Lo deja muy claro la presidenta de Fampa Nueva Escuela, Marina Jiménez , quien afirma que la labor docente «no se puede sustituir» por plataformas on line y que el contacto físico es necesario.
Por eso cuando se les pregunta por el próximo curso todos están de acuerdo en que ningún sistema on line podrá sustituir a las clases en el colegio y la cercanía de los profesores.
Aún así todos esperan que, después de las numerosas hipótesis sobre ratio, tamaño de los grupos y otras cuestiones , se resuelva pronto la principal asignatura que sigue pendiente:la vuelta a clase en septiembre.
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