Educación

Talleres de percusión contra el fracaso escolar en Sevilla

El proyecto Impulsa lleva a colegios de zonas desfavorecidas proyectos para enganchar a los escolares

Varias escolares en el taller de percusión ABC

Mercedes Benítez

Música, en este caso de percusión, contra el fracaso y el abandono escolar. Es una de los proyectos del programa Impulsa lanzado por la Consejería de Educación y Deporte al que pueden sumarse los colegios e institutos de entornos soicoeconómicos vulnerables. Para el próximo año la Junta de Andalucía tiene la intención de actuar en 500 centros en toda Andalucía.

Este programa, que ahora inicia una nueva edición, ya ha funcionado en cursos anteriores. Uno de ellos el CEIP Valeriano Becquer, un colegio de Infantil y Primaria ubicado en Padre Pío en el distrito Cerro Amate con 284 alumnos y dos líneas por curso, excepto en los dos primeros de Infantil donde sólo hay una debido a que, como ocurre en muchos centros, la bajada de la natalidad se ha hecho sentir.

Es un centro ubicado en una de esa zonas que requieren una actuación por ser susceptible de tener mayores índices de fracaso escolar. Desde este centro Rafael Romero, jefe de estudios y coordinador del programa, se muestra muy satisfecho con los resultados que están obteniendo entre sus alumnos de 5º y 6º de Primaria.

«Luchamos porque la gente del barrio se quede aquí», explica el profeso, satisfecho con el programa implantado con el que pretenden reducir las tasas de fracaso escolar y abandono de los estudios. Porque en su colegio, la batalla diaria es contra el absentismo escolar. Aunque, como en todos los centros hay buenos y malos estudiantes, el objetivo son los que corren peligro de despistarse.

El taller va destinado a niños de 5º y 6º de Primaria con la idea de que se motiven a seguir estudiando

En su caso, hay entre un 5 y un 8 por ciento de alumnos que no acuden al colegio. Este trimestre se están recuperando porque tenían niños que faltaban con frecuencia. Por eso y como el fracaso empieza cuando llegan al instituto, intentan motivarlos ante de que acaben la etapa de Primaria. Para que luego no se «estrellen» y se queden sin acabar la ESO. Para evitar que entren a formar parte de ese 15 por ciento no acaba la ESO. «Los hay que con 14 años han dejado el colegio. Hay familias en el barrio que tienen a sus hijos trabajando con ellos», admite el profesor.

La fórmula elegida para evitar ese abandono temprano en el Valeriano Becquer es la música. Han puesto en marcha un taller de percusión con un maestro experto en la materia que acude a darles clases a los niños de 5º y 6º. Lo hacen a partir de ese curso porque es a esa edad cuando los niños comienzan a desmotivarse.

En este caso, en el taller que se imparte dos días a la semana en clases de cincuenta minutos en las que participan un total de 95 niños. Hay cajas flamencas, tambores, claves, maraca y otros instrumentos. Han creado melodías e incluso han hecho varias actuaciones en el centro cívico del barrio .

Pero, según Rafael Romero, lo más importante es que se trata de un programa «integrador», ya que todos los niños y niñas parten del mismo nivel y no hay diferencias. Desde el que mejores notas saca al peor, todos parten de cero y todos aprenden. Yeso les motiva por los iguala a todos. Seguramente por eso, hasta el encargado del taller, el profesor de música está encantado. Y los niños más. «Ese día no falta ninguno a clase», dice el coordinador.

Viajes virtuales

Cada centro escoge el proyecto que quiere desarrollar y este colegio se decidió por la música además de un proyecto de viajes y la organización de semanas culturales. En principio estaba previsto llevar a los chicos a Valencia pero el Covid les obligó a cambiar de planes. Se hicieron viajes virtuales a varios museos . Algo que, aunque en principio parezca muy fácil, no lo es tanto cuando no todos los escolares tienen tablets. Por ello tuvieron que alquilar material informático para facilitárselo a los escolares. Los chicos tienen una unidad didáctica para ese viaje virtual.

Deben elaborar el presupuesto, buscar los vuelos, sacar los billetes. Todo, claro está, sin salir del colegio . «Aprenden Matemáticas y trabajan todas las áreas del curriculum», dice el coordinador. Pero lo más importante es que se motiven y no pierdan el vínculo con la escuela. Y con esos proyectos se motivan. «Los niños que antes rompían cristales ahora quieren ir al colegio», dice el responsable.

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