Aumentan las rupturas matriomoniales
Suben los divorcios y bajan las bodas en Sevilla
Pocos recursos, diferencias insalvables y la falta de colaboración del hombre en las tareas del hogar, entre las causas de las más de 4.300 rupturas del pasado año
Los divorcios siguen aumentando en Sevilla. Igual que en el resto de España, los últimos datos del INE confirman que las rupturas siguen subiendo. El pasado año en Sevilla hubo 4.319 divorcios, una cifra que ha aumentado. Cinco años atrás fueron 3.839, lo que supone una subida de un 11 por ciento en un lustro.
Las rupturas fueron mayoritariamente amistosas ya que 3.090 fueron divorcios de mutuo acuerdo frente a 1.181 que tuvieron que acudir a los tribunales porque no se ponían de acuerdo . La cifra se completa con otro dato llamativo: el número de matrimonios baja. El pasado año en Sevilla se casaron 7.375 parejas frente a las 7.681 que lo hicieron un año antes. Remontándose a antes de la crisis, en 2007, se casaron en Sevilla 10.365 parejas.
Es difícil hacer un perfil pues esas separaciones se producen en todas las edades y todos los estratos sociales. En cualquier caso, María Pérez Galván, abogada de familia, observa que hay más entre 45 y 50 años. Y suelen llegar con dos hijos y una hipoteca. ¿Las causas de esos divorcios? En esto, según la letrada, los tiempos también han cambiado. Si antes era más típica la infidelidad como causa principal, ahora lo más común es el desgaste de la relación, la falta de ilusión, la rutina y la monotonía.
Evitan el pleito
«En muchos casos, los clientes nos dicen que sigue existiendo cariño, pero que la convivencia hace que vean al otro como un compañero de piso, sin más», dice. La abogada asegura, además que aumentan los divorcios de mutuo acuerdo porque las parejas finalmente evitan el pleito aconsejados por jueces, fiscales y sus propios letrados.
¿A qué se debe el aumento de estas rupturas? Aunque son muchos los factores, la falta de recursos y las distintas formas de pensar de hombres y mujeres se esconden tras este creciente número de separaciones. Es la opinión de Juan José Martínez Ibáñez, psicólogo clínico y psicoterapeuta relacional con una consulta a la que acuden cada vez más parejas. Según cuenta, suelen ser las mujeres las que dan el paso de ir a la consulta. Ellos vienen «arrastrados» por sus mujeres. Antes iban cuando la pareja ya estaba rota. Ahora van antes a intentar arreglarlo.
Desde su experiencia, Martínez Ybáñez admite que es más complicado mantener una relación cuando hay pocos recursos ya que cuesta más tolerar las desavenencias sin dinero. Con lo cual tiene claro que la crisis provoca que la gente se divorcie más y se case menos. Para todo hace falta dinero. «Los conflictos se agudizan cuando falta el dinero», recuerda el psicoterapeuta . Aquel refrán de «contigo pan y cebolla» queda atrás pues para mantener una vida en común hace falta una economía que la sustente. «El amor se resquebraja cuando faltan recursos», aclara.
Esa falta de dinero provoca otras situaciones que influyen en la ruptura. Martínez Ibáñez pone como ejemplo los casos en los que uno de los cónyuges debe marcharse por motivos laborales a otra ciudad. «Cuando uno de los dos se marcha, la pareja se va resquebrajando» , advierte insistiendo en que, a veces, el amor no soporta esa separación. Y pueden surgir terceras personas porque uno de los dos no soporte la soledad.
A la consulta a arreglarlo
Hay otros motivos. Entre ellos las diferentes mentalidades. «Las mentes son distintas y la realidad es muy diferente para hombre y mujer», dice. Y lo ejemplifica con el hecho de que las mujeres hablan más. «Vienen angustiados a la consulta porque la mujer les pide que hablen y ellos no pueden», afirma el psicoterapeuta insistiendo en que hay «diferencias ancestrales» entre ambos sexos.
El conflicto también surge por las tareas del hogar. A la consulta acuden parejas con problemas porque el varón no participa. Algo que provoca roces «cuando la mujer trabaja fuera y dentro». Y también porque el hombre se encuentra situaciones para las que no está preparado. « Al hombre no le sale poner la lavadora y la mujer cree que el hombre va a hacerlo» , explica el experto, que recuerda que la mujer es más «exigente y perfeccionista» y no entiende que él no va a planchar ni a tender igual. Son ejemplos que el psicoterapeuta pone para explicar que el varón lo pasa mal porque «está descolocado» mientras que la mujer trabajadora, cuando llega a casa, quiere «su espacio de descanso. Pero no lo tiene porque el varón está en el sofá».
Otras veces la ruptura llega cuando se busca el ideal de pareja creado en la adolescencia. «El príncipe azul o la media naranja no existe». Al descubrirlo, muchos se divorcian.
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