ENTREVISTA

Soledad Becerril: «Que me salvara yo y murieran Alberto y Ascen fue una mala casualidad»

La exalcaldesa de Sevilla Soledad Becerril recuerda en «Años de soledad» el atentado terrorista que acabó con la vida del concejal Alberto Jiménez-Becerril y su esposa en 1998, y que tres días antes ETA intentara matarla a ella

Soledad Becerril ABC

Jesús Álvarez

Soledad Becerril (Madrid, 1944) fue una de las veintiuna diputadas del Congreso en la primera legislatura democrática, tras las elecciones de 1977. Leopoldo Calvo-Sotelo , presidente de Gobierno y de la UCD que fundara Adolfo Suárez , la nombró ministra de Cultura en 1981, la primera de la democracia española ; también fue la primera alcaldesa de Sevilla (y del PP en la capital de Andalucía), y la primera Defensora del Pueblo . Ya retirada de la vida pública, se confiesa en «Años de soledad» (Galaxia Gutenberg).

¿Cuál ha sido el peor momento en sus cuarenta años de carrera política?

La entrada del teniente coronel Tejero en el Congreso el 23 de febrero de 1981 fue uno de los peores. Afortunadamente, el golpe de Estado no prosperó y pude comprobar la valentía y la decisión de Adolfo Suárez y Gutiérrez Mellado. También me parece muy importante el papel desarrollado por el Rey Juan Carlos para frustrar el golpe.

¿Se está olvidando su labor para convertir a España en una democracia y mantenerla frente a ese intento de golpe de Estado? Se lo pregunto porque se le ataca desde varios flancos políticos desde hace bastantes meses.

Sí. Su papel fue fundamental tanto para la transición a la democracia como para su consolidación. Merece todo el reconocimiento y el agradecimiento de los españoles.

Usted habla en el libro de que el Rey les confesó a los miembros de la Mesa del Congreso pocos días después del asalto de Tejero que hubo algunas horas en las que temió que el golpe triunfara.

Sería más correcto decir que mis compañeros y yo dedujimos de las palabras del Rey que hubo unas horas de incertidumbre en las que no se sabía cómo podía terminar aquello.

Hablando de otros intentos de golpes de Estado, o contra el Estado, más recientes; ¿transferir las competencias de educación a Cataluña fue un error?

Ya no sirve de nada lamentarse de lo que se hizo. Pero en materia de educación hay la posibilidad de que la alta inspección educativa siga muy de cerca lo que hacen las autonomías y pueda llamar a capítulo o actuar, en su caso, si las cosas no se hacen conforme a la ley y a lo que marca la Constitución. El organismo existe y la capacidad existe, pero hay que tener voluntad de ejercerlo .

«No tuve miedo sino dolor»

Cuenta en el libro que vio los cadáveres de Alberto Jiménez-Becerril y de Ascensión García poco después de ser asesinados por un terrorista de ETA la madrugada del 30 de enero de 1998.

Sí, así fue. Fui allí corriendo en cuanto me comunicaron el atentado. Luego salí inmediatamente hacia mi despacho en el Ayuntamiento, acompañada únicamente por un policía municipal . Recuerdo que las luces estaban apagadas y que empecé a tomar las decisiones que había que tomar.

¿No sintió miedo?

Estaba conmovida hasta el extremo y s entí un inmenso dolor por una acción tan terrible y tan injusta, pero no tuve miedo. Me llamó el ministro del Interior para comunicarme que había sido ETA y luego Javier Arenas , que entonces era vicepresidente del Gobierno, para corrobármelo.

¿Se le pasó por la cabeza en esos días posteriores abandonar la política?

No, nunca lo pensé. Siempre fui consciente de que debía cumplir con mis obligaciones y creo que todos los españoles no podemos olvidar lo que debemos no sólo a las familias de Alberto y Ascen sino a las familias de las 965 personas asesinadas por ETA. Les debemos mucho.

A usted intentaron matarla tres días antes que a Alberto y Ascen. Cuenta que se lo dijo por teléfono el entonces director de ABC, Francisco Giménez Alemán.

Así fue.

¿Y qué pasó por su cabeza?

Que había tenido suerte escapando de ese atentado.

Si hubieran acertado con usted, ellos se habrían seguramente salvado. Supongo que lo habrá pensado alguna vez durante estos veinte años.

Sí, lo he pensado. Fue una pena que ellos no pudieran escapar. He pensado en la suerte que tuve yo y en la mala suerte que tuvieron ellos.

¿Empezó a creer en el destino o en la casualidad?

No sé muy bien lo que es el destino pero hay factores que se deben al azar y a la casualidad. En este caso, fue una mala casualidad.

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