El día que Soledad Becerril inauguró la Casa Museo de Murillo en 1982

La entonces ministra de Cultura estrenó la casa hace 37 años, pero la Junta cambió su uso. Ahora el Ayuntamiento ha decidido volver a recuperar aquel proyecto

La Casa de Murillo en el número 8 de la calle Santa Teresa ABC

Pedro Ybarra Bores

Unas quinientas personas visitaron la Casa Museo de Murillo durante su primera semana de apertura coincidiendo con el tercer centenario de la muerte del pintor. Corría el año 1982 y como apuntaba la crónicas de la inauguración, «aunque modesta todavía en mobiliario, su restauración le ha devuelto la airosa traza barroca del siglo XVI».

Unos días antes —el 13 de noviembre de 1982—, la entonces ministra de Cultura, Soledad Becerril , inauguró la Casa Museo de Murillo en un acto al que asistieron doscientos invitados que se celebró tras diez años de unas obras que costaron quince millones de pesetas.

El acto comenzó con la intervención del director del Museo de Bellas Artes, Enrique Pareja , quien destacó que «todos suspirábamos por la Casa de Murillo; todo llega en esta vida, y gozosamente el parto lo tenemos en la mano hoy», dijo. El arquitecto Fernando Mendoza recordó que la iniciativa surgió en 1972 de la mano del profesor Diego Angulo, y Soledad Becerril recordó también que la restauración había sido «un proceso largo que llega a buen fin. Se ha podido aprovechar también la oportunidad de que coincidiera con el tricentenario de la muerte de Murillo», señaló.

Mobiliario

Detalle de la Crónica de 1982 ABC

Como decían las noticias, «transitoriamente, se ha instalado en el inmueble mobiliario procedente del Museo de Bellas Artes, lo mismo que ocurre con los fondos pictóricos, hasta tanto se puedan conseguir los objetos enumerados en el inventario de Diego Angulo ». Inventario que se incluyó en una información de ABC del 21 de diciembre de 1980 que enumeraba los cuadros, esculturas y mobiliario adquiridos para dar contenido a dicha casa museo y que estaba basado en el inventario de los bienes que dejó Murillo a su muerte (realizado por su hijo Gaspar), lo que serviría para aproximar la casa a como estaba cuando vivió Murillo.

« Quince millones de pesetas , una fabulosa colección de azulejos de 1590 (antes estaban en el refectorio de la antigua universidad) y fondos procedentes del Museo de bellas Artes, han sido materiales útiles para reconstruir el entorno íntimo de Murillo», decían las crónicas. De hecho el 11 de diciembre un reportaje se ilustraba con fotografías del dormitorio del pintor, el taller, el estudio con la mesa de escritorio o las salas de exposiciones.

En 1990 la casa cerró durante tres años por problemas de humedad, y tras acondicionarla, se convirtió principalmente en sala de exposiciones. Mantenía la estructura y disposición de las habitaciones, aunque ya carecía de mobiliario o material artístico. En 1993 se anunció que sería sede de un centro de documentación especializado en la figura del pintor y por ella pasaron también oficinas de la Empresa Pública de Gestión de Programas Culturales, o desde 2010 la Agencia del Flamenco.

Centro de interpretación

En el año 2007 una noticia afirmaba que «los contenidos museísticos que albergó cuando fue Casa Museo desde 1982 hasta 1988, ya no se encuentran allí, puesto que fueron repartidos por otras instituciones como el Bellas Artes o el Museo de Artes y Costumbres Populares. En 2017 se transformó en centro de interpretación del artista . En febrero de este año se anunció que el Ayuntamiento negocia convertir la Casa de Murillo en museo del pintor y ha solicitado a la Junta la cesión del inmueble para mantener el centro de interpretación del Año Murillo como legado permanente, lo que obligaría al Instituto de Flamenco a irse.

La propuesta que presentará al resto de la Corporación, a la que tuvo acceso ABC, explicaba que la casa situada en el número 8 de la calle Santa Teresa «fue la penúltima vivienda del artista sevillano y ha sido también durante 2018 el punto de partida del itinerario «Tras los pasos de Murillo» que guiaba a los visitantes en un recorrido a través de la Sevilla del siglo XVII, siguiendo los pasos del artista por los lugares más emblemáticos de su trayectoria». Esto, unido a las actividades infantiles y a las proyecciones sobre el pintor, logró reunir en este espacio a más de cien mil personas, por lo que el Ayuntamiento quiere «garantizar la continuidad del uso de la Casa de Murillo del barrio de Santa Cruz como un espacio vinculado a la vida y a la obra de este genio de la pintura».

El cambio de Gobierno en la Junta provocó que el delegado de Hábitat Urbano y Cultura del Ayuntamiento, Antonio Muñoz, haya tenido que cambiar de interlocutor en este diálogo. Pero el socialista ya se reunió con la nueva consejera, Patricia del Pozo, que le mostró su aprobación inicial al proyecto.

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