Sociedad civil, un arma de progreso que despierta poco a poco de su letargo
Personalidades sevillanas le toman el pulso a la ciudad: echan de menos más ambición pero no piden subvenciones, sino leyes como la de mecenazgo que favorezcan las iniciativas privadas
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Las preguntas
La sociedad civil sevillana está bien articulada a través de sus hermandades y de sus dos equipos de fútbol, y progresa adecuadamente en campos como la cultura y la defensa del patrimonio, pero le queda un largo y complejo camino por recorrer en casi todos los demás. Para ello, según las once personalidades del ámbito privado consultadas por ABC, hace falta más formación, más ambición y menos intervención del sector público, que ha copado demasiados espacios y achicado algunos proyectos privados, a diferencia de lo ocurrido en otras comunidades españolas más dinámicas y menos dependientes de las administraciones. Los encuestados no piden subvenciones sino leyes que favorezcan el mecenazgo, un cambio de mentalidad y un ambiente más propicio al emprendimiento y la innovación.
Preguntas
1. ¿Cómo se puede potenciar la sociedad civil de Sevilla para hacerla más impermeable a los poderes píblicos y menos dependiente de las subvenciones?
2. ¿Es la sociedad civil de Sevilla más endeble que la de otras ciudades similares? ¿ La ve capaz de articular proyectos culturales y de otro tipo que faciliten el progreso de la ciudad?
3. ¿Cuáles son las fortalezas de Sevilla que no están suficientemente desarrolladas?
4. ¿Una sociedad civil fuerte puede ser una vacuna contra las manipulaciones nacionalistas y localistas que se están viendo, por ejemplo, en Cataluña?
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Manuel del Valle
Exalcalde de Sevilla y copresidente de Civisur
1. La dependencia o independencia de la sociedad civil ante la administración pública, o de los partidos políticos, no está tanto en las subvenciones que se puedan ofrecer y recibir, sino en la actitud y autonomía de criterio de la sociedad ante las presiones o condicionantes que se le puedan plantear por parte de quien subvenciona. Lo importante no es tanto la subvención que se pueda recibir, sino la calidad de la actividad que se pretende realizar, y la independencia con la que se aborde el proyecto de que se trate.
2. La sociedad civil sevillana no es ni más ni menos débil que la de otras ciudades similares. Es cierto que en nuestra ciudad, en los años 60 y 70, la sociedad civil tuvo una gran importancia, tanto en el ámbito cultural, como en el movimiento político y sindical clandestino frente a la dictadura. Pero una vez pasada esta época en el que nuestra ciudad tuvo una gran relevancia, parece que nuestra sociedad hubiera entrado en un gran letargo, delegando su responsabilidad civil en los partidos políticos. Hoy parece que aquellos valores vuelven a estar en alza, y miembros de la sociedad civil intentamos proponer ideas y proyectos que no vemos recogidos en los planteamientos de los partidos que nos representan.
3. Sevilla es una ciudad que durante tiempo, a lo largo de su historia, ha estado ensimismada y esperando que sus problemas le vinieran resueltos desde otros ámbitos. Nuestra ciudad no puede seguir siendo una urbe ensimismada en sus propias tradiciones. Es preciso avanzar, subir a lo alto de la Giralda y ver que existen otros ámbitos con los que es preciso implementar proyectos comunes.
4. Una sociedad civil fuerte puede ser una vacuna, pero también se puede convertir, convenientemente manipulada, en un virus destructor de la convivencia y la paz social. El ejemplo lo tenemos estos días en Cataluña, en dos instituciones representativas de la sociedad civil a la se ha tenido que oponer una tercera que representa otra orientación política de la sociedad no nacionalista. La sociedad civil debe tener la virtud de unir en proyectos comunes a personas de distinto signo ideológico o condición para conseguir un objetivo común en beneficio de la sociedad.
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Isabel León
Presidenta de la Academia de Bellas Artes
1. Con una buena ley de mecenazgo que independice a las instituciones y se puedan manifestar con total libertad sin ningún tipo de presiones.
2. Creo que todo se puede mejorar, pero en esta ciudad hay una serie de personas de la sociedad civil que con sus ideas y trabajos hacen que Sevilla siga teniendo y conservando la grandeza en todas sus ramas artísticas. Es cuna del arte, y es tanto el tesoro que acumula que parece que algunas veces no se le da la importancia que merece, mientras hay otras ciudades que sin tener tanto han sabido aprovechar lo que seguramente en Sevilla se dejaron ir.
3. ¿Qué ciudad puede gloriarse de tener una historia continua de la importancia de Sevilla?
Hace cinco mil años ya existía Valencina; el Carambolo en época fenicia; Itálica da dos emperadores a Roma; pasando por la época visigoda de San Isidoro, el alcázar en el dominio árabe y la Catedral en la cristiandad, sin olvidar que fue puerta de América y capital de Europa. Conservemos todo este tesoro que es nuestro patrimonio y desarrollemos lo que todavía pueda mejorarse sin alterar lo que es nuestra historia. Los arquitectos, arqueólogos están para servir a los monumentos, no para servirse de ellos.
4. Sin duda. Desde pequeños los niños deben de aprender lo que es la historia verdadera de nuestro país. Una historia real, no deformada para finalidades políticas nacionalistas. La cultura es la que hace una sociedad mejor y más grande y podría decir que una economía sin cultura no tiene raíz y una cultura sin economía es inviable por falta de medios. Una y otra deben ir siempre de la mano
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Luis Rey Goñi
Promotor en Sevilla de Singularity University y director del colegio San Francisco de Paula
1. Ejercitando el cambio mental desde «sí, pero» y «sí está bien» hasta «¿y si…» y «¿cómo lo mejoramos?»: plantear alternativas útiles y no pegas, aspirar al progreso continuo y no conformarse. Supone esfuerzo y, en esta ciudad, un gran riesgo: pero la alternativa es miseria e irrelevancia.
2. Aquí solo están articulados fútbol, Feria y procesiones. Junto a setenta mil nazarenos recisamos de setenta mil innovadores ¡y que se vean! Hace falta acción decidida en educación, cultura, prensa, empresa, abogacía, judicatura, medicina…, tomar iniciativas y resaltar las que hay: Luis Galán en el Sevilla FC; John Axelrod en la ROSS; ISA en reflexión cívica. Necesitamos muchos y que colaboren interrelacionando ámbitos.
3. La primera, el capital humano: faltan más retos innovadores, ejemplos inspiradores, estancias en el extranjero, para mejorar idiomas, contactos, ideas. Al ver lo que otros hacen uno piensa «Y en Sevilla, ¿por qué no?». La segunda, el medio local: segundo idioma comercial del mundo, clima envidiable, alimentación fantástica y una ciudad bellísima: pero no se atrae talento de fuera que se mezcle con el nuestro. Ninguna gran empresa del terrible éxodo catalán se ha venido aquí.
4. Solo si es plural. Los independentistas son sociedad civil fuerte. Los otros no, empezando por los políticos, porque no colaboran. Por eso aquellos han campado a sus anchas, adoctrinando a generaciones.
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Miguel Ángel Robles
Consultor y socio de Euromedia
1. La historia demuestra que una economía fuerte es sinónimo de una sociedad políticamente activa y con deseo de ejercer la influencia pública. En Sevilla, y en Andalucía en general, no tenemos una sociedad civil fuerte porque tenemos una economía muy dependiente del sector público, sin grandes empresas, sin industria y sin tejido financiero propio. A eso se añade la falta de educación política.
2. Las sociedades progresan o no progresan y ese progreso depende de la educación y la economía. Con un tejido empresarial de suficiente tamaño, no hubiéramos visto los problemas que tiene el Teatro Maestranza. Vas a cualquier espectáculo musical del Metropolitan, en Nueva York, y el listado de mecenas que te encuentras en el programa de mano es abrumador. La cultura del mecenazgo no está suficientemente favorecida en nuestro país, porque los poderes públicos prefieren recaudar más y ejercer ellos directamente el papel de mecenas (y hasta el de empleador). Tenemos una economía y una sociedad muy intervenidas por los poderes públicos.
3. Sevilla tiene su fortaleza bastante desarrollada, el problema es que la fortaleza es una, en singular: el turismo. La oferta hotelera y de restauración ha mejorado bastante, pero corremos el riesgo de matar la gallina de los huevos de oro. Es necesario diversificar la economía e impulsar la iniciativa empresarial. Teníamos un tejido financiero y lo perdimos, sin que la sociedad civil dijera absolutamente nada. Nos faltan empresas de gran tamaño y globalizadas. Y no deja de tener su aquél que la única empresa catalana que se venga a Andalucía sea cervecera.
4. Las opiniones no nacionalistas entraron en una espiral de silencio, mientras los poderes públicos, a través de sus medios en propiedad o subvencionados, impusieron los mensajes socialmente aceptables. En Andalucía no hay nacionalismo, pero el miedo a hablar y a quedar estigmatizado sí ha existido y aun existe, aunque ahora quizás menos. Y también es fundamental que haya un ecosistema plural de medios de comunicación privados. La debilidad de este ecosistema es la debilidad de la sociedad civil. Si no hay público lector, no hay sociedad civil: hay masas muy vulnerables a la manipulación.
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Enriqueta Vila
Historiadora y escritora
1. Potenciar lo que se llama «sociedad civil» que es muy difícil definir, como hemos podido ver durante años en Cataluña. Creo que en Sevilla funciona por sectores, aunque casi nadie le presta voz. Hay muchos grupos y foros preocupados por hacer una Sevilla mejor. Y pongo el ejemplo de Adepa que conozco bien.
2. No es que sea más endeble. Pienso que lo que ocurre es que Sevilla, su historia y su cultura es tan importante que los sevillanos consideran que con eso basta. Nos creemos que no hay necesidad de competir con ninguna otra ciudad, y así está ocurriendo que Málaga, por ejemplo, tiene una sociedad civil y empresarial mucho más fuerte porque quiere ser el referente de Andalucía. Los admiro por eso.
3. Quizás el sector industrial y financiero. Hay notables excepciones pero, por ejemplo, nuestra potencialidad en el sector agroalimentario debería ser mayor. Y por supuesto es necesario mejorar la educación en todos los niveles.
4. Cuando ocurre algo tan grave para la identidad de una comunidad, como estamos viendo, la sociedad civil siempre aparece. Está ahí. Pero como se pregunta por una vacuna, habrá que ver quien quiere vacunarse o qué métodos de persuasión se pueden emplear.
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Joaquín Egea
Presidente de Adepa
1. Potenciar la sociedad civil sevillana será difícil, porque realmente es muy viva. El problema es que no es absolutamente para nada reivindicativa, muy conservadora y muy dependiente de sus intereses. Salvamos de ella los pequeños grupos y las pequeñas entidades que, sin subvenciones, ni apoyo de los medios, mantienen viva la llama de la independencia y la cultura, ambas revolucionarias por sí mismas.
2. La sociedad civil sevillana difiere muy poco de la de otras ciudades. Observemos: sindicatos y patronales metidos y cobrando de todos los charcos, hermandades, clubes de fútbol con cien mil seguidores, reales academias, Ateneo, clubes privados como Pineda, Labradores,; difícilmente encontraremos un sevillano que no pertenezca a alguno de los anteriores. El problema es que los fines y la realidad limitan la labor de todas estas fuerzas, unido a las expectativas de conseguir algo del poder político en forma de privilegios o subvenciones.
3. El río. Una forma de concebir la vida que se ha mercantilizado entre colores espaciales, olor a fritanga, veladores y anuncios callejeros, completada con la rumbita del guitarrista limosnero. Revitalización de los museos con exposiciones de nivel. La vuelta de la cultura al centro: cines, teatros, hoy desaparecidos o escasos. El Estadio Olímpico como centro de un deporte amateur frente a un fútbol absolutamente mercantilizado y fanatizado y carreras que más que alentar el deporte se han convertido en fuente de ingresos del Ayuntamiento. No podemos seguir con un festival de cine sin cines y con otro de flamenco sin peñas.
4. La cultura que impulsa una sociedad viva es la que puede ser una vacuna contra la ignorancia, el racismo, presente siempre en todas las formas de nacionalismo y localismo.
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Francisco Ferraro
Observatorio Ecnómico de Andalucía
1. La democracia española se conformó concentrando en el poder político y los gobiernos la práctica totalidad de las responsabilidades sociales, dejando poco espacio a las instituciones sociales independientes, por lo que el desarrollo de estas instituciones y su relevancia son menos intensos que en otros países desarrollados. En consecuencia, la sociedad civil se potenciará sola o no se desarrollará, pues si le pedimos a los poderes públicos que la potencien, o no lo hará o las harán dependientes.
2. Mi percepción es que en Sevilla existen menos instituciones de la sociedad civil que en otras ciudades de tamaño semejante de España, a excepción de las de carácter religioso o festivo. Probablemente, la menor renta por habitante y la autoasignada responsabilidad social casi absoluta de la clase política ha alejado a los sevillanos de asumir responsabilidades sociales.
3. Posiblemente un poso cultural no debidamente valorado y escasamente puesto en valor. También algunas empresas dinámicas e innovadoras y algunos departamentos universitarios con investigadores y resultados en la vanguardia del conocimiento.
4. Dado que una sociedad será más estable cuanto más relevantes sean sus instituciones, es más probable que sean menos vulnerable a la manipulación. En todo caso, servirán de control y contrapeso a las instituciones políticas.eos.
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José María O'Kean
Catedrático y economista
1. Es difícil, porque esta hipotética sociedad civil se ha identificado con la forma de hacer política por parte de los poderes públicos y, en cierta medida, prefiere resolver los problemas y conflictos colaborando con los podres públicos y solicitando de ellos soluciones individualizadas que, en muchas ocasiones, se articulan mediante subvenciones.
2. La sociedad civil suele ser una expresión del tejido económico y productivo. En Andalucía este tejido es importante pero no suficiente, en relación a la población y el espacio económico andaluz. Las hermandades y la actividad que genera la Semana Santa durante todo el año, satisfacen para muchas personas la necesidad de desempeñar un papel en la sociedad civil. Además, es una ciudad en la que las expresiones de generosidad individuales no son compartidas y, por lo general, ocasionan críticas por parte de la sociedad civil y temor en las autoridades públicas, que no las favorecen e incluso las combaten.
3. Lamentablemente la fortaleza incuestionable de la ciudad es la vida lúdica. El turismo acapara la mayor parte de los recursos y las iniciativas. Como sabemos es un turismo que genera un valor muy limitado y por eso los salarios del sector son bajos. En los tiempos actuales el driver tecnológico marca el camino del crecimiento. Hay excepciones relevantes de personas, empresas e instituciones que asumen este reto, pero parece que no tienen aún la masa crítica suficiente.
4. Cuando surgen conflictos, la sociedad civil puede ser un elemento de distensión del conflicto o un elemento que lo radicalice el conflicto. La sociedad civil empresarial catalana sólo ha reaccionado con rotundidad cuando ha comprobado que el coste económico de la independencia es inasumible. Mientras pensaba que era posible lograr un estatus más favorable para Cataluña su actitud ha sido más ambigua. No ha calculado la dinámica de radicalización del conflicto y ya el daño está hecho. Se trata ahora de reducirlo en lo posible.
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Teresa Jiménez Becerril
Eurodiputada
1. Para potenciar la sociedad civil el capital humano será el activo más poderoso y posteriormente si logran ilusionar a más personas, vendrán las ayudas, pero siempre deben ser consideradas desde la independencia y sin desvirtuar el objetivo que vio nacer el proyecto.
2. No lo creo. Quizá los sevillanos somos indolentes, algo individualistas. Pero si creemos en algo vamos a por ello. Puede ser que haya una tendencia a mirar hacia el poder público a la hora de impulsar proyectos, pero esa mentalidad debe cambiar, porque si la sociedad civil no reacciona, vendrán otras capitales y nos tomarán la delantera. Y Sevilla es una maravilla, pero la belleza sola no basta.
3. El turismo está en auge pero seguramente puede mejorarse. Estancias más largas, que influyan en la economía de la ciudad. Creo que el hecho de tener el Guadalquivir y su conexión con Sanlúcar también podría ser potenciado. La gastronomía más ligada al importante sector agrícola. Y los museos, no se conocen para el nivel que tienen. Quizás haría falta tener de nuevo un evento como la Expo 92, que uniera a toda la ciudad. Eso sí que fue un proyecto común compartido por todos los sevillanos.
4. Una sociedad civil sana es la vacuna contra el nacionalismo. Siempre he sostenido que el terrorismo se permitió y creció porque una gran parte de la sociedad vasca estaba enferma de indiferencia ante el drama humano. Una sociedad que reacciona y no se somete a los dictados de unos cuantos es el mejor antídoto contra lo que estamos viendo en Cataluña. Pero el miedo social a ser excluido es poderoso y también necesitamos una sociedad civil con valores y de eso hoy día andamos muy escasos. Es ahí donde hay que trabajar, educando en valores, como la libertad, la dignidad, la bondad y el respeto mutuo. Bueno, y algo de sacrificio.
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Gabriel Pérez Alcalá
Rector de Universidad Loyola Andalucía
1. Serían necesarias tres acciones esenciales: visibilizar a toda la sociedad civil en los medios y en el espacio público, pues Sevilla es mucho más de lo que se ve; en segundo lugar, valorarla, valorar lo que se hace en todos los ámbitos (arte, cultura, deportes, actividades sociales); finalmente, afirmarla, es decir, hacerle ver a esa sociedad civil que no depende de las administraciones. Y hay que animar a algunas personas y empresas a que sean menos «discretos».
2. No creo que sea más endeble que las de otras ciudades de su nivel. Creo, sencillamente, que es una sociedad civil menos visible, quizás por la omnipresencia de lo público y por la confusión, típicamente española, de que todo lo que ocurra en el espacio público, de la ciudad, implica la presencia de las administraciones. Y sí la veo capaz de articular otros tipos de proyectos que faciliten el progreso de la ciudad: Loyola es, en mi opinión, un buen ejemplo.
3. Su carácter internacional. Sevilla fue el centro de la primera globalización y tiene una historia de relaciones internacionales y de diversidad que pocas ciudades tienen. Sin embargo, lo que se subraya de Sevilla es su carácter local. Otra fortaleza de Sevilla es su carácter de ciudad moderna, contemporánea, lo contemporáneo, que existe, no se visibiliza. En Sevilla, la historia pesa demasiado.
4. No necesariamente y Cataluña es el ejemplo. El proceso independentista que estamos sufriendo es transversal en gran medida porque ha calado en instituciones de la sociedad civil.
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Manuel Villalón
Fundador de Business Angels de Andalucía
1. Se podrían ampliar el tipo de instituciones cuyas aportaciones son fiscalmente deducibles o abrirse a nuevas formas de financiación como el crowdfunding por ejemplo. El problema es que en España estamos muy acostumbrados a que los poderes públicos se encarguen de financiar la mayor parte de actividades impulsadas por la sociedad civil y es difícil cambiar esto. Incluso cuando las empresas adoptan un rol activo en la financiación de actividades impulsadas por la sociedad civil, lo suelen hacer en muchas ocasiones, influidos de alguna manera por las instituciones públicas.
2. No creo que la sociedad civil sea en Sevilla más endeble que en otras ciudades similares, de hecho en pocas ciudades de este tamaño y renta, existen instituciones como tanta influencia, independencia y eficacia organizativa como las hermandades. Es cierto que en otros países hay más tendencia al asociacionismo desde la sociedad civil y una mayor independencia de las instituciones públicas, pero quizás a los españoles nos gustan más las organizaciones informales que las formales.
3. Sin ser chovinista ni autocomplaciente (creo que Sevilla ha pecado de ambos en el pasado) creo que tiene muchos elementos para ser una de las ciudades referentes en innovación en el sur de Europa, siempre que asumamos que el reto es nuestro y que nadie desde fuera nos lo va a solucionar.
4. Una sociedad civil organizada a través de instituciones financieramente y orgánicamente independientes es menos manipulable. Hemos visto en Cataluña cómo los poderes públicos han dedicado mucho dinero y esfuerzo a enfrentar artificialmente a parte de la sociedad contra el resto de España.