Hallazgo en el río Guadalquivir

El sistema de protección falló con Virginia, la primera víctima de violencia machista en 2022 de Sevilla

Tenía un perfil inactivo con respecto a su presunto asesino y activo con respecto a otra pareja que también había denunciado por malos tratos

Detenido tras confesar que mató a su exmujer y tiró el cuerpo al Guadalquivir

Lugar en el que se encontró el cadáver de Virginia tras la confesión de su expareja Raúl Doblado

Silvia Tubio

«No tenemos un sistema que al cien por cien evite estos casos». Así se ha expresado este miércoles el delegado del Gobierno, Pedro Fernández , cuando se le ha preguntado por el asesinato de Virginia T. G., cuyos restos mortales fueron recuperados este martes en la orilla del Guadalquivir a su paso por San Jerónimo. Su expareja Alfredo G. C. confesó el crimen y guio a los agentes hasta el punto donde dejó el cuerpo envuelto y oculto entre cañas. La víctima estaba dentro de la base de datos de VioGén , un sistema basado en un algoritmo que calcula el riesgo de las mujeres que denuncian malos tratos y se les asigna un nivel de riesgo desde bajo a extremo. Estaba, por tanto, dentro del sistema de protección, pero éste ha fallado como muestra el fatal desenlace.

La delegación del Gobierno contra la Violencia de Género aún no computa el caso de esta vecina de Sevilla en la estadística de mujeres asesinadas porque aún no hay una confirmación oficial de que el cuerpo recuperado sea el de Virginia . Pero para el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, que lleva semanas volcado con este caso, no hay duda alguna porque el principal sospechoso ha confesado el crimen y no se sabe nada de su expareja desde finales de abril. A falta de que el Gobierno la incluya oficialmente en la estadística, Virginia es la primera víctima de violencia machista del año en Sevilla, la quinta de Andalucía y la número 21 de España.

La historia de esta mujer, de origen boliviano como el detenido, es compleja porque en el sistema VioGén consta con un perfil inactivo con respecto a Alfredo G. C. y activo con respecto a otra pareja a la que también denunció por malos tratos. Según han confirmado fuentes policiales, el seguimiento de Virginia estaba en manos de la Policía Local de Sevilla que a través de un protocolo de colaboración con la Policía Nacional se reparten los casos. Los perfiles con un riesgo más altos están en manos del Cuerpo Nacional. Virginia no tenía un perfil de estas características activado estos momentos porque las medidas de protección con respecto al hombre que finalmente ha acabado con su vida ya habían decaído.

La oficina de comunicación del TSJA ha confirmado que el mismo juzgado que instruye el asesinato, el n º 3 de Violencia sobre la Mujer de Sevilla, ya condenó a Alfredo en 2020 a 40 días de trabajo en beneficio a la comunidad y 16 meses de alejamiento sobre la víctima. Una sentencia que ya cumplió y que al no producirse nueva denuncia de la víctima, su perfil en VioGén se desactivó con respecto a este individuo. Alfredo y Virginia compartían vivienda con otras personas en el barrio de la Macarena.

Riesgo no elevado

Como viene informando ABC, Alfredo G. C. ya fue condenado por violencia machista a raíz de una denuncia que le presentó la fallecida. Según confesó a los agentes, tuvo una pelea con ella el pasado 25 de abril ante la negativa de Virginia a regresar con él. Aún no ha trascendido cómo la mató. Sí que se deshizo del cuerpo, metiéndolo en unos sacos y tirándolo en el río, en unos cañaverales . Las mismas fuentes consultadas explican que el cuerpo no llegó a tocar el agua ni tampoco se veía desde el paseo que discurre a escasos metros.

VioGén clasifica el nivel de riesgo de la víctima a partir de las respuestas que dan las víctimas a una cuestionario que les hacen los agentes cuando se entrevistan con ellas. A través de esa información y otras circunstancias relacionadas con la persona denunciada, el sistema define de manera automática ese riesgo a partir del cual se activan medidas de protección, desde llamadas de control regulares, visitas o una vigilancia más exhaustiva en los casos más graves. Este sistema, que puso en marcha el Ministerio del Interior en 2007, cuenta con una debilidad y es que los recursos policiales son muy limitados. En Sevilla, como ya ha denunciado este medio en varias ocasiones, un solo agente puede estar a cargo de más de un centenar de mujeres. Además, una reciente auditoría externa realizada a VioGén por parte de la Fundación Éticas y una red de mujeres supervivientes a los malos tratos (Fundación Ana Bella) alertaba de fallos en esas evaluaciones automatizadas.

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