Coronavirus

Sevillanos que no volverán a casa por Navidad

Cierre de fronteras, cuarentena, vuelos anulados, PCR y miedo dejan a muchas familias sin poder reunirse. Jamás lo hubieran imaginado

Sevillanos que no podrán volver este año a casa por Navidad ABC
Javier Macías

Javier Macías

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Los abrazos serán virtuales. Los villancicos esta noche irán descompasados por el retardo de la videollamada. En esta Nochebuena presidirá la mesa una tablet capaz de conectar dos puntos a miles de kilómetros de distancia. Este año la voz grave de Sinatra rasgará más que nunca el alma... «I’ll be home for Christmas» . Son los sevillanos que no volverán a casa por Navidad. Ellos no imaginaban hace menos de un año que pasarían las fiestas en el extranjero , alejados de su familia. La pandemia ha aislado el mundo y ha levantado muros intangibles e insalvables, obligándoles a descartar el regreso por la odisea que supone el cierre de fronteras, la cuarentena, los vuelos anulados, el PCR y, sobre todo, el miedo a contagiar a sus padres y abuelos. Con este escenario se dibuja la historia de cuatro familias sevillanas que permanecerán en destino.

Práxedes (Nueva York)

Práxedes Sánchez en Times Square ABC

Práxedes Sánchez es un joven sevillano afincado en Nueva York , donde lleva residiendo desde julio de 2019 como investigador posdoctoral en Química organometálica, en la Rutgers University de Newark (Nueva Jersey), a media hora en metro de Manhattan cruzando el Hudson. El año pasado tampoco regresó por Navidad porque prefirió volver en Semana Santa , ya que es muy capillita y su pasión en la fotografía cofrade. Sin embargo, 2020 le dio un revés difícil de superar. En marzo, justo cuando se extendió el coronavirus, falleció su madre . El viaje previsto a Sevilla ya no fue para disfrutar de una fiesta que nunca llegó a celebrarse, sino para despedir a la mujer que le dio la vida. Por eso esta Navidad quería regresar para estar con su familia.

Sin embargo, la burocracia y el cierre impuesto por el Ejecutivo de Trump a la entrada de extranjeros se lo ha impedido. «Podría pedir la excepcionalidad pero es difícil que me lo hubieran dado porque ahora aquí tenemos las mismas cifras que en el peor momento de la pandemia», cuenta. En su lugar, pasará la Navidad en la ciudad de los rascacielos, mirando con nostalgia hacia Sevilla. «Como la cena de Nochebuena en España coincidirá con mi almuerzo, compartiremos la mesa a través de Skype . Luego, aquí por la noche, me pondré una película e intentaré olvidar...», señala Práxedes, que pese a todo es optimista: «Vendrán tiempos mejores».

Antonio (Indiana)

Antonio Delgado, junto a su mujer Ángela García y sus hijos David y Gabriel ABC

Otro sevillano afincado en Estados Unidos y que no podrá regresar en estas fechas es Antonio Delgado , el conocido físico de partículas que ofrece el parte meteorológico a diez mil kilómetros de distancia de Sevilla. Vive junto a su familia en South Bend , un pueblo al norte de Indiana , a unos 150 kilómetros al este de Chicago, de donde es el próximo secretario de Transporte, el demócrata Pete Buttigieg, el primer político abiertamente homosexual que formará parte de un gabinete en el país. Antonio es profesor de Física en Notre Dame , la universidad católica más importante de Estados Unidos.

Quería regresar a Sevilla con su mujer y sus dos hijos en Semana Santa y en verano, pero no fue posible. Ahora tampoco podrá hacerlo. Tenían billetes para viajar a España el 17 de diciembre pero la compañía canceló los vuelos. «Además, la situación no es la más propicia para visitar a nuestros familiares», indica a ABC con gran pesar ya que «el hijo del hermano de mi mujer nació en agosto de 2019 y todavía no lo conocemos en persona». No será la primera Navidad en la distancia , pero sí será distinta. «En lugar de una o dos videollamadas tendremos que hacer muchas más para felicitar a la familia, ya que no se van a juntar todos como de costumbre. También aquí en Indiana no nos juntaremos los que solemos hacerlo, son tiempos difíciles». Antonio, cuyo radar está siempre sobre Sevilla, tiene en su casa un cuadro con la Giralda, pone música de las Cigarreras en el coche y lleva en su foto de perfil siempre a la Macarena. Nunca le falta la Esperanza .

Blanca (Núremberg)

Blanca González, junto a su marido Tobias y su hija Carla ABC

Blanca González vive en Núremberg . Esta sevillana de 33 años e ingeniera mecánica se marchó a Alemania en 2012 y se afincó en el lugar donde había más sol, al sur del país. Allí trabaja en la empresa Continental y ha echado raíces. Se casó con un alemán, Tobias , con quien tiene una hija - Carla - y actualmente se encuentra embarazada de su segundo bebé. «Mi marido es muy fan de España y mi niña nació allí, solemos ir al menos tres veces al año pero por el Covid no hemos podido volver en los últimos meses». Blanca explica que la opción era regresar a casa en Navidad si las medidas lo permitían, pero no ha sido posible: «Como residente, yo puedo llegar, con el riesgo que conlleva viajar embarazada, pero si vamos a España luego tendríamos que hacer cuarentena en casa y nos resulta complicado. La vuelta se haría muy compleja. Varios test al llegar y antes de volver, otra cuarentena aquí... Siendo dos padres trabajadores con niños nos parecía inviable».

En su lugar, intentaron plantearlo de otra forma: que sus padres fueran a Alemania, «pero ha sido muy difícil» , asegura, añadiendo que «no han podido volar y ni siquiera han podido recibir el dinero de vuelta por todas las complicaciones. Nos parecía demasiado complicado, deberían haber volado con mucha antelación, aislarse en un hotel para poder vernos varios días. Era algo desmesurado. No ha sido posible».

Esta ingeniera sevillana afirma que «emocionalmente, con una nieta y yo embarazada, son demasiados meses sin poder vernos y estamos tristes porque no podemos elegir». Finalmente, han viajado en coche a la ciudad donde vive su familia política en el país teutón. Antes, se han hecho los PCR y han guardado una cuarentena voluntaria para garantizar que están todos bien.

Carlos (Santiago de Chile)

Carlos Román, su mujer Idina Abad y sus hijos Carlos y Berta ABC

Como Blanca, Antonio y Práxedes, otra familia que no regresará a casa por Navidad será la de Carlos Román, Idina Abad y sus hijos Carlos y Berta . Este matrimonio de Sevilla lleva tres años residiendo en Santiago de Chile y éstas serán las primeras fiestas que pasarán lejos de la familia. La pandemia lo ha impedido y piensan que es mejor viajar en otro momento, como puede ser el verano. «¿Que si echamos de menos algo? Lo echamos de menos todo, los reencuentros con la familia... Yo llevo un año sin ver a mi madre, que vive en Jerez, y no pasaremos la Navidad juntas. No hemos faltado un año», señala Idina. Echará de menos las luces de Navidad, el ambiente, las zambobas de su tierra y «una buena juerga» con sus amigos. Vivirán de lejos el derbi del 2 de enero. Carlos, su hijo, tiene la sangre verde y se levanta de madrugada para ver jugar a su Betis . «La Navidad será en el hemisferio sur, en verano, en bañador y piscina» , señala el padre de familia. «Sobre todo echaremos de menos a mi madre, a la abuela . Estos días son sinónimo de reencuentro y este año no será posible». La familia Román Abad deja claro que, pese a la distancia, asistirán a la misa del Gallo, cenarán esta Nochebuena, el almuerzo de la Navidad y se tomarán las uvas cuatro horas después que en España. Por supuesto, vendrán los Reyes Magos. «Sólo esperamos que todos estos sacrificios de personas que no volveremos para ver a nuestros seres queridos, ya sea a tantos kilómetros de distancia, ya sea de un punto de la ciudad a otro, nos sirva para que esta pandemia acabe de una vez por todas y haya merecido la pena», comenta Idina.

Las historias de estas cuatro familias son algunas de las muchas que vivirán esta noche tan especial con añoranza, lejos de sus familias en fechas donde la memoria escoge el camino más corto para herir a las personas. Muchos no tienen la suerte de compartir la cena ni tan siquiera con diez personas, aunque sea un menor número que lo habitual. Muchos pasarán la Navidad solos, con la cercanía de las videollamadas . Otros han tenido más suerte o han corrido con éxito el riesgo de quedarse en tierra pese a afrontar un viaje burocrática y económicamente complicado. El Gobierno español tampoco lo pone fácil. A los viajeros que regresan a casa desde países europeos o del resto del mundo les exige un documento que cuesta 250 euros, que acredite la prueba PCR en inglés, francés o alemán si no proviene de países donde se hable estos idiomas.

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