Sevilla sucumbe al Black Friday

Miles de sevillanos volvieron a salir ayer a la calle para conseguir sus productos favoritos a mejor precio

El Black Friday, presente en las tiendas de la ciudad de Sevilla Juan José Úbeda

Pedro Ybarra Bores

Este viernes, 23 de noviembre, día en el que la ciudad conmemoraba la festividad de San Clemente , la «recuperación de la ciudad para la cultura europea y la fe cristiana por el Santo Rey» se hace más evidente que nunca que la ciudad ha sucumbido ante la invasión del Black Friday . El negro es un color presente en casi todos los escaparates de los comercios de la ciudad durante estas fechas. Un día que muchas tiendas convierten ya en tres (Black weekend) o incluso en siete (Black week).

Black Friday sobre los cupones de la ONCE que vendía ayer Javier Vasco en la puerta de El Corte Inglés de la plaza del Duque. «Más o menos se vende como todos los viernes, aunque con el color negro de fondo y las palabras en inglés lo compra el cupón mucha gente, aunque también hay muchos clientes que lo compran todos los viernes», afirmaba.

«Tampoco es como para tirar cohetes»

Aunque son las cinco de la tarde, el público todavía hace grandes colas en las hamburgueserías de la Campana. «Al pequeño comercio no le viene bien, porque la gente anticipa las compras navideñas con estas campañas tan agresivas que nosotros no podemos secundar», decía Lola , una de las comerciantes de venta ambulante de un puesto de marroquinería de la plaza del Duque. Según el camarero de la confitería La Campana, Juan Espinosa , «este viernes entra algo más de gente, pero tampoco es como para tirar cohetes. Se nota siempre un poco más a partir de las siete o las ocho de la tarde», decía.

Carteles negros en las entradas de las ópticas y globos negros pegados en los escaparates de las zapaterías de la calle Sierpes. «Hay más gente, pero quieren más productos en descuento y no productos seleccionados», afirmaba la encargada de Geox de Sierpes, Macarena Rodríguez . Hasta la librería Verbo o San Pablo ofrecían un 5% de descuento, «lo máximo que permite la ley para los libros, aunque muchos de los clientes que vienen no lo saben», afirmaba el dependiente de la librería Verbo Luis Rufino .

«Es una locura»

«Se nota muchísimo en las ventas, sobre todo en los perfume», decía Virginia , consejera de Douglas. Para Anaís Espinosa , dependienta de Primor, «Cada sección tiene un descuento distinto. Se nota muchísimo, es una locura y de hecho hay muchos más turnos de trabajo durante estos días para atender la demanda sobre todo de cosmética y perfumería».

Zapaterías, gafas, moda, perfumes, cosméticos, bolsos o relojes. Muchas madres de adolescentes saltando de escaparate en escaparate. Asalto de rebajas al 10%, 20%, 30%, o hasta el 60%, que contrasta con el máximo del 5% que la ley permite aplicar a los libros.

Quienes no se apuntaron a las ofertas de ese día fueron los manteros que permanecían en la calle Tetuán, ni tampoco los vendedores de paloduz o castañas. Tampoco los supermercados. Eso sí, como todos los viernes una gran cola apuntaba a la administración de loterías que se encuentra junto a la plaza de San Francisco, donde ya se pueden adquirir los décimos para el sorteo de Navidad, esos, que a diferencia de los de ayer son impresos sobre fondo blanco y se pueden comprar durante más de veinte viernes al año.

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