Religión

Sevilla recuerda a la fundadora de La Obra de la Iglesia

El arzobispo Saiz preside la misa de acción de gracias por la vida de la nazarena Madre Trinidad

El Papa San Juan Pablo II dando su bendición a la Madre Trinidad en su casa de Roma ABC

Francisco Rodríguez

La Catedral de Sevilla acoge este miércoles 27 de octubre a partir de las ocho de la tarde una misa de acción de gracias por la vida de Madre Trinidad, la fundadora de La Obra de la Iglesia , fallecida en Roma el pasado 28 de julio y cuyo funeral se ofició en la basílica de San Pablo Extramuros.

El propio prelado había expresado su deseo de que la liturgia sea una misa de acción de gracias «por los beneficios que Dios ha otorgado a su Iglesia a través de esta sencilla sevillana, que ha llevado el mensaje del Evangelio a todo el mundo », afirma Pablo Martínez, sacerdote de esta realidad eclesial fundada por la sevillana Trinidad Sánchez Moreno y aprobada por el Papa San Juan Pablo II en 1997 , que mantuvo con ella una relación entrañable.

En Sevilla, La Obra de la Iglesia tiene confiada la parroquia de San Bartolomé y San Esteban y cuenta con varias casas de apostolado , entre ellas la sita en la plaza de Pilatos y la casa natal de la Madre Trinidad en Dos Hermanas.

«Esta sevillana unviersal, sencilla mujer seglar consagrada a Dios desde joven, ha dejado tras de sí una historia hermosa de amor a Dios y a todos con cuantos se ha ido encontrado a lo largo de su vida, una misión grande en la Iglesia y una familia que se extiende por los cinco continentes», recuerda con emoción Pablo Martínez.

La Obra de la Iglesia tiene centros estables en España, Italia y Guinea Ecuatorial , aunque desarrolla desde ellos misiones apostólicas también en otros países. Estrecha lazos con unos 1.500 obispos repartidos por todo el mundo.

La historia de fe de esta «andaluza, sevillana y nazarena», como ella misma se definía , arranca en la parroquia de Santa María Magdalena de Dos Hermanas ante el sagrario y ante la Virgen de Valme de aquella joven enamorada que «buscaba hacer sonreír a su Rey». Precisamente el Papa San Juan Pablo II concedió a esta institución eclesial una parroquia en Roma con el título de Nostra Signora di Valme, protectora de Dos Hermanas , donde nació la Madre Trinidad en 1929.

El momento culminante de su vida le llegó, por pura gracia, el 18 de marzo de 1959 en Madrid en el que «fue llevada por el Señor a contemplar y gozar las honduras de su misterio». Ese momento se prolongó durante un mes «con profundas y claras luces sobre Cristo, María y la Iglesia» hasta dejarla marcada para siempre en un doble sentido: «por un lado, se imprimía en ella una misión: 'Vete y dilo, esto es para todos' ; por otro, algo más tarde, se grababa en su interior la petición de formar una gran familia: 'Hazme La Obra de la Iglesia'. Ambos sellos, caras de una misma moneda, perseguían lo que se convirtió en el gran anhelo de su vida: ayudar a la Iglesia Santa a presentarse ante el mundo con toda su hermosura, tal como Dios la hizo, y así atraiga a todos los hombres a su seno». Siempre con su lema por bandera: «¡Gloria para Dios, sólo eso! ¡Lo demás no importa! ».

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