Sevilla
Manos que hablan de Dios
Sordos y sordociegos de Sevilla pueden recibir formación y sacramentos gracias a la Pastoral específica de la Archidiócesis
Gumersindo Melo , además de director de la Casa Sacerdotal Santa Clara o capellán de las hermanas cistercienses de San Clemente, es el responsable del departamento de Pastoral del Sordo y Sordociego de la Archidiócesis de Sevilla , un equipo creado hace más de una década formado por personas oyentes y sordas para dar respuesta a las necesidades humanas y espirituales de las personas sordas y sordociegas para que todos «puedan vivir la fe dentro de la Iglesia hablando el lenguaje que ellos hablan: la lengua de signos». No es fácil encontrar a un sacerdote que domine este lenguaje como lo hace el responsable de esta pastoral, debido a que sus padres son sordos: «Mi padre ya falleció, pero mi lengua materna fue siempre el lenguaje de signos» , afirma.
En el departamento que dirige, «desde este curso escolar, celebramos todos los sábados la eucaristía a las 17.30 horas en la capilla de la Virgen de los Reyes, en la que el sacerdote se comunica con la voz y los signos a la vez. También realizamos una programación específica de catequesis dirigidas a sordos y sordociegos los jueves alternos en el Arzobispado de Sevilla».
Este año, la catequesis está enfocada en « las diferentes espiritualidades católicas y se centra en un convento para hablar de la espiritualidad, ya sea franciscana, carmelita... Recientemente también hicimos el retiro espiritual de Adviento en las hermanas cistercienses de San Clemente».
¿Cómo se confiesa un sordociego?
Para el sacerdote, uno de los retos de este departamento es que, «como cada uno vive en un punto distinto, si alguien quiere recibir un sacramento, se pone en contacto con nosotros». «Me acaba de llamar una persona que vive en una población cercana que quiere confirmarse y desde aquí se le da la formación de preparación». En el caso de los sordociegos «también se comunican a través de las manos si por ejemplo se quisiera confesar. Es el mismo lenguaje pero con las manos: letras, palabras... a través del tacto. En este último caso, cada uno tendría que tener un intérprete», añade. Surgió también la idea de grabar el Evangelio de cada domingo en vídeo y en lenguaje de signos para publicarlo en la página web de la Archidiócesis, «donde las personas sordas pueden verlo antes de acudir a su parroquia. Tienen mucha aceptación en todo el país, ha calado mucho a nivel nacional», afirma.
«Lo mismo que eliminamos las barreras arquitectónicas en los edificios, en la comunicación es muy importante también en esas personas que hablen lenguaje de signos», dice quien afirma que «tenemos que ser sensible a todas las realidades» .
Desde la Conferencia Episcopal todos los años hay un encuentro nacional, que este año se celebró en Burgos en el mes de julio. También hay un encuentro en Andalucía que se celebró a final de octubre en Sevilla también adaptado para ellos y en el que participaron 80 personas. Este año trabajó sobre la eucaristía bajo el lema «La eucaristía, signo de fraternidad».