Sevilla estrena la fase 2 con la apertura de 1.200 bares

La hostelería del Centro sigue castigada aunque recuperan la actividad otros 20 restaurantes

La fase 2 permite consumir, en el interior de los establecimientos, como se aprecia en esta cafetería Vanessa Gómez

Javier Macías

La fase 2 que estrenó este lunes Sevilla trajo consigo la apertura de alrededor de 1.200 bares , que se suman a los 800 que iniciaron su actividad en estas últimas dos semanas. En el Centro, sin embargo, la hostelería sigue castigada por las dificultades de ocupación de los veladores y la tipología de unos negocios que viven más de la barra que de las mesas. Ayer, sin embargo, un paseo matinal revelaba que había mucho más movimiento, pese a que sólo fueron 20 los establecimientos que regresaron a la actividad en el casco antiguo.

El vaso se ve medio lleno, no sólo para los bares, también para las iglesias y comercios . Este paseo empieza en el barrio de San Lorenzo, en la plaza de San Antonio. Hay cola en la frutería y en el banco. Pero, sobre todo, hay gente sentada en el interior del Bar Rodríguez, que reabrió ayer. Aquí ha llegado esa «nueva normalidad», pero la realidad es que en el cruce de calles entre Marqués de la Mina, Teodosio y Alcoy no está todavía la Abacería. Septiembre aún se ve lejos. Lo mismo ocurre con Ricardo y el Eslava, que siguen cerrados porque nadie les ha dado una solución. A este último, de hecho, le han denegado la solicitud para poner mesas en la parte trasera de la parroquia. El Ayuntamiento no le deja pero sí permite que allí aparquen las motos.

En la plaza no hay sombra, salvo debajo del toldo del quiosco donde hay tres señores haciendo una cola para comprar el ABC. Quitaron los plataneros y pusieron unos árboles de talla infantil. En San Lorenzo, el único refugio es la basílica y no sólo porque haga fresco. Los bancos ahora son de a tres, como penitentes con sus cruces mirando al Señor, que sigue cerca de los fieles. Todo está medido y señalado: el confesor, el gel de color morado, el cartel, la salida y la entrada, el recorrido... Caben los que caben, pero ya cabemos más.

Por la Gavidia, el Dos de Mayo ya tiene abierto el interior . No se ve actividad alguna en el Palo Santo, porque tampoco le dejan ampliar las mesas de fuera.

En la puerta de Alfonso XII hay ambiente. San Judas Tadeo tiene entrada y salida. «Hoy hay más velas». Esa es la forma de medir aquí que todo va volviendo a ser. «El Corte Inglés está abierto, gracias a Dios» , cuentan en El Silencio. Por Tetuán y Sierpes se nota más movimiento, un público que no está de paso, sino camino de las tiendas. Están casi todas abiertas. Huele al adobo del Blanco Cerrillo. Esto es un hito.

Ya en la Plaza Nueva, otro oasis que recuerda que ya estamos de regreso: San Onofre está abierto. En la puerta, un cartel reza: «Empujar sin tocar con las manos».

Barcelona ya no está en la fase 1. La Pará, Mango con Sal y el Boca a Boca están abiertos porque ya se puede estar dentro, pero Trifón sigue cerrado. Hay cosas que faltan para poder gritar que somos libres. En la Puerta del Arenal hay una tienda de souvenirs abier ta... sin guiris y con más moral que el Alcoyano. Sigue cerrado el Ventura y, en Arfe, hay luz en Los Niños y en La Isla. La administración de Loterías del Postigo vende boletos de la suerte. Hay mesas en La Milonguita y en La Moneda. Aquí, no obstante, los que han bordado el toreo son Los Ángeles y La Ibense, que lo mismo ponen tostadas que una paella.

Llegando a la Casa de la Moneda, no hay novedad: sigue la fase 0, es decir, la nada. El histórico edificio continúa ruinoso y el Casablanca está cerrado. En la Catedral las sillas siguen muy distanciadas. Ni el Alcázar ni el templo metropolitano permiten aún las visitas turísticas, sólo se puede entrar a ver a la Virgen de los Reyes o asistir a una de las misas que hay programadas.

En la plaza de San Francisco , hay actividad en la antigua Audiencia. Ayer se inauguró la exposición de la hermandad de la Sed, confinada desde hace tres meses. Subiendo Entrecárceles, este paseo termina en el Salvador. La fase 2 no ha traído tampoco la esencia de esta plaza, porque ningún bar ha decidido abrir. Tampoco la iglesia, salvo para ver al Amor y Pasión y asistir a la misa. De lejos, en la Cuesta del Rosario, el de la bodega Fabiola coloca por fin las mesas mientras que hay cola para sentarse en La Gitana Loca. El robot ya está tirando cruzcampos. Ha llegado a su localidad la «nueva normalidad»... y el vaso se ve ya medio lleno.

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