Impuestos municipales

Sevilla se coloca a la altura de Barcelona en presión fiscal

En las dos ciudades, con tipos impositivos similares, los alcaldes incrementarán la presión fiscal en 2016 de forma indirecta, mediante el catastro

Juan Espadas JUAN JOSÉ ÚBEDA

EDUARDO BARBA

Históricamente, Sevilla ha sido una ciudad con alta presión fiscal para sus índices demográficos y económicos. Este hecho se ha reflejado a la perfección en el impuesto de bienes inmuebles ( IBI ), el referente en los análisis tributarios, donde en los últimos años el tipo impositivo era de los más altos de España . El PP prometió rebajas y no llegó a cumplirlo en sus dos primeros años de gobierno, en los que este impuesto subió un 10% por el decreto ley estatal. Pero en 2014 Juan Ignacio Zoido sí lo redujo un 10% para compensar ese decreto los dos años siguientes y para este 2015, además, se produjo una bajada adicional, real y efectiva del 4,7%.

Las reducciones llevaron a Sevilla del quinto puesto nacional al vigésimo sexto en el IBI , o del duodécimo al vigésimo cuarto en el IAE . Pero la tendencia a la baja en los impuestos recibe ahora un freno a tenor de las ordenanzas fiscales que va a disponer el gobierno socialista de Juan Espadas , cuya revisión al alza de los valores catastrales o las medidas para recaudar más entre los empresarios en general o el comercio en particular van a repercutir en una mayor presión tributaria , que volverá a colocar a la capital andaluza a la altura de ciudades como Barcelona . Y con la misma filosofía de toque populista y fórmulas recaudatorias curiosamente.

El gobierno municipal sevillano terminó aprobando la semana pasada sus ordenanzas fiscales para el año que viene y, entre ellas, su nuevo IBI , con un tipo impositivo que baja del 0,81% de este año al 0,73% . Lo hace, como se explicó, para «compensar» la subida de valores catastrales llevadas a cabo; lo que la oposición ha tildado como «catastrazo» , una «actualización» de esos valores en el 10% de los inmuebles , que elevará los recibos y aumentará la presión fiscal cuando más fácil era reducirla. Porque precisamente para 2016 dejará de estar en vigor el recargo estatal a este impuesto del 10%, curiosamente. Se sostiene que «las familias no pagarán más» cuando en realidad les tocaba pagar menos .

El IBI en Sevilla tiene otra arista importante, la que penaliza a los empresarios y comerciantes , puesto que ahora pasa a aplicarse el tipo especial, el agravado, al 10% de las empresas que ocupen inmuebles con los valores catastrales más altos. Se dispondrá, por tanto, un tipo del 1,15% a quienes presenten un valor catastral igual o superior a 135.000 euros , que este año están pagando con un gravamen del 0,79%. Esto supone una subida en los pagos efectivos de nada menos que el 44% para el pequeño y mediano comercio , mientras que para el gran comercio ese incremento se queda, a efectos reales, en el 6,6% (tienen actualmente un tipo del 1,07%).

Enel análisis conjunto con las demás capitales andaluzas y con las principales urbes españolas, Sevilla se queda al nivel de Barcelona y es sólo superada por Valencia, Huelva y Cádiz , cuyos ayuntamientos arrastran una malísima situación financiera. Y no es ese el caso actual de la capital hispalense.

Además de la subida encubierta del IBI mediante el «catastrazo» y de los baremos dañinos para los pequeños y medianos comerciantes, el Ayuntamiento sevillano sube un 14% el IAE , que había descendido un 7% entre 2011 y 2015, y entre un 2% y un 4% la tasa de veladores. El comercio de la ciudad ha protestado airadamente por el duro golpe.

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