Contaminación
Sevilla es una de las ciudades más contaminadas, según la Organización Mundial de la Salud
Está entre las doce españolas que superan los niveles máximos de concentración de partículas en el aire establecidos por este órgano internacional
Sevilla está entre las doce ciudades españolas que supera los límites de contaminación establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) . Donde suspende la capital andaluza es en la concentración de partículas en suspensión del tipo PM2.5, cuya denominación hace referencia al tamaño, menos a las 2,5 micras. Así se desprende de un estudio publicado en la revista The New England Journal of Medicine , que incluye también en este triste ranking a Barcelona, Valencia, Albacete, Toledo, Valladolid, Bilbao, Huesca, Madrid, Oviedo, Palma de Mallorca y San Sebastián .
Noticias relacionadas
El informe pone la lupa sobre diecinueve ciudades españolas donde se han estudiado los niveles de este tipo de partículas, que pueden ser polvo, cenizas, hollín, metales, cemento o polen, entre otros. De esa muestra, sólo León, Cáceres, Las Palmas, Salamanca, Vitoria, Tenerife y Burgos cumplen con los estándares establecidos por la OMS que consideran perjudiciales concentraciones superiores a los diez microgramos por metro cúbico de aire , mucho más restrictivas de lo que establece la legislación española, que lo fija en 25 microgramos por metro cúbico de aire.
Los expertos alertan de que la polución empeora la situación de enfermos cardiovasculares
En este estudio también se han analizado los niveles de concentración de las partículas PM10, que son de mayor tamaño, pero de la misma naturaleza que las anteriores. Para este trabajo se han tenido en cuenta 45 ciudades españolas, de las que sólo unas pocas registran parámetros dentro de lo que la OMS considera saludable. Se trata de Teruel, Pontevedra, Alicante, Valladolid, Huesca y Ourense . Todas ellas han registrado mediciones por debajo de los 20 microgramos por metro cúbico.
La norma nacional establece en 40 microgramos por metro cúbico el límite de concentración de las PM10 , siguiendo la línea de lo que fija la Unión Europea (UE). Sin embargo, la OMS recomienda seguir bajando estas emisiones, pues la exposición continuada provoca graves alteraciones en la salud de los ciudadanos. De la misma forma este órgano internacional advierte de que cuanto más pequeñas son las partículas, más dañinas pueden ser.
Por tanto, las PM2.5, que tienen menor diámetro, son más perjudiciales para la salud. Este tipo de partículas son las que se emiten, por ejemplo, en la combustión de los coches diésel , además de en la combustión fósil (petróleo, carbón, gas natural) y combustible de biomasa, en las temperaturas altas en procesos industriales, fundidoras, refinerías o acererías, entre otros.
«Lo que hacen estas partículas, al pasar por el torrente sanguíneo, es favorecer la trombosis y potenciar la aterosclerosis mediante inflamación vascular, estrés oxidativo y disfunción endotelial», explica el doctor Jordi Bañeras , cardiólogo de la unidad de críticos cardiovasculares del Hospital Vall d’Hebron , profesor asociado de la Universidad de Barcelona y miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
Según este experto, por cada reducción de 10 microgramos por metro cúbico de aire en las concentraciones de PM2.5 se podrían prevenir el 2,1 por ciento de las arritmias ventriculares por infarto agudo de miocardio, lo que «los haría sin duda menos letales». Hasta un 0,88 por ciento de los infartos podrían atribuirse a la contaminación , pero lo «más preocupante es que la polución empeora el pronóstico de estos eventos cardiovasculares, convirtiéndolos en más arritmogénicos y, por tanto, más letales», advierte.
Con motivo de la Cumbre del Clima , que se celebra en Madrid entre el 2 y el 13 de diciembre, la Fundación Española del Corazón recuerda que la contaminación atmosférica causa 8,8 millones de muertes al año en el mundo.