ENTREVISTA
«¿Sevilla la «California de Europa»? Si cada vez nos alejamos más de la media europea»
El consultor, periodista y profesor Miguel Ángel Robles destaca algunas iniciativas privadas muy meritorias pero cree que el gran peso de lo público supone un freno al progreso de la ciudad
![Miguel Ángel Robles en la sede de Euromedia Comunicación](https://s1.abcstatics.com/media/sevilla/2017/10/22/s/robles-migueo-angel-ktBI--1240x698@abc-kl7G--1240x698@abc.jpg)
Miguel Ángel Robles (Sevilla, 1973) es periodista y consultor. Socio y director general de Euromedia Comunicación, el mayor grupo de relaciones públicas de Andalucía, da clases de Opinión Pública en la Universidad Loyola Andalucía. Es patrono de la Fundación Goñi y autor de un libro sobre reputación ( «Del Dircom al Dircorp» ) y otro sobre emprendimiento ( «Exitocina, la hormona del emprendimiento» ), escritos a dúo con Francisco J. Fernández y Paco Ortiz, respectivamente. Su blog de comunicación se llama «El placer es mío».
¿Ha cambiado mucho el mundo de la comunicación desde los últimos veinte años?
El gestor de comunicación es cada vez más un gestor integral de la reputación. Pero hay algo que no deberían perder las relaciones públicas de su espíritu original, Del mismo modo, creo que la comunicación debe recuperar el valor de la palabra y la racionalidad , frente al abuso de la imagen y la emoción. Las relaciones públicas son el reverso del periodismo y se nutre, o debería nutrirse, de sus mismos valores.
¿Los expertos en comunicación como usted son capaces de vender cualquier cosa?
Los profesionales de la comunicación trabajamos con noticias y las noticias deben ser verdad. Ahora hay otra tendencia en comunicación que es la del relato, pero es muy peligrosa porque tiende a la fabulación. Si antes se decía eso de que «no dejes que la verdad te estropee una buena noticia» , el riesgo hoy para el comunicador es asumir que la noticia, o sea, la verdad, no debe estropearte un buen relato.
¿Como lo que ha pasado en Cataluña con los independentistas?
El futuro de España y creo que de Occidente se dirime en el debate entre la ley y el relato. Yo sé que la intervención policial del 1 de octubre dio la razón al relato independentista pero la verdad es que la ley que trataron de hacer cumplir los policías es el fruto de la racionalidad. El relato tiende a la ficción. Llegará un momento en que Occidente deberá decicir si se queda con el relato o con el Derecho, o cómo pueden convivir los dos.
¿Le ve futuro al periodismo?
Me da casi pudor hablar de ese tema porque llevo 20 años en el otro lado, pero mi respuesta es que sí. Veo por ejemplo un campo de desarrollo enorme en el periodismo especializado. Ya hay sectores en que los medios son grandes creadores de opinión. Por ejemplo, en el sector salud o en el aeronáutico, hay medios especializados muy relevantes para sus públicos. Y en cuanto a los medios generalistas, siguen siendo los grandes creadores de la agenda pública . Cierto que quizás la gente llega a los contenidos de otra forma, a través de los buscadores y de las redes sociales, pero en última instancia los temas relevantes de los que hablamos proceden de los medios.
Ahora hay más demanda de información que nunca pero se siguen cerrando medios de comunicación y despidiendo a periodistas. ¿Qué le parece el llamado periodismo ciudadano?
Me parece demencial. No creo en el periodismo ciudadano, como no creo en la ingeniería o la medicina ciudadana. Me parece fantástica la capacidad que las redes sociales han otorgado a la gente de opinar. Pero si empoderar significa igualar la autoridad de todos, yo estoy en contra del empoderamiento. Recuperar la autoridad intelectual me parece una prioridad absoluta. En todos los ámbitos. No podemos igualar la autoridad del que sabe con la del que no sabe, la del profesional con la del amateur.
Alguien puso en las redes sociales que un terrorista estaba atrincherado con rehenes en un restaurante de las Ramblas y los periódicos nacionales lo publicaron en sus medios digitales. Había prisa por contar algo y no quedarse atrás con respecto a la competencia.
Yo creo que la profesión debe hacer autocrítica, pero mirando también hacia dentro, hacia su propia reglamentación periodística y código deontológico. Pienso que el periodismo debe estar atento a lo que se dice en el espacio digital , pero para actuar de forma más proactiva que reactiva. Debe imponer su jerarquización de noticias basada en los criterios profesionales propios, porque de lo contrario corre el riesgo de banalizarse.
¿La credibilidad es la única tabla de salvación del periodismo profesional?
La credibilidad y el interés público . No podemos llenar los medios de noticias que tienen la única cualidad de ser muy visitadas, porque entonces sí que los lectores dejarán de buscar a los medios y a los periodistas y se irán a otras fuentes.
Sin visitas no hay anunciantes y sin anuncios no puede sobrevivir un medio: ¿cómo se puede salir de ese bucle sin perder la esencia y ética del periodismo?
La clave la tienen los propios anunciantes y ver el público al que se dirigen: si sólo quieren buscar las visita s o tener un público mucho más cualificado que busca la prescripción del medio donde ellos aparecen.
Empresas
El mundo laboral se ha transformado de forma notable con la globalización y dice el inversor Manuel Villalón que dentro de 30 años todos seremos empresas y que no habrá empleados. ¿Está de acuerdo?
¿Y lo dice en serio? ¿También en Andalucía?. .. Jajaja, bueno, le diré que si resulta cierto, a mí me pillará preparado porque ya soy autónomo. Pero la verdad es que no, no lo creo. De todos modos, soy muy poco de las predicciones.
Usted es crítico con cierto tipo de emprendimiento.
Yo soy un verdadero fan del concepto de emprendimiento, porque ha ayudado a despojar el concepto de empresa de connotaciones muy antipáticas. Tan fan soy, que escribí a dúo un libro sobre emprendimiento con Paco Ortiz , el fundador de Xtraice . Lo que me molesta es que se use esa imagen fresca y positiva del emprendimiento para amparar un tipo de prácticas laborales que no caben ni en el capitalismo más salvaje. Como la de contratar servicios o profesionales a éxito, transfiriendo el riesgo del empresario a empleados o proveedores. Un empresario que hace un ERE es un ser despreciable. Y un emprendedor que sólo paga a la gente cuando él tiene beneficios es un tío muy guay. Pues mire, no.
Sevilla puede ser «el Silicon Valley del sur de Europa», aseguran Enrique Parrilla, fundador de Lantia, y otros importantes empresarios tecnológicos que han traído aquí sus compañías desde Estados Unidos. ¿Exageran?
El mérito de Parrilla es que predica con el ejemplo. Pero yo llevo escuchando lo de la California de Europa desde hace mucho tiempo. Y aquí seguimos, cada vez más lejos de la media europea. Aunque por otro lado es cierto que hay iniciativas empresariales muy meritorias que se están poniendo en marcha en nuestra ciudad y que es muy necesario que se den a conocer a la opinión pública.
¿Cuáles destacaría?
En el campo de la aeronáutica hay muchas empresas sevillanas que hacen ingeniería puntera . También en otros como medioambiente y en TICs.
¿La sociedad civil sevillana empuja lo que debiera para crear proyectos que hagan progresar la ciudad?
Hablar de sociedad civil es hablar de asociacionismo. De lo contrario convertimos el concepto en una entelequia. Y en Sevilla y en general en Andalucía tenemos un tejido asociativo muy débil, hermandades aparte. El asociacionismo ha estado muy subvencionado y el resultado es que desapareció con la crisis. Las administraciones ocuparon el espacio civil, y luego lo dejaron caer, porque no les quedó más remedio. Pero tampoco le importó mucho a nadie porque era un espacio desactivado, sin ninguna mordiente. Hay demasiado peso de lo público en la economía y por consiguiente hay demasiado peso de lo público en la sociedad. Y da la impresión de que ni la administración ni la sociedad quieren soltar esos amarres que hoy hacen lo público tan omnipresente.
¿Es este peso de lo público un freno al progreso económico de Andalucía?
Sí, porque la intervención pública no va tan orientada a favorecer al desarrollo como a crear redes clientelares. Si no fuera así, convergeríamos más con Europa.
¿La educación es también la clave de nuestro retraso histórico respecto a otras comunidades?
Yo creo que todo el mundo en Andalucía se siente o se ha sentido hasta ahora bastante orgulloso de la sanidad pública, pero no de la educación. Y sin embargo no hemos hecho nada por transformarla. Para mí la educación es la inversión más crucial que se puede hacer en una persona , y trato de ser coherente con esa idea, ofreciendo a mis hijos la educación que mi padre me dio, aunque suponga un esfuerzo económico. Como docente, a mí lo que me preocupa es la pérdida de la capacidad de abstracción y razonamiento lógico por parte de las nuevas generaciones.
Póngame algún ejemplo.
Si a muchos jóvenes les preguntan qué es algo, por ejemplo, la igualdad y la solidaridad, suelen decir «esto es como si...», pero no tienen los conocimientos para realizar una definición abstracta. Tienen una gran dificultad para desarrollar un discurso con una hipótesis de partida y una conclusión final. Los jóvenes tienen un pensamiento puzzle que van de un sitio a otro pero no tienen la comprensión global de las cosas. Eso, por ejemplo, se refleja en la escritura. No saben relacionar cosas ni buscar causas de los hechos ni consecuencias.
La cuarta parte de los contratos que se hacen en Sevilla son de camareros. ¿Qué nos falta para dar el salto a la sociedad del conocimiento?
Empresas de gran tamaño e internacionalizadas con su centro de decisión y producción principal en Sevilla, y que tengan capacidad de contratar ingenieros, abogados, financieros, comunicadores… Ojalá Zara o Mercadona estuvieran en Sevilla. Ojalá Caixabank se hubiera venido a Sevilla. Ojalá Abengoa no hubiera tenido ninguna crisis. ¿Sabe qué me pone de los nervios? La gente que parece empeñada en tirar por tierra la reputación de grandes marcas que son nuestras. A mí me genera un enorme orgullo ir a Londres y ver una marca española en la calle más cotizada de la ciudad . Si fuera sevillana, el orgullo sería doble.
¿La turismofobia puede prender en Sevilla si no se ordena un poco el sector?
Debemos fomentar el turismo de calidad y que deja dinero, y sin acomplejarnos de ello. Todas las grandes ciudades viven en gran medida del turismo, y Sevilla reúne unas condiciones extraordinarias. La estacionalidad parece que es historia. Alegrémonos e intentemos que el turismo que venga sea cada vez de mayor poder adquisitivo. Y sobre todo, intentemos diversificar la economía con otras actividades de carácter industrial y tecnológico.
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