Prisiones
Sevilla I activa un plan contra la entrada de droga en la cárcel
La dirección del centro quiere aprovechar la escasa presencia de sustancias durante el coronavirus, donde sólo se produjo cuatro incautaciones, para atajar este problema
La entrada de sustancias estupefacientes en las prisiones supone un quebradero de cabeza para la dirección de estos centros por los problemas derivados que ello conlleva en el control de las adicciones, las intoxicaciones y las sobredosis. No es la primera causa de muerte entre la población reclusa, pero sí una de las principales. Es por ello que la cárcel de Sevilla I , aprovechando la escasa entrada de drogas durante el estado de alarma, ha puesto en marcha una campaña , auspiciada desde Instituciones Penitenciarias, para combatir la introducción de estas sustancias en las prisiones .
La dirección del centro perseguirá este problema por todas las vías: «No vamos a permitir que la tarea de reinserción no alcance su objetivo por la entrada de droga» , asegura José LuisCastejón, director del penitenciario, después de que en días pasados la Guardia Civil detuviera a un funcionario de esta cárcel por meter droga para los reclusos. Fue enviado a a prisión provisional.
El objetivo de este programa es que « no vuelvan a a caer y no tiren por tierra» el trabajo de desintoxicación que han realizado durante estos meses de estado de alarma, donde las visitas y entrada de personal ajeno a la cárcel han sido nulas, lo que ha propiciado que la introducción en la prisión de droga ha sido muy escasa.
Con la coordinación de la Subdirección General de Sanidad Penitenciaria , Sevilla I ya trabaja de forma individual en un plan para combatir la entrada de droga en la cárcel. Bajo el lema «Vida extra. Contágiate de vida» , el programa de actuación cuenta con unelemento importante como es la cartelería y los mensajes de difusión, incluso, en los sobre de la medicación que se entrega a cada recluso.
Con la llegada del plan de desescalada, las cárceles, incluidas las sevillanas, han visto cómo se retomaban las comunicaciones y las visitas a la prisión, por lo tanto, es de esperar que la entrada de estas sustancias se reproduzca como antes del coronavirus. Pero desde la dirección del centro de Sevilla I advierten de que los internos han adquirido durante este tiempo una baja tolerancia a las drogas, por lo que caer de nuevo en el consumo puede ser un cóctel de difíciles consecuenias. «Los episodios de intoxicaciones y sobredosis han sido nulos estos meses», asegura a este periódico el director de la prisión, José Luis Castejón.
Además de los mensajes informativos y disuasorios dirigidos a los reclusos, que recibirán charlas para que no tiren por tierra el tiempo sin consumir, también se han intensificado los mecanismos de seguridad en la entrada de personas para evitar que cuelen drogas.
Ahora mismo, durante la desescalada, los presos pueden ver a sus familiares, abogados, ministros de culto, etc. pero siempre a travésd del locutorio. Es aquí donde se han aumentado los registros para evitar la entrada de sustancias estupefacientes, con cacheos más exhaustivos. Durante el estado de alarma se han realizado cuatro incautaciones de drogas en el interior de Sevilla I.
En este sentido, la dirección del centro explica que la desescalada deja un elemento positivo para aumentar este control. Los presos que salgan de permiso , a su vuelta, deberán pasar una cuarentena preventiva en un módulo especial , por lo que al estar todos en un mismo departamento la incautación de la droga es más fácil y la distribución entre la población más difícil.
Población diana
Cada centro deberá identificar la población diana de esta campaña, es decir, los reclusos más vulnerables a este tipo de fenómeno. «Hay que detectar a los recién ingresados con alta medicación, a los usuarios del programa metadona, a quienes tienen enfermendades inmunológicas, hepatitis o VIH; y todo para que podamos actuar desde el principio desde un punto de vista tratamental, de seguridad y sanitario . Con éstos hay que hacer más hincapié si cabe en esta campaña que con la población reclusa en genera», dice Castejón.
También se trabajará con las familias de los reclusos a través de los trabajadores sociales, quienes se entrevistarán con éstas. El objetivo es que los familiares sean consecuente de la nueva situación de los presos tras el coronavirus, donde han estado sin consumo activo. De hecho, tras la reactivación de las pruebas de «doping», sólo quince han dado negativos en consumo de sustancias.
Según los últimos datos ofrecidos por el Gobierno, la principal causa de fallecimiento en las cárceles de España es la muerte natural , seguida de la sobredosis e intoxicaciones. En 2018, en las tres cárceles de Sevilla (Morón de la Frontera, Mairena del Aljarafe y al de mujeres en Alcalá) murieron doce personas por este motivo, liderando la estadística nacional.
Nueva normalidad
En Sevilla I la llamada «nueva normalidad» . A partir del próximo lunes, cuando con toda probabilidad Sevilla pase a la fase 3 de la desescalada, los funcionarios volverán al cien por cien de forma presencial aunque con flexibilidad horaria en turnos de mañana y tarde para evitar aglomeraciones.
La actividad tratamental para agresiones sexuales, violencia de género, actitud agresiva o el programa Justicia Restaurativa se ha intensificado pero sólo con profesionales de la prisión, a través de charlas telemáticas o por ejercicios escritos. El apoyo de las ONG tendrá que esperar de momento, a pesar de que es importante en la reinserción social y reeducación de los presos.
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