Entrevista
Sergio Caro: «Si Almodóvar pide subvenciones es que esta industria no funciona»
El prestigioso fotógrafo Sergio Caro defiende que las subvenciones del mundo audiovisual deben llegar a quienes empiezan en el sector, no a los profesionales consagrados
![Sergio Caro](https://s2.abcstatics.com/media/sevilla/2016/09/11/s/sergio-caro-foto-kGWG--620x349@abc.jpg)
Ha trabajado como fotógrafo en agencias de noticias y periódicos. Ahora lo hace como freelance. ¿Trabaja por libre por necesidad o para hacer lo que quiere ?
—Para hacer lo que quiero porque me ofrecieron trabajar para una agencia de noticias pero lo rechacé porque no me apetecía hacer fotos todos los días de Susana Díaz y encima con las manos amarradas porque no puedes ser totalmente creativo. Una cosa buena de trabajar en el extranjero es que a nadie le importa lo que pase en México, Honduras o Guatemala, lo que me permite trabajar sin cortapisas.
—Me recibe con una camiseta que lleva impresa la famosa foto de Frank Cappa de un miliciano muriendo y sobre ella la frase: «La foto periodística está muerta». ¿Lo cree realmente ?
—Quizá es excesivo porque hay fotógrafos increíbles y se están haciendo cosas muy buenas pero la que está muerta de verdad es la industria periodística.
—¿La precariedad laboral es ahora la norma imperante en la profesión de fotógrafo de Prensa?
—Sí, todos los amigos que tengo en el sector están muy mal y sólo algunos están bien porque permanecen agarrados al final de una época. Fotoperiodistas buenos, como el santanderino Manu Bravo, están bastante en precario. El argentino Walter Astrada, la gran estrella del fotoperiodismo hace unos años, que recibió varios World Press Photo, anda por ahí haciendo crowdfunding. Igual pasa con José Colón, que es de Sevilla y es un fotógrafo genial.
—¿Qué le recomienda a un fotógrafo de Prensa que comienza?
—Mucho ánimo (sonríe).
—Ha trabajado para Paris Match, Newsweek, Le Fígaro, Financial Times... ¿Es difícil vender desde Andalucía trabajos para esos medios?
—Pues sí. Para vender fuera no sólo hay que hacer un buen trabajo, sino que confíen en ti y tengan referencias tuyas porque, aunque tú seas honesto y un buen periodista, en Londres no pueden confiar ciegamente en tu trabajo. Una vez que logras esa confianza, ya sólo tienes que hacer cosas interesantes.
—Está especializándose en reportajes en países en conflicto, narcotráfico, inmigración, guerras... ¿Cuál ha sido su último trabajo y cuál será el próximo?
—Voy a estrenar el documental «Bolingo, el bosque del amor», de Alejandro G. Salgado, sobre las mujeres subsaharinas que tienen hijos en el camino migratorio a España. Por otra parte, lo último que Beriain y yo hemos publicado en Discovery Channel (Discovery MAX fuera de España)es un reportaje sobre «El ejército perdido de la CIA» , personas que en Laos combatieron junto a EE.UU. en la guerra de Vietnam y cuarenta años después se resisten en la selva a ser olvidados. Siguen sufriendo ataques del Gobierno de Laos y combatiendo el comunismo. Los hmong llegaron a ser más de 50.000 milicianos y hoy apenas alcanzan los cien. Ahora me marcho un mes a un país de Centroamérica para hacer un reportaje que Discovery MAX ha encargado a «93 metros», la productora de David Beriain.
—¿Ha vivido situaciones de peligro en Afganistán, donde Beriain y usted se entrevistaron con talibanes para el reportaje de «Españoles en la ratonera»?
—En realidad no eres consciente del peligro cuando estás ahí, aunque me han disparado o he visto volar el camión que iba adelante de nosotros.
—¿Qué opina del anteproyecto de la Ley del Cine Andaluz?
—No lo conozco. ¿De qué va? La verdad es que ni siquiera facturo en Andalucía.
—El productor Gervasio Iglesias dice que el 97% de las subvenciones del dinero público para el sector audiovisual se queda en Canal Sur.
—Lo que he visto del mundo de la producción no me gusta nada. Es como la política, funciona con enchufes. Las subvenciones deberían estar para promocionar a la gente que empieza. Si un tipo como Pedro Almodóvar, con un Oscar, o Gervasio Iglesias tienen que pedir subvenciones, es que esta industria no funciona. Nosotros pedimos una subvención para «La vida en llamas» pero ya estamos vendiendo nuestros documentales y sacando dinero por ello. En el extranjero, la gente se asusta cuando hablas de subvenciones porque ellos entienden que sólo deben ir a gente que empieza.