Tribunales
Segundo intento para juzgar el mayor alijo de coca incautado en la provincia de Sevilla
Cuatro acusados se enfrentan a penas de trece años de prisión en una vista oral que tuvo que ser aplazada en octubre por el posible contagio de un abogado
La Audiencia Provincial de Sevilla ha señalado para el próximo mes de marzo el juicio a los cuatro acusados implicados en el mayor alijo de cocaína requisado en la historia en la provincia de Sevilla. Una tonelada de polvo blanco , una cantidad que suele aprehenderse en zonas de entrada como los puertos españoles pero rara vez en las provincias de interior.
Será la segunda vez que se intente celebrar este juicio después de que el pasado mes de octubre la vista se suspendiera porque uno de los letrados comunicó que una persona de su entorno había dado positivo en Covid y que tenía que aislarse como medida de precaución. La notificación al tribunal produjo la inmediata suspensión. Fuentes del procedimiento han confirmado a ABC que la Sección Primera ha vuelto a señalar la vista oral para los días 11 y 12 de marzo.
Los cuatro acusados se enfrentan a una petición de cárcel por parte de la Fiscalía de 13 años y tres meses de cárcel para cada uno de ellos por delitos contra la salud pública y pertenencia a organización criminal. Si bien fuentes consultadas por este periódico apuntan a la posibilidad de que se produzca un acuerdo entre las partes que acabe con una sentencia por conformidad . Así ocurrió con el otro gran alijo incautado en Sevilla. Ocurrió en 2016, en una nave de la Carretera Amarilla. Más de 800 kilos de cocaína requisados que se zanjaron judicialmente con penas entre los dos y los seis años de cárcel. El fiscal había pedido inicialmente once para cada uno de los procesados.
La tapadera era una empresa hortofrutícola que simulaba la importación de fruta
La operación que en las próximas semanas será juzgada se produjo en mayo de 2019 en una nave de El Palmar de Troya . La mercancía había entrado por el puerto de Algeciras en un contenedor que declaraba un cargamento de plátanos. La Fiscalía sostiene que los implicados conformaban una organización criminal que introducía cocaína en la península a través de operaciones comerciales que simulaban la importación de productos hortofrutícolas con una empresa ecuatoriana. Uno de los acusados es el administrador de la sociedad importadora Hoyos Garces SA Hoygarsa que servía de tapadera. Según el Ministerio Público , José Luis M. C. era pleno conocedor de que en uno de los contenedores que importaba su empresa había droga.
La tonelada de cocaína (en concreto, 1.097 kilos) había salido el 6 de mayo del puerto de Guayaquil en un contenedor que transportaba el buque de nombre Santa Regula. Llegó el 21 de mayo de 2019 al puerto algecireño, un punto muy caliente para el tráfico de drogas como queda en evidencia con las numerosas operaciones que se han desarrollado en las instalaciones del gigante portuario; algunas muy sonadas porque salpicaron a trabajadores de la dársena.
A bordo del Santa Regula
Un día después de que atracara el Santa Regula, salió de la dársena algecireña la mercancía en un camión que conducía otro de los acusados: Germán L. P. La Fiscalía antidroga de Algeciras autorizó que el transporte fuera sometido a seguimiento para que en el momento de que se produjera la descarga o entrega, los agentes procedieran a su incautación.
Durante el viaje por carretera de madrugada hasta el Palmar de Troya, los agentes observaron cómo un vehículo Seat Ibiza iba acompañando al camión, realizando labores de vigilancia. Cuando llegó a la altura de las Cabezas de San Juan , este turismo se desvió y la Policía nunca pudo identificar al conductor. Según detalla el Ministerio Público en su escrito de acusación al que ha tenido acceso ABC, esas labores de escolta o de lanzadera fueron sustituidas por otros dos coches en los que iban los otros dos procesados que también se sentarán en el banquillo el próximo mes: Mario G. L. y Pedro Pablo C. B.
Los tres vehículos acabaron deteniéndose en una nave de El Palmar de Troya donde habían organizado la descarga de la droga. El dueño de esas instalaciones también consta como investigado, pero ha permanecido varios meses en búsqueda y captura hasta que finalmente fue detenido. Será juzgado en otra vista oral.
Cuando este quinto investigado, identificado como Jesús B. A., procedió a abrir las puertas traseras del contenedor, los agentes irrumpieron en la nave. En el interior del contenedor hallaron la droga repartida en 17 paquetes. Una mercancía muy valiosa que habría alcanzado en el mercado negro un precio superior a los 43 millones de euros y con un nivel de pureza entre el 77% y el 88%; lo que habría garantizado a los traficantes unos márgenes significativos de ganancias al poder multiplicar la cantidad de droga importada.
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