Educación
San José Obrero, el colegio difícil de Sevilla que se convirtió en crisol de culturas
Es uno de los centros de difícil desempeño que, pese a ubicarse en un barrio humilde, se ha convertido en un colegio donde estudian niños de treinta países distintos
Amú es un niño etíope de madre española que vive en Sevilla. A su fiesta de cumpleaños, celebrada hace ya algún tiempo, a cudieron compañeros de varias razas, de los cinco continentes . Es un ejemplo de los 400 niños de 30 nacionalidades que estudian el CEIPSan José Obrero, un colegio catalogado por la Junta de Andalucía de «difícil desempeño» pero que, según cuenta su director, Miguel Rosa, ha sido capaz de superar esa situación.
Porque atrás quedaron los tiempos en los que este centro, ubicado en un barrio humilde junto al Polígono Norte, que soporta una alta tasa de desempleo, era un colegio al que nadie quería acudir. De hecho, según su director, los maestros «se llevan una grata sorpresa». Porque aunque algunos llegan «asustados», pues piensan que, al estar catalogado como uno de esos centros difíciles van a encontrarse un panorama muy feo. No es así. Ahora, el colegio, que recibió el pasado año un premio al mérito de la Consejería de Educación y tiene otros como el de Migraciones de la Consejería de Justicia, se ha convertido en un centro donde la mayoría de los interinos que llegan quieren quedarse.
Al director le pasó lo mismo. Si al principio atravesaron tiempos difíciles, ahora después de 16 años, se ha convertido en un centro multicultural que acoge a hijos de inmigrantes. «Tenemos alumnado con dificultades sociales y niños desfavorecidos en una zona de transformación social» , admite el responsable al que, en cualquier caso, no le gusta ese sello de «difícil desempeño».
Un distintivo que, a su juicio, no implica más que algunos recursos extras para unos alumnos que, según insiste, no presentan muchas diferencias con los de otros colegios. O que este año les hayan puesto un profesor más que les ha venido muy bien porque andaban «justos de plantilla». Como en todos los colegios. Sólo con un profesor de educación compensatoria.
Hay alumnos con buenos resultados y no mayor absentismo escolar que en el resto. La principal diferencia es que deben «trabajar más» para «motivar» al alumnado. Por ejemplo, estos días tienen un intercambio con Polonia y hay profesores de este país en las clases. Luego algún maestro del centro irá a Polonia a la segunda parte del intercambio.
Lo que si se encuentran es algunos chicos inmigrantes que llegan «con un desfase curricular» de un año. ¿Qué hacen?Los meten en el curso que les corresponde pero trabajan intensamente hasta que alcanzan el nivel del resto de la clase. Para ello se centran en que adquieran «competencias» y «habilidades» , algo a lo que dan prioridad por encima de los contenidos. «Si hay tres lecciones sobre el sintagma nominal, me interesa más otras cuestiones», reconoce Rosa. La principal diferencia con otros colegios es que «no son clases convencionales» porque, como indica el director, tienen que motivar más a los alumnos y enseñarles «más habilidades»
De hecho, el San José Obrero es un centro «multicultural», bilingüe, del que los alumnos salen «con un buen bagaje de idiomas». Y tampoco tienen problemas de racismo. Lo mismo celebran la Navidad con un Belén que el final del Ramadán. «Al principio los vecinos se asustaban cuando veían a los niños mirando a la Meca, ahora lo ven natural», dice. Porque tienen cincuenta niños musulmanes. Y también están llegando niños del centro de Sevilla que quieren matricularse allí. Cada año cuatro o cinco. Aunque no hay oficialmente una Ampa, muchos padres colaboran. Abren por las tardes yel colegio se ha convertido casi en un centro cívico.
Noticias relacionadas