ANÓNIM@S
¿Sabes quién es el artista sevillano que tiene más de 90.000 seguidores en Instagram?
Un profesor de un instituto de Sevilla ha conseguido con sus fotografías de personas que caminan por la ciudad el apoyo de miles de seguidores en las redes sociales
José Toro es profesor de Arte en un instituto sevillano. Conocido en el circuito artístico de la capital por sus fotografías, este licenciado de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla comenzó exponiendo sus obras en salas. «Me dedicaba a la fotografía hace muchos años. Todo lo que movía lo hacía a través de galerías, o algún museo, con mi trabajo más conocido que era la fotografía", afirma. Autodidacta de Instagram, red que le parece mucho más amable y orientada a la fotografía, ya que para @josetoro.0 «es como tener un álbum de recuerdos muy interesante. Es muy fácil de ver, por lo que para la fotografía es mejor», piensa.
Hace tres años decidió abrir un perfil en Instagram (@josetoro.0) con algunas de sus fotografías, «probé con una foto para hacer algo más inmediato y me di cuenta de que la respuesta que tenía el trabajo era muy «en la punta de los dedos» : subir la fotografía, las críticas, los comentarios. Desde entonces, abandonó el mundo de las galerías y todo su trabajo lo vuelca en Instagram, porque como él mismo afirma «me ofrece mucha más visibilidad».
Este apasionado de la fotografía, comenta que «es un mundo tan amplio que depende de cómo te orientes tu o funcione el trabajo. Si en una galería tu trabajo lo ven equis personas, aquí lo ven multiplicado por mil . Se multiplican por mil exponencialmente las oportunidades de que te surja algún tipo de oferta, de contacto o trabajo», dice. La fotografía de calle tiene que ver con la experiencia del momento, de estar muy atento, muy vivo. Cada imagen cuenta una historia distinta.
Según dice Toro, «la rentabilidad es la que te pueden ofrecer las ofertas que reciba gracias a la visibilidad. También la oportunidad que tienes de hacer publicidad a través de la cuenta. Me aporta una enormidad de contactos con gente que era realmente impensable conseguir de otra manera, porque son de los sitios más dispares del mundo y la posibilidad de que surjan trabajos», añade.
«Trabajo coincidente»
Toro tenía un trabajo artístico anterior de una serie coincidente y se planteó hacer fotografías muy sencillas y naturales, porque «casi todo lo que había hecho con anterioridad era muy elaborado », dice. «Decidí salir a la calle y fotografiar lo primero que te vas a encontrar: una persona andando. Fue la idea de hacer algo muy simple que coincidió cuando comencé a trabajar en Instagram», narra.
El artista siempre ha intentado que el trabajo que hace, aunque utilice Instagram, no sea dependiente de Instagram: «Hago mi trabajo y si agrada y gusta fenomenal. Así no caes en la trampa de caer en unos “likes” ficticios que te hagan perder parte de libertad», dice.
Los protagonistas
Sus fotografías no están preparadas. De vez en cuando publica también algún vídeo con la misma idea del perfil, aunque dando algún movimiento distinto, que no sea solo andar. En sus fotografía hay mucha gente anónima . «Cuando haces muchas fotografías te das cuenta de la rutina de la gente porque a muchos de ellos te los vuelves a cruzar una y otra vez por los mismos sitios».
«Intento mantener un respeto hacia las imágenes . Las trato con mucho cuidado porque muchos se reconocen y me agradecen la foto o me la piden por ser de algún familiar que ya no está y la quieren de recuerdo. El que la gente se reconozca le da también una dimensión distinta a las fotografías», descubre.
« En Sevilla, más que el rincón es la persona . Que haya la persona adecuada en el momento adecuado. Si el fondo funciona pues genial. La elección de las personas depende. Unas son por cómo se mueven, por la luz o por el momento, otros por como funciona por el entorno, el color. Son distintos factores. Todas las personas tienen su foto en su momento», cree.
«Los modelos son gente de aquí . Los guiris no pasean como la gente de aquí. Van en grupo,… no van tan metidos en la ciudad», afirma. «La aparición de perros en las fotografías es casual, porque muchas veces que hay gente paseando suele haber perros o te pasa alguno cerca», dice.
En una época Toro fotografiaba a mucha gente con la cabeza oculta. Ello se debe a que «cuando estás en la calle pasan miles de cosas y está lleno de momentos. De los momentos haces un instante y cuando empecé es cierto que la atención se me iba detrás de eso. Es una cuestión de lo que va buscando la cabeza cuando estás en la calle», aclara.
Seguidores
Al principio el número de seguidores en Instagram fue creciendo de manera rápida, «el trabajo funciona, resulta agradable y va subiendo en seguidores», narra. Como él mismo cuenta, «llegó un momento, al llegar a los 9.000 seguidores, Instagram me incluyó en su lista de sugeridos. Supuso una inyección de visibilidad brutal porque pasé de tener 9.000 en un mes a tener 50.000 seguidores . Las notificaciones no paraban de saltar en mi móvil».
A los tres o cuatro meses de aquello, instagram lo tuvo como sugerencia en su perfil durante un año. Ello «supone un flujo de gente que hizo que me encuentre en la cifra en la que me muevo ahora». José Toro afirma que «cuando me incluyó Instagram en sus sugerencias hubo fotos que consiguieron 800.000 "me gusta" , ¿a ver cómo consigues esa cifra de manera natural? Son números desproporcionados», añade.
Gracias a la estadística que utiliza conoce los países de sus seguidores y tiene una idea clara de quienes son sus seguidores. Con alguno de ellos surge amistad y contacto, así como experiencias muy llamativas. «En una ocasión me llamó una artista con varios premio Emy en su poder para decirme que era mi fan, y cuando vino a Sevilla para actuar contactó conmigo para conocerme e invitarme a su concierto. Todavía no me lo creo. Hay mucha gente que no te esperas y te sigue», dice.
Sus alumnos lo saben y miran el perfil. «Les resulta muy divertido y les hace mucha gracias que yo me defienda mejor que ellos en las redes, por lo que le supone una curiosidad», dice. « No va dirigido a un público concreto . Cuando empecé en Instagram era lo que más me gustó: poder llegar a gente muy distinta y de países distintos. Es lo interesante», añade.
Comunidad
Yo subía la foto y no ponía ningún hashtag. Me escribió una chica de argentina y me recomendó que lo hiciese así. Es lo que hice y comencé a poner #josetorowalkers , porque antes la gente me enviaba la foto. Ahora hay más de 12.000 fotografías y vídeos cortos subidos con este hashtag por gente de todo el mundo. Con esa idea abrí un segundo perfil (@josetorowalkers)para crear una comunidad con los trabajos que envía la gente. En él publico las fotografías más interesantes o con más energía que me llegan, página que ya me ha sobrepasado por el movimiento que tiene. Me parece increíble que una persona de Nigeria pueda hacer un #josetorowalkers . Ha sido como una generación espontánea muy de agradecer. No es una competición, es una comunidad de gente que hace fotos a personas andando por la calle.
Y Sevilla...
Si hay un texto lo incluye en los dos idiomas siempre, para que se entienda. El escenario: «Sevilla porque es mi ciudad y es lo que tengo a mano» . Con el tiempo no subo ninguna imagen que realiza fuera de Sevilla. «Si esto es lo que vivo, de lo que veo y entiendo, es de lo que puedo hablar», dice.
«Suelo hacer fotografías por la mañana temprano. A las 12 ya estoy de vuelta. Casi siempre por el Centro o por donde me coge de paseo como el Tardón o la Macarena. «Cuando hago fotos voy a eso solamente, voy a lo que voy». La luz en Sevilla es «muy dura», hay muchas sombras. La gente pasea más amable también por la mañana que por la tarde. Alguna vez he salido por la tarde por coger algún momento concreto por la luz, pero mi “modus” de trabajar es por la mañana.
Libro recopilatorio
Él mismo dice que «cuando acabe este proyecto de los «walkers» quiero hacer un libro en el que recopilar toda esta experiencia, aunque no se si será dentro de cinco años o seis meses. La idea era más vivir la experiencia de estar en la calle, de hacer fotografías de un modo inmediato , de estar más vivo en definitiva», concluye.