Elecciones Generales
Romero (Vox): «No nos cerraremos a acuerdos que permitan el desalojo de esta izquierda antinacional»
Diputada en el Congreso desde primavera, la sevillana Reyes Romero recalca el «papel necesario de Vox» en este momento de «retos vitales para España»
Entró en política en 2014 y ya lleva dos elecciones generales liderando la lista de Vox en Sevilla, donde es vicepresidenta del partido. Reyes Romero, comercial de 51 años, va sumando experiencia y conocimientos de lo bueno y lo menos bueno de su recién estrenada actividad.
Hace un año no esperaba entrar en política y ahora lleva seis meses como diputada nacional. ¿Qué balance hace de este estreno en el Congreso? ¿En qué medida ha sido mejor de lo esperado y en qué medida ha vivido la crudeza interna de la política?
Pues es un balance muy positivo, porque creo que la presencia de Vox y su actividad parlamentaria está marcando la agenda de los demás partidos políticos y contribuye a centrarlos en los asuntos verdaderamente importantes. Efectivamente, una llega al Congreso con poca experiencia pero con mucha ilusión y muchas ganas de trabajar, y rápidamente se da cuenta de que los viejos partidos se aferran a todo tipo de triquiñuelas para dejar pasar días y semanas sin abordar los graves problemas que tiene España. Creemos que nuestra presencia es cada vez más necesaria.
Se sumó al proyecto de Vox por «patriotismo y responsabilidad». ¿Cree que ahora es aún más necesaria esa visión tras el devenir de la política nacional de estos meses?
Por supuesto. Nuestro país tiene muchos de los mismos problemas que aquejan a las sociedades europeas, pero están agravados por las ocurrencias de nuestra clase política que parece que está para crear nuevos problemas y no para solucionar los que ya existen. Aquí es donde Vox actúa para concienciar a la sociedad españolas de los verdaderos retos a los que os vamos a enfrentar.
Los sondeos apuntan a un ascenso enorme de su partido. ¿Es eso un arma de doble filo? ¿Qué lectura hace?
Los sondeos crean un efecto psicológico sobre los votantes de los partidos que parece poco controlable. Sabemos que las encuestas están a veces cocinadas y manipuladas por intereses partidistas. Por eso, nosotros no les echamos mucha cuenta. Cuando uno vota por principios y con conciencia no está pendiente de si es una opción mayoritaria o no. Espero que una mayoría de españoles sean lo suficientemente maduros para darse cuenta de que la partida en juego es verdaderamente importante para el futuro de España y los españoles.
En buena medida, ese auge de Vox está vinculado a los acontecimientos en Cataluña y al rechazo que provocan las imágenes de los disturbios en Barcelona. ¿Pero qué argumentos más locales puede trasladarle a un votante, por ejemplo, de Sevilla? ¿Qué proponen ustedes para mejorar la vida de los sevillanos?
Es una tentación de mucha gente desinteresarse de lo que está pasando en Cataluña, por puro hartazgo, y pretender vivir solo pendiente de lo que pasa en su ciudad. Lo que pasa en Cataluña nos afecta a todos, porque la inseguridad jurídica creada ocasiona problemas económicos y sociales en toda España. Dicho esto, es verdad que Sevilla tiene problemas específicos de los que tenemos que ocuparnos como hemos hecho estos meses: infraestructuras, servicios, fomento de nuestra competitividad... En estos frentes también estamos trabajando a la par.
Imagínese que tiene que convencer a un votante conservador o a uno que, sencillamente, quiere que no siga el PSOE gobernando España. ¿Por qué votar a Vox y no al PP? ¿Y qué les diferencia de Ciudadanos, que mantiene también un discurso muy férreo sobre la unidad nacional?
Es que, con todo el respeto a los votantes del PP (que yo también lo he sido), el PP es gravemente responsable de la desastrosa situación actual. En política, la omisión es un «pecado» tan grave o más que la acción. Nosotros somos capaces de distinguir entre unos partidos y otros, y por eso jamás negociaríamos con esta izquierda que se ha arrojado al monte, pero Pablo Casado fue la mano derecha del inoperante Rajoy, cuya mayoría absoluta dejó intacto el legado de Zapatero. La pregunta más bien sería: ¿cómo un votante que se sienta cercano a los valores conservadores puede votar al PP?
¿Y Ciudadanos?
Lo consideramos un partido muy hueco, sin apenas contenido que no sea la más exquisita corrección política. Valoramos positivamente de ellos que reivindiquen a España y la Constitución, pero incluso en este asunto ha sido tibio en cuanto a la aplicación del 155. Es un partido que está más pendiente de los sondeos que de afrontar con valentía los problemas nacionales. El papel todo lo aguanta, pero a la hora de la verdad, tanto partido PP como Cs se han mostrado verdaderamente carentes de esa valentía.
Las diferencias, no obstante, no parece que vayan a ser un impedimento para un pacto a dos o incluso a tres en el caso de que la suma permita al centroderecha vencer a Pedro Sánchez...
Nosotros somos un partido caracterizado por tener sólidos principios. Pero eso no quiere decir que nos falte el realismo de saber que la política es el arte de lo posible. Realmente la inestabilidad es un mal para nuestro país, por lo que nunca nos cerraremos a posibles acuerdos que permitan el desalojo de esta izquierda antinacional del Gobierno de España, como hemos hecho en Andalucía, Murcia y Madrid. Pero siempre con el programa por delante y sin ceder en cuestiones esenciales.
Además de la situación en Cataluña, la exhumación de los restos del general Franco también parece que ha dado alas a Vox. ¿Se ha vuelto en contra del propio socialismo la Memoria Histórica?
La Ley de Memoria Histórica es una ley liberticida que impone una determinada visión del pasado llena de ideología sectaria. Nuestro partido no tiene ninguna posición oficial sobre el pasado y entendemos que la Guerra Civil fue un trauma tan terrible para nuestro país que es una irresponsabilidad volver a inocular el odio que estaba ya superado incluso por los propios protagonistas de aquel drama. Creemos, eso sí, que efectivamente mucha gente percibe la villanía de ensañarse con un difunto y su familia.
Por cierto, ¿qué opinión le merece la reclamación que se hace desde la izquierda para sacar a Queipo de Llano de la Basílica de la Macarena? ¿Qué opina Vox?
Nuestra opinión es que el lugar de reposo de los difuntos es un asunto privado en el que los poderes públicos no tienen que intervenir para nada. Y, repito, en una situación de emergencia nacional como la que tenemos, es una irresponsabilidad absoluta perder el tiempo y los recursos públicos en semejantes actividades revanchistas. Todo ello, sin perjuicio, desde luego, de que se puedan buscar y honrar a los que yacen en fosas comunes u otros lugares indignos, sean del color que sean.
«¿Franco? ¿Queipo? En una situación de emergencia nacional como ésta, es una irresponsabilidad perder el tiempo y los recursos públicos en revanchismos»
Paradójicamente a lo que se apunta desde sus adversarios políticos, en Sevilla una mujer encabeza la lista al Congreso y representa al partido en el Ayuntamiento de la capital. ¿Es su partido una formación machista?
La paradoja la ven solo los que le compran a la izquierda la mercancía averiada según la cual la derecha es por definición «machista». Evidentemente, soy una mujer, encantada de serlo, no culpo a los hombres por su sexo y no pretendo que me den un trato de favor por ser lo que soy. Por cierto, que entre los afiliados de Vox hay una altísima proporción de mujeres, que son conscientes de cuáles son las opciones que les interesan como ciudadanas.
Una de las grandes batallas que ha emprendido Vox es acabar con la Ley Integral de Violencia de Género. ¿Cuál es su visión de este asunto?
Mi visión es que se trata de una ley injusta, que acaba con la presunción de inocencia del varón, por el hecho de serlo y que invierte la carga de la prueba. Estas medidas que retuercen los conceptos penales considerados civilizados se hacen desde la consideración de que se está produciendo en España una especie de genocidio contra la mujer, cosa que no es cierta. Pero es que incluso desde el punto de vista más objetivo, esta ley no está consiguiendo bajar la proporción de mujeres muertas a manos de sus parejas, sino todo lo contrario. Desde nuestro punto de vista se trataría de hacer una ley de violencia intrafamiliar que proteja a los más débiles en el seno de la familia: a veces los niños, a veces los ancianos, a veces las mujeres y a veces los hombres. Y, desde luego, una medida concreta para evitar la violencia de la mujer sería el endurecimiento de las penas contra violadores y agresores sexuales que es lo que propone Vox. Actualmente la ley tampoco protege a las mujeres cuando su pareja es también otra mujer.
En Sevilla no tienen la misma incidencia, pero en algunos barrios se empieza a tener la sensación de gueto por la incidencia de la inmigración, por un lado, y por la pobreza, en otros. ¿Qué medidas deben adoptarse para evitar la marginalidad y los problemas derivados de la misma?
Es evidente que Sevilla tiene una problemática propia, pero debemos aprender en cabeza ajena y evitar que se produzcan en España las situaciones que se están dando en los barrios de París, Bruselas o Londres. En Sevilla, los vecinos de La Macarena viven en sus propias carnes lo que supone tener una elevada concentración de centros MENAS. Por eso, la inmigración tiene que ser legal y controlada, como marca la Ley de Extranjería, a pesar de la inoperancia y de los aspavientos que hace la izquierda cuando se les recuerda la necesidad de prevenir lo que podría ser un grave problema. En cuanto a la pobreza, nosotros evidentemente no tenemos ninguna varita mágica para evitar la marginalidad económica y social. Nuestra propuesta es facilitar las condiciones para que los ciudadanos puedan entrar en el círculo virtuoso de la prosperidad, favoreciendo la economía productiva, el emprendimiento y los sectores en los que somos más competitivos. Esas medidas, lógicamente, tendrán que ser acompañadas con otras educativas, municipales y de inversiones públicas.
