COLECCION GRÁFICA DE ABC
La gran riada del Guadalquivir de 1927
El primer tercio del siglo conoció una sucesión de inundaciones casi año por año
![Operarios traspasando enseres entre dos embarcaciones en medio del río](https://s3.abcstatics.com/media/sevilla/2016/01/16/s/coleccion-grafica-riada--620x349.jpg)
Las inundaciones del Guadalquivir eran habituales a principios de siglo y desencadenaban no pocas epidemias en la ciudad, además de alterar el tráfico fluvial en el tramo urbano del río. La imagen de la Colección Gráfica de ABC está datada en 1927, el último año de una serie de grandes riadas que se sucedieron entre 1910 y 1919 sin interrupción y entre 1924 y 1927, aunque esta última fue en la que menos altura alcanzaron las aguas con sólo 6,16 metros sobre el cero geográfico , medido en Alicante.
No llegó a tanto como en 1895, el año de las seis riadas del Guadalquivir, cuando las aguas alcanzaron una cota de 7,90 metros . Y todavía peor, tres años antes, en el cuarto centenario del Descubrimiento de América en 1892, cuando la crecida llegó a los 9,31 metros. En otros casos, cuando el caudal no superaba los 3.000 metros cúbicos por segundo, se daba un fenómeno de aguas altas denominado bujarrete .
En la fotografía de Sánchez del Pando se aprecia la cota que han alcanzado las aguas en los apoyos del puente de Triana aunque los ojos no se ven cegados como si sucedió en otras grandes riadas históricas como, por ejemplo, la de 1947 . En el centro de la imagen, unos operarios traspasan cajas de mercancías entre dos embarcaciones, una con el agua casi a la altura de la borda y otra de menor calado a la que parecen trasvasar los cajones. Los protagonistas están fajados para manejar pesos sin riesgo de herniarse, usan gorrillas de visera y tienen en la boca cigarrillos liados a mano.
La chimenea que aparece a la izquierda de la imagen corresponde a una fábrica de gas con la que la compañía Sevillana de Electricidad generaba energía justo en el mismo sitio donde hoy existe un transformador en la calle Arjona, justo a la espalda de la lonja del Barranco.
Tanto encima del puente como en el muelle de la Sal , cuyo cantil no está consolidado con varios terraplenes en la orilla, se aprecian curiosos que contemplan la crecida del Guadalquivir.
El cauce del río estaba todavía vivo porque no se había producido el taponamiento de Chapina de los años 50, a la que ya dedicamos otra entrega de esta serie .
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