Reyes Monforte: «Al menos una vez en la vida hay que ir a Auschwitz»

Coincidiendo con el 75 aniversario de la liberación del campo de concentración la escritora y periodista lanza «Postales del Este», un relato de esperanza en medio del horror

Reyes Monforte Paco Navarro

Pedro Ybarra Bores

«Ocurrió. En consecuencia puede volver a ocurrir. Esto es la esencia de lo que tenemos que decir. Puede ocurrir, y puede ocurrir en cualquier lugar» . Con esta cita de Primo Levi arranca «Postales del Este» (Plaza Janés) una historia basada en hechos reales que salió al mercado hace una semana y cuya promoción virtual acaba de iniciar su autora. Con nombre de origen sevillano, reconoce que «tenía que haber nacido aquí, donde pasé muchas temporadas, pero a mi madre se le ocurrió ir a pasar el fin de semana en Madrid y nací allí un viernes por la noche», añade.

¿Por qué ahora Auschwitz?

Siempre me interesó. Llevo toda mi vida documentándome para esta novela sin saberlo porque siempre me ha llamado mucho la atención como museo de la condición humana, y no solo como campo de concentración.

De nuevo una novela basada en hechos reales...

La «Memoria de la lavanda» tenía más de mí, o de cualquiera que hubiera pasado por un duelo. Pero el resto de las novelas, también «Postales del Este», están basadas en hechos reales. Me puede la vena periodística. Descubrí la historia de María Mandel, la bestia de Auschwitz, y una de las protagonistas junto a la prisionera, casi por casualidad una de las diez veces que fui a Auchiwitz, lugar al que al menos una vez en la vida tienes que ir por lo que te emociona y sientes. Es indescriptible. Cada cierto tiempo van cambiando los objetos que exponen y me encontré en un panel con varias fotografías de los personajes que tuvieron poder allí. Solo había una mujer con una blusa blanca. Era María Mandel y no sabía que había habido una mujer que sin cumplir los 30 años en 1942 se había convertido en jefa de campo , responsable de medio millón de asesinatos sobre todo de mujeres y niñas.

Portada del libro ABC

Este año se celebra el 75 aniversario de la liberación.

No pensaba escribir esta novela, fue de casualidad cuando encontré esta fotografía y coincidí con un visitante que me contó que los prisioneros dejaron enterrados bajo la tierra del campo de concentración postales fotografías, escritos, mapas o informes ante el temor de que todos fueran asesinados y los nazis hicieran desaparecer cualquier huella de la infamia que habían cometido. Entre 1945 y 1980 se encontraron documentos escritos en varios idiomas, así como los nombres de algunas personas que por allí pasaron. En esto está basado Ella, la otra protagonista del libro.

¿«Postales desde el Este» habla de muchas más cosas?

De poder hacer una historia sobre el poder liberador, sanador y curativo de las palabras, que es lo que sentía realmente la protagonista. «Ella» es el único nombre de ficción que aparece en la novela, el resto de sucesos son verdad: que existía una orquesta de mujeres, los mensajes que se encontraban en los dobladillos de las ropas, en los abrigos, en las suelas de los zapatos o los niños que escribían su nombre con su propia sangre, todo lo que se cuenta en el libro es verdad. «Ella» es un personaje que existió de verdad, pero quise llamarla así para que sirva como homenaje a todas las mujeres que pasaron por Auschwitz o por cualquier campo de concentración. Son personajes que encontraron en la palabra el pasaporte de la supervivencia, a pesar de que la escritura, como casi todo, estaba penada con la muerte.

¿Qué personaje le impactó más?

Es una novela muy coral porque aparecen tanto verdugos como víctimas. Sobre todo me han llamado la atención dos personajes: Alma Rosé, violinista sobrina del compositor Gustav Mahler que fue detenida en Suiza y deportada al bloque 10 del campo. También la ginecóloga Gisella Perl y la misión que tuvo que ejercer en el campo para salvar a las futuras madres de una muerte segura.

¿Ha podido hablar con testigos directos?

Supervivientes cada vez van quedando menos, pero hace meses asistí a una conferencia de un superviviente y un joven le preguntó cómo aquello pudo pasar ,y dio una respuesta que me heló el corazón. Dijo «yo que estuve allí, todavía no lo entiendo», creo que es el mejor resumen de Auschwitz, jamás una mente cuerda podrá comprender como sucedió o se permitió que sucediera todo aquello.

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