Patrimonio
La restauración de la iglesia de Santa Clara de Sevilla estará culminada «a finales de 2022 o enero de 2023»
El arzobispo Saiz visita por primera vez las obras de la iglesia del viejo convento, donde se compartirán el uso cultural y los cultos
El arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses , ha visitado este martes las obras de restauración que se llevan a cabo desde el pasado marzo en la iglesia del antiguo convento de Santa Clara, que ejecuta la Archidiócesis sevillana, conociendo así de primera mano los detalles de un ingente proyecto para recuperar un patrimonio extraordinario que llegó casi a la ruina. Saiz ha destacado el «goce estético y religioso» que provoca el repaso por el estado de las obras. «Ha sido una mañana de inmersión cultural y religiosa -ha comentado a pie de obra- que ha generado un momento de satisfacción importante y de goce estético ante tanto arte, tanta cultura y tanta fe».
El arzobispo ha «animado a seguir adelante» a todos los que están ejecutando los trabajos y a «ir pensando en el uso que se le va a dar a los bienes inmuebles y muebles» que se encuentran en Santa Clara. «Hay que dar un uso a esta inmensa riqueza y a este patrimonio como camino de acercamiento a Dios por la belleza. Siempre deberá tener un uso religioso, obviamente, lo que no obsta para que el lugar tenga también un uso cultural», ha recalcado Saiz haciendo ver que debe «definirse pronto» cómo van a aprovecharse los espacios de este complejo del que es titular la Iglesia de Sevilla. El resto del viejo convento es del Ayuntamiento, que también está realizando obras de recuperación, aunque aún le queda gran parte del mismo por restaurar.
En lo que a la iglesia del antiguo convento se refiere, el arquitecto que dirige los trabajos, Antonio Martín, ha explicado que la inversión que se está realizando por parte de la Archidiócesis ronda los tres millones de euros y que se espera que los trabajos se prolonguen en torno a un año, de modo que la restauración estaría rematada «a finales de 2022 o en enero de 2023» si todo va bien y «no surgen nuevos problemas». «Hasta ahora se ha desarrollado más lentamente por las trabas lógicas derivadas de la pandemia de coronavirus -ha señalado-, pero ya han tomado el ritmo adecuado los trabajos y se espera que duren un año más. Llegan noticias preocupantes sobre la falta de suministros a nivel mundial, pero confiamos en que eso no afecte a esta restauración». Tal y como ha apuntado el propio Saiz, la idea es establecer usos compartidos culturales y religiosos en todo el complejo de la mano del Ayuntamiento. «Se trabaja en eso, en un uso compartido, y que la visita cultural al Espacio Santa Clara, que es municipal, permita también el acceso a la iglesia una vez se establezcan los protocolos de funcionamiento y que cada zona tenga su cierre autónomo y particular».
Proyectos complementarios
Una vez acabe la rehabilitación de la torre de Don Fadrique -que realiza el Ayuntamiento-, su entorno, la portada y la iglesia, se afrontarán otros dos proyectos vinculados a esta zona del convento: el compás y la portada de acceso de Santa Clara y las casas del Capellán y portería . El primero de ellos, ahora usado para colocar la maquinaria, requiere reconstruir la crujía, arreglar el patio y la reparación de los edificios que cierran el patio al sur hasta conectar con el claustro. El segundo, por su parte, requiere la restauración del antiguo acceso original al convento y la rehabilitación integral de ambas casas, que servirán como control de acceso y como dependencias de apoyo a los usos culturales.
Estos proyectos se verán complementados con otro que tiene ya redactado la Gerencia: el sector sureste del claustro, lo que eran las antiguas cocinas, y que requerirán una inversión de 290.000 euros. La actuación contempla la retirada de escombros afectados por el derrumbe y el desmontaje de la cubierta. Se demolerán los elementos de mala calidad y que están provocando graves patologías en esta zona. Se cambiará el sistema de canalizaciones y se instalará una nueva cubierta por otra de madera y con una cercha de la misma geometría. También se sustituirán los dinteles en mal estado y se desbrozarán los patios interiores y exteriores.
Las obras en sí que ahora se ejecutan consisten en la consolidación estructural, conservación, mantenimiento y acondicionamiento que afectarán sobre todo a la cubierta del templo, la espadaña, los forjados y la crujía adyacente a la iglesia. En el primero de estos elementos se plantea la reconstrucción de una carpintería de lazo de gran relevancia, en tanto que los trabajos contemplados para la espadaña son de consolidación, aplome y atirantado para lograr su estabilización. Por su parte, los forjados –seriamente dañados en sus cabezas– serán reconstruidos y consolidados y, la crujía adyacente redistribuida. El proyecto también incluye el replanteo de huecos exteriores, así como la ejecución de nuevas escaleras y la instalación de un ascensor que dé servicio a ciertas zonas de la iglesia, sacristía y el compás. En cualquier caso, el criterio genérico de la intervención es el de actuar exclusivamente en las partes, los elementos y detalles que lo requieren, planteándose en todos los casos intervenciones puntuales, superpuestas y reversibles.
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