Defensa

Reservistas voluntarios: civiles con alma militar

El Ministerio de Defensa ha recibido en la última convocatoria más de 2.000 solicitudes para prestar servicio a tiempo parcial en las Fuerzas Armadas, casi 200 procedentes de Sevilla

Un grupo de reservistas adquiere su condición tras jurar lealtad a la bandera nacional ABC

Silvia Tubio

En Francia, tras sufrir los atentados terroristas contra la revista satírica Charlie Hebdo y los de noviembre de 2015 que dejaron a decenas de víctimas en distintos puntos de París como la Sala Bataclan , el gobierno socialista de Hollande hizo un llamamiento a la ciudadanía para que se alistara como reservista voluntario. El entonces ministro del Interior, Bernard Cazeneuve , apeló al sentimiento patriótico de los franceses para hacer frente a la amenaza yihadista. La figura del reservista está muy consolidada en las principales democracias del mundo. Sin embargo, en España es una desconocida para la sociedad civil, a pesar de que este año se han presentado más de 2.000 solicitudes para cubrir un escueto cupo.

El reservista voluntario es un civil que firma un compromiso renovable de tres años para prestar parte de su tiempo a las Fuerzas Armadas . Según su formación, puede ingresar en el Ejército como oficial (alférez), suboficial (sargento) o tropa y marinería. Este año el Ministerio de Defensa ha convocado 150 plazas para cubrir en toda España; medio centenar más que las habilitadas en 2017 y 2018. La demanda es mucho mayor que la oferta. Tras publicarse en octubre la convocatoria, se presentaron 2.061 solicitudes, 175 tramitadas en Sevilla. Llama la atención cómo se han duplicado las peticiones de ingreso. En 2018 se registraron 1.170 (88 de aspirantes sevillanos).

Desde 2015, la oficina de reclutamiento de la subdelegación de Defensa de Sevilla ha recibido 763 solicitudes para alistarse como reservista voluntario. Adquirir esa condición dentro de las Fuerzas Armadas no es tarea fácil porque las plazas son muy limitadas. Actualmente hay 213 reservistas de esta provincia de un total que roza los 4.000 voluntarios españoles . Tras superar un concurso de mérito y conseguir una de las vacantes, los aspirantes reciben una instrucción básica de unos quince días, que incluye además formación específica del destino asignado; para pasar después a la reserva, a la espera de ser activado en función de las necesidades de su unidad.

En 2005 salió la primera promoción. En estos momentos hay 213 sevillanos con esta condición de una cifra total que roza los 4.000 voluntarios españoles

Durante el tiempo que desempeñan su función en las Fuerzas Armadas, en un periodo que puede alcanzar hasta el año, cobran como un profesional más dentro de su categoría aunque sin complementos específicos. Por eso, cuando se acude a este colectivo para entender qué mueve a un civil a enrolarse temporalmente en las Fuerzas Armadas, todos coinciden en que lo económico no es la razón. «Pierdes dinero. Tu inquietud es otra, es prestar un servicio a tu país».

Sargento Francisco Javier Benitez (empresario)

El sargento Benítez, en el interior de la Comandancia Naval ABC

Sin antecedentes militares en su familia, el CEO de la firma Globotur fue uno de los aspirantes de la promoción que salió de la primera convocatoria (2005). Tiene claro que lo económico no fue lo que le movió a dar el paso. «Yo siempre tuve una vocación militar que por desgracia no pude satisfacer porque tuve que hacerme cargo de la empresa de mi familia». Francisco Javier Benítez se hizo reservista para cumplir en parte ese sueño. «La vocación militar la tienes 24 horas y esto es sólo por periodos concretos, pero igualmente sientes que estás aportando tu granito de arena al país». Su destino está en la Armada, en la flotilla de aeronaves de Rota, en el área de asuntos económicos. Accedió a esa plaza gracias a su formación en economía y contabilidad.

Su destino no es de los que se activan con cierta regularidad. «Hay otros, como en la UME, donde los llamamientos son más frecuentes». El balance que hace es en clave muy positiva, tanto que acaba de renovar su compromiso con la Armada y habla de sus hijos como «tres futuros almirantes». Lamenta, eso sí, el desconocimiento que existe en torno a esta figura. «En el Reino Unido es todo un honor para una empresa que entre sus trabajadores haya reservistas. Aquí, sin embargo, no hay esa cultura aún». La ley de la carrera militar deja en manos de la negociación entre empresario y plantilla qué ocurre cuando un reservista es llamado a incorporarse al ejército. Si bien, establece como norma preferente que el periodo de formación se considere como permiso retribuido y que en el tiempo de activación, se reserve el puesto de trabajo y compute a efectos de antigüedad.

Alférez Antonio David Sánchez (fisioterapeuta)

El alférez Sánchez, en la puerta de la enfermería del Ala 11 ABC

Este joven fisioterapeuta está destinado en la punta de lanza del Ejército del Aire, en el ala 11 de la base de Morón. Por sus manos pasan los pilotos de los cazas Eurofighter , la elite de la aviación militar española. Tampoco hay tradición militar en la familia de este alférez a tiempo parcial. «Me incorporé en 2017 y en 2018 me activaron por primera vez». Antonio David Sánchez se enteró de la posibilidad de ser reservista a través de su colegio profesional. «Las Fuerzas Armadas son una institución que valoro mucho y vi la posibilidad de poder ejercer mi profesión en el Ejército a través de esta opción. Me siento muy realizado porque puedo servir a mi país con lo que mejor sé hacer».

Hasta el próximo 31 de diciembre estará trabajando en la base aérea, cumpliendo su segundo periodo de activación, en este caso de tres meses, desde que ingresó como reservista. Su función sí tiene una alta demanda simplemente porque no existe su perfil profesional en las Fuerzas Armadas. No hay un «fisio» durante el resto del año que trate a unos pilotos sometidos a un esfuerzo físico titánico . «Este año se han abierto plazas de reservistas para el Ejército de Tierra. Es importante porque poco a poco se va viendo la necesidad de que se preste este servicio a los militares». Aunque viste el uniforme sólo por periodos concretos, en el Ala 11 lo tratan como un oficial más. «El trato es exquisito , desde los pilotos a los mandos. No te sientes diferente».

Alférez de fragata Antonio Ruiz Conde (geólogo)

El alférez Conde en su último destino en el II Batallón II de la UME ABC

Las plazas que se abren para reservistas están contadas y muchas de ellas buscan perfiles muy específicos. También hay sitio para científicos como el alférez de fragata Antonio Ruiz . Geólogo de formación y funcionario adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), accedió hace cinco años a la condición de reservista, destinado al Instituto Hidrográfico de la Marina , en San Fernando (Cádiz). Todo un regalo para un amante de la cartografía. «Las Fuerzas Armadas son mucho más que estar en primera línea de combate. Hay otras funciones como revisar anualmente las cartas náuticas que utilizan los barcos que navegan por nuestras costas. Un trabajo que hacen los militares».

Este geólogo tiene, además, la formación en prevención de riesgos laborales; lo que le permitió incorporarse a la UME en su última activación. Los batallones de la unidad de emergencia son destinos con una demanda importante de reservistas. «Yo reivindico mi condición de civil que una vez al año hago un servicio a la sociedad». Admite que en su entorno familiar costó al principio entender por qué cedía tiempo y dinero para trabajar en las Fuerzas Armadas. «Poco a poco han ido comprendiendo que estoy haciendo una labor muy gratificante y que puedo aportar mucho a las Fuerzas Armadas».

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