Relato de un sevillano en el terremoto de Ecuador
José María vivió el seísmo en el Malecón de Guayaquil; Luis Eloy, un ecuatoriano afincado en Sevilla, viajará a Manta en busca de su madre desaparecida
«Serían las siete de la tarde. Me cogió en pleno Paseo del Malecón de Guayaquil. Es la zona más turística de la ciudad, llena de centros comerciales. Allí habría unas 1.500 personas. De buenas a primeras, empezó a temblar la tierr a incrementándose la intensidad durante 25 segundos. Iba con un compatriota de Madrid y mirábamos a los rascacielos de la zona de negocios y vimos cómo se desplomaba un edificio. Caían escombros en el suelo y la gente corría histérica».
Es el relato de José María Pérez Trigo , un sevillano afincado en Guayaquil que vivió de primera mano el terremoto de 7,8 grados de este fin de semana en Ecuador que ha arrasado el corazón turístico del país dejando más de 350 muertos y 1.500 heridos. ABC ha localizado a este sevillano que aún no se le ha pasado el impacto de sentir uno de los peores seísmos de la historia en América latina.
José María Pérez Trigo montó en Guayaquil un restaurante de comida española, «Ole Pepito» , dedicado a la venta de tortillas de patatas y paellas pero, por circunstancias familiares, lo cerró hace un par de semanas. Mientras su mujer e hijos permanecen en Sevilla, este sevillano viajó de nuevo a Ecuador para vender el negocio y se vio envuelto en el caos que provocó el seísmo en una de las ciudades más grandes del país.
«Tuve mucha suerte. En ese momento, no piensas en tu familia ni en nada, sólo en sobrevivir . Lo que intentamos fue ir hacia el río, que lo teníamos cerca. Nos pusimos en el bordillo, detrás de unos servicios y lo más alejado de los edificios. En ese momento se apagó toda la ciudad . Era de noche y vi un fenómeno muy extraño. El cielo se encendió como un relámpago. Hay una foto circulando por las redes. Al parecer es lo que llaman las ‘luces del terremoto’ , provocado por la energía sísmica que llega hacia el cielo. Parecía como un meteorito, la gente estaba despavorida. Sigo impactado».
José María cree que si el epicentro del terremoto hubiera sido Guayaquil «estaría muerto ahogado en el río seguro, aquello bailaba como una serpiente» . De allí fue a coger el coche, que lo tenía aparcado en la Avenida 9 de Octubre, que es la principal de la ciudad. «En ese momento era Londres, repleta de coches. No se veía nada del polvo producido por la caída de los edificios. Mi coche no sufrió ningún daño, pero sí había cascotes alrededor».
De esta forma, cuenta que «de regreso a casa, vi el puente que ha salido en todas las noticias , que se ha desplomado y aplastado a un coche. Era impactante, iba viendo todo el destrozo… A mi casa tampoco le ha ocurrido nada, gracias a que está anclada en una loma rocosa, tampoco creo que el restaurante que cerré haya sufrido daños».
No tiene constancia de otros sevillanos que vivieran en Ecuador y que sufrieran el terremoto. Así, durante dos días ha permanecido encerrado en su casa por precaución , tras la recomendación de las autoridades de no salir mientras se inspeccionan los daños en los edificios. Ayer lunes, cuando ABC se puso en contacto con él, se encontraba saliendo de casa de camino al trabajo.
Mientras espera para viajar de nuevo hacia España, está iniciando un nuevo proyecto de venta de productos españoles en el consulado y en la calle, ya que la venta ambulante está permitida en Ecuador. «He encontrado molletes de Antequera y hago bocadillos de tortilla y vendo paellas a domicilio. De momento va bien la cosa…», afirma.