RECAUDACIÓN
Airbnb cree que «controlar las viviendas turísticas no frenará el encarecimiento del alquiler»
La plataforma apuesta por la tasa turística en Sevilla, de la que serían intermediarios entre Ayuntamiento y los propietarios
La ciudad de Sevilla se encuentra en pleno proceso de consulta municipal para determinar diversas cuestiones relacionadas con los pisos turísticos . Por una parte, la idoneidad de aplicar una tasa o impuesto a la ocupación hotelera y de viviendas , y, por otra, la creación de un marco normativo en el que se regulen estos pisos para acabar con las que operan de manera ilegal y regular la saturación, en aras de la cada vez más compleja «convivencia» entre lo residencial y lo turístico.
En AirBnB , la compañía líder de viviendas turísticas en España, lo tienen claro: «la clave es contar con actores responsables, que cumplan con la regulación de Turismo de la Junta de Andalucía». Así lo asegura Sergio Vinay , responsable de Políticas Públicas de la compañía.
Para ello, han establecido como requisito para anunciar viviendas en su catálogo que el anfitrión incluya en la ficha el número de registro autonómico. «Todos aquellos que no lo muestren después del 30 de septiembre serán dados de baja», puntualiza.
Esta iniciativa, que tildan de pionera, creen que debe tener continuidad en el resto de plataformas del sector, y que así lo asegure la administración pública. «Nos preocupa que por ejemplo Booking, HomeAway o Wimdu aún no tengan fecha tope. Desde aquí pedimos a la Junta que haga que estas plataformas pongan una fecha concreta para incluir esos registros, si no, la competencia desleal y los otros problemas derivados de este tipo de turismo van a seguir ahí».
Esto sería una forma de combatir la saturación que experimentan zonas de la ciudad como el Casco Antiguo, con una presencia cada vez mayor de viviendas turísticas, pero «sobre todo», por el modelo de «Home sharing» del que hace gala Airbnb. «Ya sea una habitación que el anfitrión tiene libre o su vivienda completa cuando se va de vacaciones pero a la que después vuelve», aclara Vinay.
Un problema «estructural»
Esta opción, recogida por la Junta de Andalucía como vivienda con finalidades de uso turístico , es para la compañía una «solución a los problemas que pueda tener el desarrollo del turismo en Sevilla, por que la conexión que se tiene con los viajeros es mayor, pero también la responsabilidad».
En ese sentido, quieren eliminar cualquier creencia que vincule su sector con el progresivo encarecimiento del alquiler de larga duración. «Los políticos no deben hacer creer a la gente que solucionando el tema de las viviendas turísticas se arregla el asunto del alquiler», asegura Vinay.
«Es cierto que si todas las plataformas están alineadas y consiguen que la gente cumpla la regulación, el impacto de las viviendas turísticas se minimiza, pero el problema del alquiler es mucho más profundo y estructural. No van a dejar de subir los precios».
A favor de la tasa
Otro de los aspectos más comentados en el sector turístico sevillano es la llegada de una potencial tasa o impuesto, con la que el alcalde de Sevilla asegura poder recaudar siete u ocho millones de euros anuales ( al menos dos millones provenientes de apartamentos y pisos turísticos).
Airbnb se muestra «claramente a favor» de su aplicación, pues «todo mecanismo que haga que la riqueza que se genera en torno al turismo revierta en la propia ciudad, es muy positivo».
«Creemos que los sevillanos anfitriones de nuestra plataforma estarían encantados de aportar, y de que esa tasa ayude a un turismo más sostenible», añade el responsable de Políticas Públicas .
Incluso se brindan como intermediarios, siendo la herramienta que «recaudaría» las tasas de sus alojamientos ofertados y poniéndolas en manos del Consistorio.
«La mayoría de las regulaciones que hay a nivel de impuestos y tasas se hicieron en una época en la que las plataformas tecnológicas, e incluso muchas veces Internet, no existían. Con nuestro modelo, la gestión se agiliza para todas las partes», explica.
Airbnb asegura haber llegado a acuerdos con más de 500 gobiernos en el ámbito de la recaudación de tasas turísticas, con casos cercanos como Francia o Portugal (Lisboa y Oporto). En España aún no han roto esa barrera, algo que podría suceder muy pronto si prosperara esta iniciativa del Ayuntamiento de Sevilla.
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