Entrevista
Rafael Juliá: «Hemos dado hasta once banquetes el mismo día y uno de ellos de 2.500 personas»
El padre de los hosteleros sevillanos, que hizo historia con la boda de la Infanta Elena, cumple 80 años y recibe el homenaje de la ciudad a su carrera
Rafael Juliá , que acaba de cumplir ochenta años, ha sido durante varias décadas el restaurador más importante de Sevilla y padre de los hosteleros sevillanos . El 18 de marzo de 1995 sirvió el banquete de la boda de la Infanta Elena , al que asistieron mil trescientos invitados, entre los que había representantes de 39 casas reales de Europa, África, Asia y Oriente . Su honestidad, su profesionalidad y su amor al trabajo fueron destacados por multitud de personas y organizaciones con las que este restaurador sevillano ha colaborado durante cincuenta años en el homenaje que le tributó la Cámara de Comercio de Sevilla el pasado 1 de julio.
Los cocineros antes estaban encerrados en sus fogones y casi nadie quería saber nada de ellos. Ahora son estrellas de la televisión
El cocinero es fundamental, una pieza clave , y me alegro de que esto haya ocurrido, pero para mí resultaba inimaginable en esa época que esto ocurriera algún día, este reconocimiento general.
Cuentan que su máxima es «divide y vencerás», en el buen sentido.
Para la logística de la boda de la Infanta nos planteamos dar como cuatro banquetes de cuatrocientos . Así todo sale igual en un banquete de cuatrocientos que en otro de cuatro mil quinientos, como el que dimos en la Plaza de España por la clausura del Mundial de Atletismo de 1998.
¿Ha tenido que dar varios banquetes el mismo día?
Un día dimos hasta once y uno de los once era de la Cruz del Campo con 2.500 personas.
Usted ha sido casi la extensión del protocolo del Ayuntamiento de Sevilla durante casi treinta años.
Creo que le debemos mucho a los jefes de protocolo que hemos tenido en la ciudad, en el Ayuntamiento y en otras instituciones . Les estoy muy agradecido por lo que hemos aprendido en esta ciudad con ellos. Apoyamos mucho la Expo y a la ciudad.
Y también apoyó a muchísimas organizaciones benéficas. La lista de cartas de agradecimiento que ha recibido es inmensa.
Ayudé todo lo que pude. Nunca cobré nada por los servicios de catering que les prestaba. He ayudado hasta cuando pude.
Tuvo que cerrar la empresa tras la crisis de 2008, pero nunca dejó de luchar. Dicen todos los que le conocen que es un trabajador nato. ¿Esa es la clave para triunfar?
He puesto el corazón hasta el último día en el negocio . He hecho todo lo que he podido y estoy orgulloso de que mis hijos Rafael y Manolo lo hayan continuado.
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