Salud
Quirónsalud concede una beca de investigación sobre deporte y cáncer de mama
Dotada con casi 50.000 euros se centrará en el impacto del ejercicio físico durante la quimioterapia
La Fundación Quirónsalud ha concedido una beca de investigación por importe de 48.924 euros al proyecto liderado por VidaON y Oncoavanze integrado en el Servicio de Oncología de Quirónsalud Sagrado Corazón, dirigido al estudio del impacto del ejercicio físico en pacientes con cáncer de mama durante el tratamiento quimioterápico adyuvante.
Según ha expuesto Pilar Serrano , directora Gerente Territorial del Grupo Quirónsalud en Andalucía y directora gerente de Quirónsalud Sagrado Corazón, «la práctica del deporte está íntimamente relacionada con la salud , está demostrado su beneficio para superar la enfermedad en aquellos casos en los que es posible practicarlo, fomenta la capacidad de superación, la disciplina, la mejora del rendimiento, el esfuerzo y colabora, sin duda, a salir del trance de la enfermedad y abrirse de nuevo a la vida».
Por ello insiste en que «la concesión de esta beca para el proyecto de Quirónsalud Sagrado Corazón , nos llena de satisfacción ya que estoy convencida de que va a ayudar a muchas mujeres a superar su enfermedad y nos parece fundamental para ofrecerles un tratamiento integral y de continuidad una vez terminado el proceso asistencial que contribuirá al restablecimiento de la salud e incorporación a la vida activa de las pacientes».
Por su parte la oncóloga María Valero , miembro del Servicio de Oncología Médica de Quirónsalud Sagrado Corazón-Onconavanze y una de las investigadoras principales del proyecto, aclara «disponemos de múltiples estudios que demuestran el papel beneficioso del ejercicio físico en la recuperación de los pacientes tras finalizar los tratamientos oncológicos , sin embargo, existe escasa evidencia científica del impacto del ejercicio durante la fase de tratamiento quimioterápico adyuvante».
Lo que sí conocemos continúa, es que «los efectos secundarios de la quimioterapia influyen significativamente en el desarrollo normal de la vida cotidiana del paciente tanto en el aspecto físico como en el psicológico y el emocional, lo que nos lleva a plantear la utilización del ejercicio físico como herramienta útil para ayudar a mejorar la tolerancia de los efectos secundarios y a mantener el estado de salud durante el tratamiento».