Pugna familiar en Sevilla por el marquesado de Premio Real

Una sobrina nieta asegura estar en posesión del título y un primo suyo asegura ser el heredero del mismo

Rafael Catalá, ministro de Justicia EFE

M. J. PEREIRA

Un sevillano ha pedido al Rey Felipe VI la rehabilitación del marquesado de Premio Real, título nobiliario que caducó al no usarse durante más de cuarenta años. Ahora, el Ministerio de Justicia, cuyo titular es Rafael Catalá , tendrá que decidir si rehabilita el título y lo otorga a un nieto de la hermana del último marqués de Premio Real, que reclama la aplicación en este caso de la Ley de Igualdad para la Sucesión de Títulos Nobiliarios , aprobada en 2006, más conocida como Ley Agatha porque la diseñadora Agatha Ruiz de la Prada fue una de las primeras en beneficiarse de ella al cambiarse las normas de sucesión de forma que no tiene preferencia el varón, como sucedía antes, sino el primogénito ya sea hombre o mujer.

Esta solicitud para rehabilitar este título nobiliario se puede topar con un inconveniente. María Ignacia Martín de la Hinojosa de Soto, sobrina nieta del último marqués de Premio Real, asegura estar en posesión del título desde 2015.

Quien ahora reclama el título es sobrino nieto del último marqués de Premio Real, que murió en 1929 sin descendencia. La única hermana de ese marqués era la primogénita, pero en su día no recibió el título porque entonces tenía prioridad el varón y la primogenitura. Un hijo de esa mujer pidió rehabilitar el título en 1997 pero se le desestimó porque había caducado al estar inactivo durante cuarenta años.

Sin embargo, ahora un nieto de la hermana del último marqués reclama, a través del abogado Fernando Osuna , el título al considerar que «la actual situación jurídica es distinta a la que obligó a denegar la rehabilitación del título» a su padre, ya que está en vigor la Ley 33/2006, que permite aplicar el trato igualitario entre hombres y mujeres en transmisiones de título hereditario en los expedientes administrativos o jurisdiccionales que estuvieran en curso.

Aplicación reatroactiva

El solicitante entiende que no hay duda de la aplicación retroactiva de esa ley en su caso al entender que la caducidad de los 40 años a la que hacía referencia el Real Decreto 222/1988 por el que fue denegado a su padre la rehabilitación del título, en ningún modo puede ser de aplicación «al caso en el que nos encontramos, pues no he tenido oportunidad de ejercer mi derecho durante ese tiempo, ya que ha sido la Ley 33/2006 la que me lo ha dado».

El marquesado de Premio Real es un título creado por el rey Felipe V en el siglo XVIII y está ligado al municipio andaluz de Paterna del Campo (Huelva) . María Ignacia Martín de la Hinojosa de Soto asegura ser la actual marquesa de Premio Real. En declaraciones a ABC explicó que ella es nieta de Consuelo Ceballos-Zúñiga, la primogénita del último marqués de Premio Real pero que no recibió el título en su día porque tenían prioridad los varones sobre las mujeres en la sucesión de títulos nobiliarios. «Consuelo tuvo cinco hijos, cuatro varones y una mujer. Los cuatro varones murieron sin solicitar el título. Su única hija, Carmen Soto Ceballos-Zúñiga, que es mi madre, tiene derecho a ese título por propincuidad. Como el título estaba inactivo desde hace 40 años y no se pueden rehabilitar en España porque el Rey no lo hace salvo que medie un mérito especial, mi madre acudió al Tribunal de Bolonia de Nobles Europeos, que le concedió el título en 2015 y ella me lo cedió a mí», indicó María Ignacia Martín de la Hinojosa de Soto, quien ha residido siempre en Sevilla hasta hace cuatro años. «Si mi madre pidió el título era porque nadie en 40 años lo había hecho antes y sabía que tenía derecho por proximidad al último maqués de Premio Real», aclara María Ignacia.

Sentencia Supremo

No es este el único que caso que enfrenta a hermanos y primos por un título nobiliario. En 2012, el Tribunal Supremo citó una sentencia que dio la razón a una mujer en su lucha por usar y disfrutar el título de marquesa en lugar de su hermano menor, al que la madre de ambos cedió voluntaria y gratuitamente el título en 1985 en base al principio de varonía y no de primogenitura. La demandante, defendida por el abogado Tulio García O’Neill , logró que el Tribunal Supremo estimara la posibilidad de aplicar con retroactividad la Ley 33/2006, más conocida por Ley de Igualdad de Títulos Nobiliarios (TNT). Esta sentencia del Supremo abrió la puerta a otras mujeres que se han sentido discriminadas antes de 2006 en la cesión de títulos a sus hermanos varones menores para que pudieran reclamar sus derechos haciendo valer la igualdad de sexos.

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