Coronavirus Sevilla
El próximo curso en las universidades sevillanas: aforos reducidos y cámaras en las aulas
Se baraja un modelo híbrido que combine clases presenciales con los estudiantes siguiéndolas on line
Si hay incertidumbre en cómo será el próximo curso en colegios e institutos, más dudas hay todavía sobre las universidades sevillanas que también tuvieron que suspender sus clases a mitad del mes de marzo y seguir on line. En esta cuestión hay diferencias entre las públicas y la privada, la que parece tener sus planes más adelantados.
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De hecho, la Universidad Loyola ya anunció hace varias semanas que las clases volverán de forma presencial a las aulas el próximo 14 de septiembre en un plan que fue aprobado por el consejo de gobierno y que contempla una vuelta al campus de Dos Hermanas escalonado: primero los de nuevo ingreso y luego el resto y que además de la mascarillas tienen posibilidades de guardar las distancias de seguridad por la amplitud del campus y porque ellos suelen hacer grupos reducidos.
En cualquier caso el rector, Gabriel Pérez Alcalá, asegura que la Loyola ha realizado un proceso de reflexión «para aprender de esta experiencia» y que ha hecho una encuesta tanto entre profesores como alumnos y personal para preguntarles cómo les ha ido con esta situación provocada por el Covid-19. Y de ahí han sacado algunas conclusiones como que la enseñanza virtual es «peor que la física» , aunque en algunas cuestiones la virtual puede ser un complemento. «Hemos hecho una reflexión profunda», dice el rector que, en cualquier caso es partidario de «volver a lo presencial el próximo curso». Y también afirma que la Loyola está preparada para pasar de lo presencial al modelo on line si se produce un brote en sólo una tarde.
En cuanto a la Universidad de Sevilla y la Pablo de Olavide, ambas van prácticamente al mismo ritmo. Mientras que en la UPO todos los exámenes fueron on line, en la Hispalense se han hecho unos pocos de forma presencial después del «ensayo» que ha supuesto la Selectividad con estudiantes en las aulas de ambas instituciones, sentados con mascarillas y guardando las distancias de seguridad.
Ambas han aprobado recientemente en sus respectivos consejos de gobierno sus planes para el próximo curso, que se basan en el documento consensuado por los rectores andaluces que pasa por varios escenarios y que acabaría en un modelo totalmente on line si hubiera un rebrote. El modelo que ambas contemplan es un híbrido entre clases presenciales con una parte de los alumnos en el aula y otra desde casa siguiéndolo on line y que implicaría la necesidad de cámaras que graben las clases.
Desde el Consejo de Alumnos de la Universidad de Sevilla, Carlos Cruz, delegado de este órgano , asegura que la única palabra que define la situación es la incógnita que hay, ya que todo lo que se ha hecho hasta ahora es plantear «un escenario apostando por la máxima presencialidad posible».
Sin embargo, el delegado del Cadus cree que, con el panorama sanitario actual y con los rebrotes que hay todo hace pensar que esa máxima presencialidad será mínima . «Lo bueno es que el verano dará tiempo al profesorado a adaptar sus asignaturas . Esperemos que la minoría que se niegue a adaptarlas sea más minoría que nunca», afirma Carlos Cruz.
A la espera de que se despejen todas esas dudas, la UPOprevé empezar el curso a partir del 21 de septiembre y la Hispalense baraja el 5 de octubre mientras mide las aulas para ver cuántos estudiantes podrán entrar en cada una de ellas.
En cualquier caso, todo dependerá de unas decisiones que podrían tomarse en las próximas semanas y que también podrían variar según como evolucione la epidemia y de si hay rebrotes o llega la esperada vacuna.