¿Has probado la crema de champiñón que sirven en los colegios?
Casi 40.000 niños comen en el colegio menús que los padres cuestionan por su sabor y el reducido tamaño de las raciones

¿Ha probado la crema de champiñones que se sirve en los colegios? Preguntó hace días el portavoz de IU, Antonio Maíllo, a la presidenta de la Junta de Andalucía . Se refería al hecho de que sean mayoritarios los comedores escolares que sirven catering frente a los gestionados por colegios. En Sevilla l os 39.043 niños que comen en colegios públicos lo hacen mayoritariamente en comedores atendidos por empresas de restauración contratadas mediante concurso público. Según la Junta de Andalucía, de los 386 comedores de los centros públicos, 283 son gestionados por empresas catering y 103 son de gestión directa.
Los menús siguen, según la Junta, las recomendaciones del Ministerio de Sanidad y de la Consejería de Salud en cuanto a alimentación saludable. Son supervisados por nutricionistas del SAS y además expertos en bromatología y nutrición de las universidades de Granada y Pablo de Olavide colaboran en la elaboración de los pliegos del contrato. La Consejería de Educación insiste en que promueven una alimentación completa y saludable supervisada por nutricionistas con presencia diaria de verdura y fruta fresca, aceite de oliva virgen extra, más pescado que de carne, limitación de alimentos precocinados y fritos y apuesta por la dieta mediterránea y alimentos ecológicos. Educación presume de estar «a la vanguardia de las comunidades» en el consumo de productos ecológicos. Dicen que hay 45 productos ecológicos que proveen a las empresas y que dan dietas especiales adaptadas a alergias e intolerancias.
Las empresas que sirven los comedores en Sevilla son Luis Sosa Rodríguez, Socorro Moreno Pina, Seurnión, Industria Restauración Colectiva, Serveid Apats S.L, Aramark, Eurest Colectividades y Dujonka. ¿Qué les dan de comer? En el menú basal que cuelgan en el tablón de anuncios de los colegios o en las web aparece una dieta variada. El lunes, arroz a la cubana, caella al horno en salsa de adobo con ensalada de lechuga y tomate, agua, pan y fruta. Otro día «coditos a la aurora con salsa de tomate y bechamel, huevo cocido con verduras asadas, pan y zumo ecológico. Hay días con legumbres que sirven alubias con calabaza, tortilla francesa, brócoli al vapor, agua, pan y fruta. Todo parece ecológico pero cuando se habla con los padres dan otra versión que dista de la Consejería de Educación que ya tuvo que restringir el contrato a una de las empresas que tenían adjudicado el catering aunque, en ese caso, por problemas laborales. Desde la Federación Provincial de Sevilla de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos, FAMPA, insisten en que ese menú no se cumple siempre ya que hay muchos cambios de última hora. Se quejan de la calidad, de que apenas les dejan ver esos menús o entrar en los comedores, pero también de la cantidad que, consideran escasa ya que se sirve lo mismo en toda la primaria; la misma para los pequeños, algunos de los cuales no han cumplido los 3 años, que a los de 6º de Primaria, algunos de doce.
María Alonso, presidenta de Fampa en Sevilla, considera que elaborar los menús de los comedores es sólo «un trámite» para la Junta de Andalucía. Por eso los padres acuden constantemente a su organización a quejarse y por ello recientemente elaboró una encuesta sobre los citados comedores tras entrevistar a más de 400 Ampas. «Tenemos quejas todos los días», dice Alonso insistiendo en la cantidad y en la calidad. En lo primero denuncia que el menú no está adaptado para las edades ya que no puede quedarse satisfecho con el mismo plato un niño de 2 que otro de 12. «Pasan hambre», insiste Alonso que dice haber detectado que el «gramaje» de los platos que sirven a los niños es «bastante inferior» a lo que marca la Junta de Andalucía. Sobre todo para niños que llegan al colegio a las 9 de la mañana y pasan allí hasta la tarde ya que realizan alguna actividad extraescolar. «Enlazan el comedor con la clase de inglés y son muchas horas» dice insistiendo también en que no pueden quedarse llenos con «cuatro cucharadas de puchero». Cuando se quedan con hambre no es fácil repetir. Sólo le servirán una ración extra si el catering ha llevado al colegio algún plato de más.
De la calidad también hay quejas. Porque a veces les sirven «mezclas raras» como cuando les dan ensalada y macarrones o porque le pongan lechuga a niños de dos años, que no están acostumbrados. «Les cuesta comer lechuga con aceite». También aseguran que abusan de las salsas, del tomate y del queso. Abundan la salsa boloñesa, cazadora, finas hierbas, adobo. .. Se quejan de que las cremas de calabaza, de brócoli, de champiñones o de zanahorias no están buenas. O del sabor de la crema de garbanzos. Cuando les ponen arroz caldoso y el choco «no lo ven todos los niños». El problema se agrava porque, cuando los niños protestan, los padres no tienen fácil entrar en el comedor. «No dicen: tenemos hambre y no nos gusta la comida» , afirman los padres que defienden que en los gestionados por colegios son mejores que la «línea fría» de los catering. «Un día en el comedor de mis hijo sirvieron el menú de otro de línea caliente y les encantó», admite.