500 aniversario primera circunnavegación
Primera vuelta al mundo: los peligros de navegar el río
Primera vuelta al mundo es una serie de artículos en la que el marino Ignacio Fernández Vial recrea cada sábado el viaje de Magallanes y Elcano
Una vez que el capitán general tiene claro que el río Uruguay no es el soñado paso, leva anclas en su fondeadero, Punta Pereira , y pone rumbo al SSE. Al dejar por el través la isla Farallón cambian de proa. El día 2 de febrero, los navíos navegan hacia el E1/4 SE, pero la flota tiene que bracear sus velas a tope, el viento les entra por la proa y hay que ganar millas dando bordos de una banda a otra, y penosas maniobras se suceden sin respiro. No descansan hasta alcanzar el día 2 de febrero de 1520, la bahía del río Santa Lucía en donde dejan caer las anclas. «Y fuimos de allí voltando de un bordo y otro con vientos contrarios hasta que vinimos en vista de Monte Vidi , y esto fue a dos días del mes de febrero… y a la noche surgimos y nos quedaba al Sureste cuarta del Este».
Vía de agua
«Sábado 4 del dicho mes, surgimos en fondo de siete brazas para tomar un agua a la nao San Antonio , y estuvimos hasta los 5 del dicho». A la mañana del día 4, se ven obligados a fondear para intentar corregir una vía de agua que inundaba la bodega de la San Antonio y para dar cristiana sepultura al segundo hombre que fallece, el marinero de la Santiago, Sebastián de Olarte . Esta vía de agua se le había producido en su largo recorrido por el interior del estuario del Río de la Plata , al tocar con sus fondos en alguno de los numerosos bajos que jalonan estas aguas. Probablemente el bajo que tocaron fuera el Santa Lucía, que da acceso a Playa Pascual . No olvidemos que estos marinos estaban permanentemente expuestos a encallar cuando navegaban reconociendo la costa, y aún más en los estuarios de estos caudalosos ríos, con fuertes corrientes y peligrosas barras. Todo ello, sin tener ni idea de por dónde podrían estar los canales de entrada, cuál era la naturaleza del fondo, qué vientos dominaban, dónde podrían fondear con seguridad, etc.
Bajos de limo
Escalante de Mendoza , hombre ilustrado y con muchas millas transoceánicas en su haber, pone en boca de un piloto: «Muy temeroso y peligro caso es, señor, tocar la nao que va navegando con la quilla en el fondo, de cualquier suerte y manera que la redoma de vidrio llena de agua que por pequeño golpe que dé, revienta y se hace pedazos, y así suele ser cualquier nao que tocando en el fondo, está muy a canto de responder o hacerse pedazos.» Esta vía de agua no pudo ser de envergadura cuando es corregida con la nave a flote, en algo más de 24 horas. Esto nos inclina a pensar que la nao tocara fondo en alguno de los muchos bajos de limo que se forman continuamente, y que cambian de forma y lugar en el Río de la Plata, provocados por aluviones que provienen de los caudalosos ríos que desembocan en este amplio estuario, el Uruguay y el Paraná. Las obras vivas de estos barcos iban forradas de finas planchas de plomo que se clavaban a las tablas con pequeñas tachuelas. Al arrastrarse la quilla sobre estos bajos, lo lógico es que alguna de las planchas de plomo del fondo de la San Antonio se desprendieran y dañaran el calafateo, o desclavaran alguna que otra tabla.
Bomba de achique
Ante una vía de agua, los marineros lo primero que tenían que hacer era trabajar a tope en la bomba de achique, hasta conseguir recalar en una buena playa, que les permitiera fondear con seguridad, para poder trabajar en encontrar la vía, para lo cual tenían que mover parte de la carga de la bodega y posteriormente taponarla. Y la segunda solución, de no encontrase el daño, es aquella que recomienda Escalante. « En tal caso convendrá guarnecer un boneta que alcance por debajo de la quilla de babor a estribor con diez cabos, los dos que gobiernen a proa, y los dos que jalen a popa, y tres por babor, y tres por estribor, débese hilvanar toda ella a son de nao con hilo de vela bramante, y después de hilvanada, henchir de estopa todos los hilvanes, y no habiendo estopa podrá servir la lana de los colchones. Y después que estuviese toda la dicha boneta llena de estopa o lana, débese de calar por la proa por en ras de la roda… y así se debe ir corriendo con la misma boneta de proa a popa, y como se fuere corriendo se debe ir reparando de trecho a trechos, y dando las bombas porque en llegando la boneta al lugar y convento por donde entrare el agua en el mimo instante se estancará… y estancado se debe fijar la boneta en el mismo lugar que estaba cuando se estancó y fijarla y hacerla fuerte que se valla allí puesta hasta llegar al puerto, o que se tome a descubrir». Suerte tuvieron al tocar fondo en el banco de Santa Lucía, ya que únicamente tuvieron que navegar unas 20 millas para encontrarse en un magnífico fondeadero: la bahía de Montevideo .
«Después nos levamos a seis y fuimos la vuelta del Sur, y a la noche surgimos en fondo de ocho brazas y estuvimos hasta otro día.» Una vez cegada la vía de agua, fondearon en Punta Piedras , primeras aguas argentinas. Después de haber navegado por zonas ya conocidas por españoles y portugueses, la Armada de la Especiería se adentra en lo inexplorado, inicia una nueva aventura, se sumerge en un mundo oscuro, nunca visto por el hombre europeo. ¿ Hallarían nuevas tierras, o se perderían en una mar sin horizonte? Y así fue hasta alcanzar las Molucas, casi medio mundo después….
Noticias relacionadas