500 aniversario

Primera vuelta al mundo: «el Lago Español»

Primera vuelta al mundo es una serie de artículos en la que el marino Ignacio Fernández Vial recrea cada sábado el viaje de Magallanes y Elcano

Ignacio Fernández Vial

Antes de abandonar el Estrecho, Magallanes intenta por última vez localizar a la nao San Antonio , de hecho «pasados los seis días, envió la nave Victoria en busca de la San Antonio, y porque en tres días no pareció, la fue a buscar con todas tres naves: aunque Andrés de San Martín le dixo que no gastase tiempo, porque entendía, que se había vuelto a Castilla, y con todo eso anduvo seis días en busca de ella». Perdidas las esperanzas de encontrar la nao desaparecida, el capitán general reemprende su marcha hacia poniente. No podía apurar más sus despensas, presintiendo que la travesía del inmenso mar que asomaba por sus proas iba a ser larga. Se interna en el Paso del Mar hasta llegar el 28 de noviembre de 1520 al través del cabo que bautizan con el nombre de Deseado, hoy cabo Pilar, que dejan por babor.

Por primera vez las naves europeas navegan por aguas del océano Pacífico Sur , y el primer gran objetivo de la expedición se había logrado: descubrir el estrecho que les permitiera alcanzar el gran océano. Así se narra: «El miércoles 28 de noviembre, desembocamos del estrecho para entrar en el gran mar, al que enseguida llamamos Pacífico, en el cual navegamos durante tres meses y veinte días sin probar ningún alimento fresco». «A veintisiete de noviembre salió al espacioso mar del Sur, dando infinitas gracias a Dios, que le había dejado hallar lo que tanto deseaba, y que hubiese sido el primero, que porque aquella parte hubiese hallado el paso tan deseado, con que la memoria de este excelente Capitán será eternamente celebrada. Mandó Hernando de Magallanes que diesen muchas gracias a Dios y que se gobernase la vía del norte, para salir prestos de aquellas frialdades».

Para que el lector sea consciente de lo complicada que es la travesía del estrecho de Magallanes, apuntamos el número de naufragios que se produjeron a lo largo de una serie de años: seis, entre 1526-1592, siete, entre 1600-1687, 66 entre 1843-1899 y 75 entre 1900-1975. En total tenemos referenciados la friolera de 154 naufragios, y contabilizando tan solo aquellos de los que tenemos noticias ciertas. A éstos habría que sumarles un número indeterminado de barcos que se perdieron sin dejar rastro, pero que según los estudiosos del tema, pueden ser incluso superiores a los conocidos. Impresionantes cifras sin lugar a dudas.

En la gran parada naval que se celebró en Cádiz en 1992, conocí a un almirante chileno, con el que comenté la primera travesía del Estrecho por estas naos españolas. Me dijo que él que era muy buen conocedor de aquel laberinto de canales, pues los había estado patrullando durante varios años, y que si no fuera porque hay suficiente documentación que da fe de esta tremenda travesía de la Armada de la Especiería, no lo creería, y añadió que por ello consideraba que los hombres de mar españoles de los siglos XVI y XVII, alcanzaron cotas del dominio de la navegación impresionantes, y que bajo su punto de vista, jamás ninguna otra nación ha llegado a escribir en la historia de la navegación páginas más brillantes.

Por una de las partidas de los gastos de la Armada, conocemos la identidad de los dos hombres que vieron por primera vez el Pacífico. «cuatro mil y quinientos maravedís que se pagaron a Ocacio Alonso (natural de Mérida) y a Hernando de Bustamante , (vecino de Bollullos), por cédula de S.M… los cuales Hernando de Magallanes les mandó dar albricias cuando saltaron en tierra y se descubrió el Estrecho».

Desembocado el Estrecho con alegría de todos, puso rumbo Magallanes «hacia el Noroeste por meterse en tierra caliente y atravesar la línea por la tierra del Norte. Y por este camino fuimos dos días y tres noches, y a la mañana vimos tierra, unos pedazos como mogotes y corren Norte-Sur, y el primer día de diciembre, que estábamos en derecho de ella está en altura de 48 grado». Estos rumbos les conducen a la isla Campana, y más concretamente al cabo Dyer, 48º 06´S. Nos dice Albo que ven «mogotes», dato que coincide con la orografía de esta isla, ya que casi toda su superficie está formada por pequeños montículos que acaban en formas, más o menos, cónicas. Esto sucedió el primer día de diciembre de 1520.

Continúan navegando hacia aguas más meridionales con rumbos que siempre se acercan al N. El día 16 de diciembre, estando en el 36º 30´ la aguja les comienza a señalar el NNO, proa que mantienen hasta el 22 de diciembre. A partir de esta fecha y cuando se encontraban en la latitud 30º 40´S, Magallanes tiene claro que su objetivo estaba a occidente de su posición, por lo que manda a los pilotos que naveguen con rumbos que oscilan entre el O y el NO, rumbos que mantienen durante 33 días. El 18 de diciembre de 1520, Albo punta que están en los 33º 30´S, es decir prácticamente, considerando los errores de posición, al través de las islas Juan Fernández por su babor y por estribor, de la costa firme de Chile.

Comenzaban a recorrer el mayor océano del planeta en toda su extensión. Aquel que durante poco después y durante dos siglos y medio, el Galeón de Manila , llamado también Nao de China o Galeón de Acapulco , recorrió sin interrupción entre Acapulco y Manila como vehículo exclusivo del comercio y los intercambios culturales, entre dos continentes separados entre sí por 6.500 millas, 12.038 kilómetros. Tal fue el dominio de España en el Pacífico, que este océano fue conocido en Europa durante siglos como «El Lago Español» .

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