Universidad de Sevilla
Primera lección en la Universidad de Sevilla: «Usen hidrogel y mantengan la distancia»
El decano de Derecho llama a la tranquilidad y la unidad de la comunidad en el primer día de clases con grupos reducidos que irán a clase una de cada tres semanas
Primer día de clases en las facultades de Derecho y Ciencias del Trabajo, dos de los centros de la Universidad de Sevilla que este lunes han abierto sus puertas después de casi siete meses cerrados por culpa del coronavirus. Unos centros en los que esta mañana el vigilante de seguridad, Mariano, ha hecho algo que no hacía hace meses. Ha quitados los pestillos y ha abierto de par en par las cancelas del campus Pirotecnia . Para que los estudiantes pudieran entrar de nuevo en la universidad.
Aunque la verdad es que este lunes se ha notado que no era un inicio de curso como los demás. Es el primer día de la nueva normalidad en el que, tal y como imponen los nuevos criterios académicos y los protocolos sanitarios, sólo unos pocos estudiantes han sido los afortunados que han podido acudir a clase . En estas facultades en realidad hoy sólo estaban los más jóvenes, los estudiantes de 1º que este año empiezan la universidad. Y se han encontrado un panorama muy distinto al de años anteriores. Porque no había grupos de chicos y chicas conversando animadamente sin temor a mezclarse como en la era pre Covid.
Lo que ha habido esta mañana eran pequeños grupos perfectamente organizados que estaban citados a las 10 de la mañana en la facultad de Ciencias del Trabajo para la presentación del curso en el salón de grados, hoy convertido en aula de bienvenida y en la que en un cartel a la entrada podía leerse: «aforo Covid. 104 personas». A ellos se ha dirigido el decano de Ciencias del Trabajo, Alejandro Díaz, que lo primero que ha tenido que hacer es resolver un problema de aforo. Porque habían acudido más estudiantes de la cuenta. La solución ha sido enviar a los 13 que sobraban a una sala anexa para que siguieran las explicaciones a través de las cámaras.
En realidad no se han perdido ninguna lección magistral de ninguna asignatura. Hoy, en esa como en la mayoría de centros que han empezado las clases, todos han dado la misma lección: una presentación monotemática basada en explicarles que mantengan los protocolos para evitar posibles contagios de coronavirus. Hoy, según ha explicado el decano, no cabía nada académico en las explicaciones más allá de darles la bienvenida al inicio de su formación universitaria que será muy distinta a la de años anteriores.
«Quiero que tengáis claro que la primera lección es que hagáis usos del hidrogel y matengáis las distancias de seguridad », les ha dicho Alejandro Díaz a los nuevos universitarios a los que también ha explicado que apostarán por la máximas presencialidad. Sin embargo esa máxima presencialidad se limitará, tanto en Derecho como en Ciencias del Trabajo, a que los estudiantes (a partir de este martes se irán incorporando 2º y el resto de cursos) a un tercio de los alumnos en clase. Eso supone que los estudiantes de estas facultades sólo irán a clase una semana de cada tres y el resto tendrá que seguirlas en streaming a través de las cámaras que se han instalado para ello.
«Lo importante es sacar la carrera»
En el salón de grados los estudiantes escuchaban pacientemente las explicaciones. Carlos Jesús Ruiz, un joven de Chipiona, estaba entre ese grupo de alumnos que este año empieza la universidad. Él, como otros muchos, está en Sevilla en un apartamento de estudiantes pese a que aún no tiene muy claro cuáles serán los días que vaya a clase. «Es un poco estresante» admitía sin saber aún a qué atenerse. Aún así parecer tenerlo muy claro: «Lo importante aquí es sacar la carrera. La fiesta vendrá luego».
Hoy desde luego había poco ambiente de fiesta en el campus. Pese a que la cafetería, que había permanecido cerrada desde que se decretó el estado de alarma, también ha reabierto. Lo ha hecho con la mitad de mesas y con señalización en el suelo, además del preceptivo gel hidroalcohólico. «Hasta ahora no ha venido ningún alumno. Sólo algún profesor» , admitía el camarero.
También se ha visto a algunos alumnos de otros cursos que se mostraban expectantes ante el inicio del nuevo curso. Es el caso de Marta Manzano, estudiante de 4º de Derecho y Gestión de Administración Pública, que calificaba el inicio de curso como «un poco caótico» y que no tiene claro cómo lo hará si, como le han dicho, tendrá sólo una semana de clases al mes. «Soy de Badajoz y estoy en un piso de estudiantes porque venir una semana al mes a un hotel no me renta», decía.
En parecido términos se expresaba Manuel Trujillo, que empieza 2º de Industriales y que tendrá clase una semana sí y otra no. Para él, «lo podían haber organizado mejor». Aunque, segun admite, los exámenes on line no están tan mal en cuanto a resultados porque facilitan «buscarse métodos extraoficiales» para sacar mejores resultados.
Antonio Ojeda, que este año empieza 1º de Relaciones Laborales, estaba deseando llegar a la universidad y admitía que se le hacía «raro» un curso así. «No podemos vernos las caras y se hace más dificil hacer nuevos amigos, decía.
A unos metros, en la facultad de Derecho también había esta mañana otros nuevos universitarios. Porque en Derecho los estudiantes de 1º se han repartido entre las once aulas que ya cuentan con cámaras en el centro y en la que esta mañana se han dado las priemeras clases.
En esta facultad, donde también se han dividido en tres tunos que irán a clase cada tres semanas, las cámaras han terminado de instalarse durante el pasado fin de semana. Son unas cámaras que cuelgan del techo y que tienen tres posiciones, una enfoca al profesor, otra a la pantalla y otra a la pizarra.
Los alumnos se han repartido por esas aulas y hoy andaban algo nerviosos aunque la mayoría traía bien aprendida la lección. Venían con la mascarilla puesta y con el bote de gel hidroalcohólico en la mochila. En la facultad de Derecho ya se ha instalado el código QR en la puerta de cada clase y esta mañana ya se ha visto a los estudiantes usarlo.
Alfonso Castro, decano de Derecho, asegura que ahora lo que prima es la seguridad ante la pandemia
Alfonso Castro, decano de Derecho, ha reconocido que todos tenian «muchas ganas de volver a la normalidad» y que ha percibido la ilusión del profesorado por volver al curso para el que se han tomado todas las precauciones. Según ha dicho, se ha aplicado el sentido común y el equilibrio a la hora de gestionar el tema. «Vamos a ir poco a poco accediendo a la presencialidad que era la reivindicacion de este decanato», ha recordado Castro.
En este sentido, el decano de Derecho ha explicado que han optado por el sistema híbrido y que, cómo no caben todos los alumnos, habrá turnos rotatorios. Ha n optado por los tres turnos utilizando un algoritmo, lo que supondrá que los estudiantes irán a clase cada tres semanas. Algo que han hecho por prudencia aunque, no descarta que más adelante, se puedan hacer dos turnos si la situación lo permite.
«Todo dependerá de la evolución de la pandemia, Si todo evoluciona en el escenario mejor. Confiamos en que se pueda volver a la normalidad pero eso solo se va a poder hacer según evolucione y tendremos que hacer lo que nos digan las autoridades sanitarias», ha dicho el decano que asegura no haber tenido problemas.
Castro ha querido lanzar un mensaje de tranquilidad y un llamamiento a la unidad completa . «Es el momento de estar todos unidos para intentar que funcione lo mejor posible todo esto. El juicio sobre la rapidez o las decisiones concretas habrá que hacerlo en su momento. Ahora lo que prima es la colaboración estrecha con toda la universidad. En un momento que, por encima de todo, lo importante es la seguridad» , ha dicho el decano en el primer día de clase de curso del Covid-19.
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