Primer día sin mascarillas: los sevillanos mantienen la cautela
Muchos ciudadanos han optado por la precaución en el interior de comercios y bares
Primer día de la nueva era sin mascarillas . Después de que el Consejo de Ministros aprobara la liberalización total para que los españoles puedan estar también en el interior de los espacios públicos sin taparse (con la excepción de transporte público y centros hospitalarios), en Sevilla la liberalización se ha dejado sentir solo a medias.
Porque tanto en la calle como en el interior de los espacios públicos había este miércoles gente con mascarillas, sin ellas y también muchos a medio poner o a medio quitar, s egún se mire a los que la llevan a la altura de la barbilla, o colgada en la muñeca.
En los comercios, en las tiendas, en los bares y en casi todos los sitios todavía hay mucha incertidumbre y muchos que esperan antes de dar el paso de destaparse la cara. Se podría decir que han optado por la cautela.
A la espera de que la Junta de Andalucía publique sus propias instrucciones sobre el tema , muchos han decidido esperar como han hecho la Universidad de Sevilla o la Pablo de Olavide, donde tanto estudiantes como profesores o personal de administración de servicio seguirán con las caras tapadas hasta nueva orden.
La mayoría de los camareros permanecían con las mascarillas puestas en los bares aunque no sea obligatorio
También ocurre lo mismo en los bares. La imagen que se ha visto es la de la mayoría de los camareros con la prenda de protección puesta. Así están en los locales de la avenida de la Constitución o la calle Asunción de Sevilla.
«Ahora mismo es a criterio personal o de la empresa en el caso de que consideren que existe un alto riesgo de contagio por cualquier motivo, pero no hay obligación de llevarla», recuerdan desde la federación de hostelería de Sevilla.
Como además se ha abierto la puerta a que sean los departamentos de prevención de riesgos laborales de las empresas los que decidan, la mayoría de grandes superficies ha optado por la prudencia y por seguir manteniendo su uso.
"Nos han dado instrucciones y nos han dicho que cuando no se pueda mantener la distancia sigamos con ellas puestas", explica la dependienta de uno de esos grandes almacenes.
Pequeño comercio
Luego, cuando se entra en el pequeño comercio es otra cosa. Hoy se han visto a trabajadores de zapaterías y pequeñas tiendas de Sierpes o Tetuán a cara descubierta y con semblante de satisfacción.
«Yo ya me había acostumbrado», admite el dependiente de una tienda de cosméticos que hoy por primera vez está sin mascarilla, pero que pasaba ocho horas al día con ella puesta.
También la mantenían puesta los guías turísticos que explican los monumentos de Sevilla en las inmediaciones de la catedral y de la Giralda. Igual que en la oficina de turismo de la avenida de la Constitución. O en bancos y edificios oficiales. «Un guardia de seguridad me ha parado en la puerta y me ha pedido que me pusiera la mascarilla», relataba a ABC un joven antes de entrar en una fundación del centro de la ciudad.
En los gimnasios había de todo. Muchos practicaban deporte sin mascarilla pero también algunos pocos con ella puesta. De momento, la prudencia ha sido la tónica dominante en el primer día del gran paso a la normalidad tras más de dos años de pandemia.
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