HUERTA DE SANTA TERESA
«La Policía está ahora más presente en el barrio tras 18 robos en un mes»
El parque Sinaí, la única zona verde, tiene, según los vecinos, «serias deficiencias que ponen en peligro a los niños»
Esperaron a que no hubiese nadie deambulando por la calle Baltasar Gracián. A las cuatro de la madrugada, ayudados de una señal de tráfico, doblaron la persiana de la óptica y, con un imbornal, rompieron la puerta de cristal. Saltó la alarma de seguridad del establecimiento, por lo que se apresuraron a sustraer lo que estaba más a mano: 30 gafas de sol y un maletín con monturas graduadas. Destrozaron además varios expositores e intentaron llevarse la caja registradora. Antes de que llegase el primer patrullero, estos amigos de lo ajeno ya se habían hecho con un botín que rozaba los 7.500 euros.
Este suceso ocurrió el pasado 20 de febrero en un barrio que se había caracterizado por conservar entre sus calles y vecinos un ambiente calmado y cordial . Pero el robo en la óptica de la calle Baltasar Gracián sólo fue uno de los 18 que se registraron en poco más de un mes. Una oleada de hurtos que comenzó en diciembre del pasado año y que se acentuó entre los meses de febrero y marzo, tal y como señala Miguel Cáceres, presidente de la asociación de vecinos Huerta de Santa Teresa, quien apunta que una de las carencias del barrio estaba, precisamente, en la escasa presencia policial.
Ante esto, el 21 de abril , comerciantes y vecinos mantuvieron una reunión con la Policía Nacional, a la que le transmitieron la preocupación que reinaba. «Aparte de lo que perdían los comerciantes en cada robo -cuenta Miguel -, éstos estaban realizando un desembolso económico importante para reforzar sus sistemas de seguridad. Necesitábamos que la Policía también se involucrase». Y así fue. El compromiso de los Cuerpos de Seguridad consistió en poner en práctica esa Policía de barrio o de proximidad que tantas veces han reclamado los vecinos de ésta y otras zonas de la capital. «Desde entonces ya no vienen únicamente en coche, sino que pasean y hablan con vecinos y comerciantes». Desde la entidad vecinal afirman que el número de intentos de robo ha disminuido, aunque, en palabras del presidente de la Asociación de Comerciantes de Huerta Santa Teresa-San Pablo, Cristóbal Morales, «no están poniendo el celo que habíamos pedido y habían entendido». En este sentido, Cristóbal Morales considera que sería beneficioso mantener reuniones periódicas con la Policía Local y Nacional.
En cuanto a la intervención policial, la celebración de los partidos del Sevilla FC es otra de las preocupaciones de la entidad vecinal . «Todas las medidas de seguridad se ponen de Luis Montoto hacia el estadio, pero se olvidan de esta zona, donde aparcan de forma indiscriminada y hacen botellón durante las horas previas al encuentro, dejando las calles repletas de suciedad».
Asimismo, ven un serio problema en el reparto de funciones que existe entre los distritos Nervión y San Pablo-Santa Justa desde que Alfredo Sánchez Monteseirín modificó sus límites. Desde ese momento, Huerta de Santa Teresa pasó a formar parte de San Pablo-Santa Justa, pero las actuaciones policiales continuaron a cargo del de Nervión. «Cuando llamamos a la Policía de un distrito u otro, siempre nos dicen que a ellos no les corresponde. Únicamente queremos que se aclare esta situación y quede fijado quién debe atendernos», reclama Miguel Cáceres.
Los gorrillas es el último escollo para que Huerta de Santa Teresa vuelva a conseguir el apelativo de «barrio tranquilo». Se concentran, por un lado, en las calles Muñoz Seca, Luis Huidobro y Hernando del Pulgar, por su proximidad a los centros comerciales y, por otro, en Baltasar Gracián, Monte Tabor y Betania, calles situadas junto a la delegación de la Agencia Tributaria. «Hay peleas entre ellos para controlar el territorio, dando voces continuamente. Es un malestar constante para los vecinos», aseguran desde la asociación.
Restos del mercado
El mercado Cruz del Campo, localizado en la calle Baltasar Gracián , cerró sus puertas hace un año. Técnicos del Ayuntamiento realizaron entonces un estudio y comprobaron que el edificio sufría serias deficiencias, por lo que, para llevar a cabo cualquier otra actividad era necesario su rehabilitación o demolición. Ambas actuaciones estaban valoradas en unos 480.000 euros.
Se pusieron varios proyectos sobre la mesa de la Comisión que se creó para su seguimiento mientras estaba Juan Ignacio Zoido en el gobierno local: pudo ser un economato social, un centro cultural o una zona verde. La actual delegada de los distritos Nervión y San Pablo-Santa Justa, María Inmaculada Acevedo, apostó en esa Comisión (cuando aún estaba en la oposición) por que ese espacio fuese una delegación del centro cívico. No obstante, todo quedó en el aire al ser nombrado alcalde Juan Espadas. «No se ha retomado la Comisión. Si están trabajando, no están contando con los vecinos», dice Miguel Cáceres que, en su opinión, estaría a favor del uso de este espacio como centro cultural.
Mientras tanto, el antiguo mercado se encuentra en un avanzado estado de abandono que, según los vecinos, se ha convertido en «un nido de ratas».
El parque de la calle Sinaí es también prioridad para el barrio, puesto que se trata de la única zona verde que existe. En este caso, sólo es necesario dar un paseo por este rincón para corroborar la lista de desperfectos que, en numerosas ocasiones, los vecinos han dado cuenta al distrito. «Hay papeleras y bancos rotos, los respiraderos del parking están corroídos y abollados y el suelo de corcho de los juegos infantiles está levantado. Todo esto supone un peligro para los niños».
Por último, respecto a la limpieza, desde la asociación vecinal han observado un cambio tras la llegada de los socialistas al Ayuntamiento. «Hay más suciedad por las calles. Creemos que de tres días a la semana que venían con Zoido han pasado a dos, y se nota». Una forma distinta de actuar que también han percibido en la poda de los ejemplares del barrio. «Los naranjos los han podado incluso antes que otras veces, sin llegar a ver en esta ocasión el suelo plagado de frutos. Sin embargo, los árboles de gran porte necesitan una tala urgente. En calles como Baltasar Gracián -puntualiza Miguel Cáceres-, las ramas se adentran en las viviendas».