La Policía desaloja la casa hermandad del Rocío de la Macarena por una queja vecinal

Un amplio despliegue de la Policía Local ha obligado a los hermanos de la hermandad del Rocío de la Macarena a desalojar su casa hermandad, situada en la calle Parras , este domingo a primera hora de la tarde tras una denuncia vecinal por ruidos. En esta sede se estaba celebrando la tradicional convivencia anual posterior al pregón de la romería en la que un grupo de la hermandad gestiona la barra para obtener beneficios para la bolsa de caridad . En esta ocasión el grupo gestor era el coro, que horas antes ha acompañado al pregonero, Manuel Pérez Hernández, durante el acto en la iglesia de San Gil .

Según han relatado a los implicados los agentes desplazados al lugar - hasta cuatro patrulleros -, un vecino ha denunciado el ruido que según él se estaba produciendo y el hecho de que la gente estuviera consumiendo bebidas en la calle . Al llegar al lugar, todos los asistentes estaban dentro de la casa hermandad, pero la Policía ha ordenado el desalojo y ha iniciado un atestado aduciendo que se estaban vendiendo alimentos sin control y sin licencia de bar.

El hermano mayor, José Romero Angulo , ha explicado a ABC que «es cierto que durante un rato ha habido varias personas bebiendo cerveza en la calle, pero se les ha dicho que pasaran dentro». Sin embargo, la Policía «nos ha dicho que o cerrábamos o precintaba la casa, por lo que hemos tenido que desalojar y varios hermanos han expresado su malestar». Para Romero, «el dispositivo ha sido desmesurado porque en un momento dado había 8 patrulleros, furgonas y motoristas, como si fuésemos delincuentes ».

Al abandonar la casa, varios hermanos se han encarado con una vecina . El hermano mayor ha mediado para apaciguar los ánimos: «Es mejor resolver las cosas hablando entre vecinos, así que me he ofrecido a todos para solucinar cualquier problema en el futuro».

Una queja de un vecino provocó también el desalojo de un ensayo de los Armaos de la Macarena , una cuestión en la que tuvo que mediar después el Ayuntamiento para solucionar el conflicto y que la Centuria pudiera continuar con su labor cumpliendo el horario establecido.