La Policía aborta una quedada multitudinaria con más de 500 personas en Sevilla

Se había convocado en la zona de Palmas Altas y fue detectada mediante distintos mensajes captados en las redes sociales

En total, se formularon 371 denuncias por diferentes infracciones, 271 por consumo de alcohol en la vía pública

La Policía ha disuelto este viernes noche una convocatoria ilegal @Emergencias Sevilla

S. I /M. Fernández

La Policía Local de Sevilla ha abortado la pasada madrugada una quedada multitudinaria que se había convocado en la zona de Palmas Altas y fue detectada mediante distintos mensajes captados en las redes sociales.

A través de sus redes sociales, la Policía detectó durante la noche varios mensajes que animaban a quien se quisiera unir a la quedada para concentrarse en la citada zona de Sevilla, a donde se dirigió una patrulla policial que encontró ya a unos 150 vehículos y unas 500 personas.

Pasadas las doce de la noche finalizó el desalojo del lugar, con lo que se evitó el «efecto llamada» para que más personas acudiesen a la convocatoria ilegal.

Esta acción fue la más significativa de la Policía Local durante la jornada de este viernes en el marco del control de las concentraciones de jóvenes con el objetivo de garantizar el derecho al descanso y contribuir al cumplimiento de las medidas fijadas por las autoridades sanitarias para evitar la propagación de la COVID-19. En total, se formularon 371 denuncias por diferentes infracciones , 271 por consumo de alcohol en la vía pública, 68 por no llevar mascarillas, cuatro a establecimientos por exceder el horario permitido de apertura, cuatro por causas relacionadas con la Ley de Seguridad Ciudadana y 24 por infracciones de tráfico.

Durate la noche, la Policía Local también intervino en la calle Radio Sevilla, Parque de Miraflores y Alameda de Hércules, donde se procedió al desalojo de las personas concentradas, así como fueron desalojadas unas 200 personas que se congregaban en la explanada de Alfredo Kraus, junto al Metro.

Además se instruyeron seis atestados por alcoholemia y otras siete denuncias administrativas por alcoholemias que no alcanzaron el límite penal.

En total, la Policía Local de Sevilla ha puesto 851 multas por no llevar mascarilla durante este verano . El control policial ha ido creciendo conforme la situación sanitaria ha empeorado con más contagios, ya que en julio fueron 239 las sanciones, en agosto se alcanzaron las 472 y en la primera semana de septiembre hubo 140.

«Seguimos siendo intolerantes con estas concentraciones de personas que, además de no respetar la prohibición de consumir alcohol en la calle, ponen en riesgo la salud propia y ajena y causan molestias a los vecinos y las vecinas», ha comentado el delegado de Gobernación y Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera .

La botellona, la nueva batalla de los barrios

La botellona ha rebrotado con fuerza en los barrios de Sevilla en este arranque del nuevo curso. La pandemia del coronavirus no ha frenado este fenómeno prohibido por ley, que ahora supone además un foco de contagio entre quienes lo practican y un riesgo vírico para familiares mayores y de alto riesgo. Entidades vecinales de Heliópolis, Los Remedios, Macarena o la zona norte del Casco Antiguo llevan días denunciando en redes sociales y con llamadas constantes a la Policía este «fortalecimiento» de la botellona en plazoletas, parques y callejuelas, donde «es fácil beber alcohol en la calle, burlando las normas sanitarias y el toque de queda para el ocio nocturno», impuesto con el cierre de bares de copas y discotecas a la una de la madrugada. «Parece mentira que el Ayuntamiento [de Sevilla] esté tan riguroso con los colegios, con las distancias y los 'grupos burbujas'; y, sin embargo, esos mismos chavales por la tarde cambian los pupitres por la botellona del Campo de la Feria u otras zonas de la ciuda», ha lamentado José María Cañizares, presidente de la asociación de vecinos Los Remedios, uno de los focos más afectados.

Esta nueva batalla vecinal contra la botellona no se circunscribe solo al derecho al descanso o a la limpieza viaria. Las asociaciones de los barrios afectados subrayan que la actual crisis sanitaria aporta una razón de peso. En todos ellos, se repite la misma estampa: bebiendo del mismo vaso o botella, sin mascarilla, sin distancia mínima en grupos de hasta 200 personas y, a veces, terminando en estampidas multitudinarias en las que, al ser desalojado por la presión vecinal o policial, hay quien se toma la revancha con vandalismo contra el patrimonio urbano o las propiedades de los sufridos residentes. «Están sin mascarillas, sin distancia y pasándose los vasos y las botellas de unos a otros. En la plaza de Santa Isabel, suelen ser grupos de gente más joven, estudiantes de 18 y 25 años, que les da igual todo y creen que el virus no les va a afectar», describe Yeray Iglesias, presidente de la asociación de vecinos y comerciantes San Marcos, que incide en el «peligro vírico» de estas concentraciones sin control.

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