Podría heredar tres millones de euros gracias al pañal usado de una anciana
Una mujer sevillana, de etnia gitana, pide ser reconocida hija de un importante agricultor y acceder a su patrimonio
El pañal usado de una anciana puede ser la clave para que Francisca L., una mujer de etnia gitana y 75 años, herede una fortuna de unos tres millones de euros. La señora dice ser la hija ilegítima de un importante agricultor sevillano -José M., natural de Sevilla y con importantes propiedades agrarias en Carmona, Lora del Río y Mairena- y, para probarlo, ha conseguido los restos del pañal usado de la hermana de su supuesto padre , es decir, la que sería su tía si se demuestra la relación.
Manuela, la madre Francisca, conoció a José M., un rico agricultor sevillano hace 75 años, en unas tierras que él tenía . Se enamoraron e iniciaron una relación, según cuenta el escrito de Fernando Osuna, abogado de la supuesta hija. Sin embargo, la pareja sabía que su relación estaba condenada al fracaso. Él era un rico terrateniente. Ella, una gitana pobre . Imposible que las familias o la sociedad sevillana de postguerra permitiera que formaran una familia.
La relación entre el agricultor y la madre de Francisca se inició hace décadas, y «como pertenecía a la etnia gitana y debido al estigma que en ese momento suponía, y a la posición social de ambas familias, en particular la madre de él, se veían a escondidas», explica la demanda interpuesta. Fruto de esos encuentros furtivos, nació en Sevilla una niña, Francisca.
Según el abogado de la mujer, la paternidad de la demandante «era sobradamente conocida en el barrio y por aquellas personas que conocían a las partes». El rico agricultor «no tuvo más hijos que la mujer en cuestión. Murió soltero». Insiste además el letrado en la relación familiar, puesto que « existe un parecido físico con su presunta hija, rostro y gesto, las fotografías aportadas lo acreditan».
También esgrimen como prueba de filiación el que el supuesto padre mantuviese a su hija y hasta le pusiera un profesor para garantizar su formación. «Debido a la actitud de la familia de él y también de la suya propia», explica el escrito del abogado, la madre de la demandante se puso a trabajar en el servicio doméstico y también en el campo». Aún así, el supuesto padre «se hizo cargo de la manutención de su hija de forma acorde con la época: tinajas de aceite, garbanzos...»
La historia se complica para Francisca cuando su supuesto padre muere y la familia incinera el cuerpo . Probar entonces que Francisca es hija de José se antoja complicado, toda vez que al rico agricultor solo le sobrevive una hermana. Y ahí es donde entra en juego el pañal usado. Unos detectives que contrató la demandante siguieron a la hermana de José M. hasta dar con su domicilio. Allí esperaron hasta que, por la noche, tiraron la basura.
«Por ciertos datos que había en la basura pudieron identificar que eran los restos de la casa de la hermana de José», explican el abogado de Francisca, y «rescataron un pañal usado» . Allí, en el pañal sucio está la esperanza de esta mujer gitana. Según el letrado, se pudo extraer ADN de la muestra y, al compararlo con el de la demandante, se ha comprobado que coincide con el de Francisca .