Coronavirus en Sevilla

Los pisos turísticos se pasan al alquiler en Sevilla sin cambiar su uso

Decenas de propietarios los arriendan ya para largas temporadas manteniendo el permiso de la Junta para ser alojamiento

Varios turistas por la calle Feria Raúl Doblado

Elena Martos

El parón provocado por la emergencia sanitaria ha cogido por sorpresa al colectivo de dueños de pisos turísticos de Sevilla, cuya oferta supera ya con creces a la de los hoteles. Desde principios de febrero comenzaron a recibir cancelaciones en cascadas y la declaración de estado de alarma forzó el cierre absoluto de estos alojamientos. El decreto, que se prolongará al menos hasta el próximo 10 de mayo, prohíbe su contratación para actividades turísticas, pero no como vivienda y a ese resquicio se agarran ya decenas de propietarios que los anuncian en portales inmobiliarios.

Los hay que los comercializan a precios económicos con plazos cortos –hasta el 31 de agosto– esperando que tras el verano la situación se normalice. Otros ofrecen contratos por un año entero, volviendo al mercado de larga duración en enclaves como el Casco Histórico y Triana , donde resultaba verdaderamente difícil encontrar un inmueble a un precio razonable en las principales vías para un arrendamiento tradicional.

Estos pisos se han puesto en el mercado sin perder el permiso de la Junta para funcionar como alojamiento turístico. El registro de la Consejería mantiene la misma cifra que hace dos meses: un total de 5.627, el último centenar se ha dado de alta en marzo. Esas residencias tienen capacidad para alojar a 27.155 viajeros , casi 5.000 más que los hoteles y apartamentos de la ciudad. Los datos se pueden consultar en la web de la administración andaluza, que los actualiza al minuto. Fuentes de Turismo aseguran a ABC que «no se ha visto un gran movimiento en este listado», lo que constata que apenas se han producido bajas .

Las fuentes consultadas aclaran que «el decreto 28/2016 que regula las viviendas con fines turísticos no impide compatibilizar el servicio de alojamiento con el alquiler por temporadas o de larga duración reguladas mediante la ley de arrendamientos urbanos». Eso da una doble ventaja a estos propietarios, que pueden seguir obteniendo beneficios por sus inmuebles, a pesar de la prohibición para hospedar a visitantes.

El decreto andaluz permite compatibilizar el uso como piso turístico y residencial sin darlo de baja

Desde Turismo aseguran que el decreto andaluz ya establece que el uso de estas viviendas queda fuera de su alcance cuando se realiza un contrato de estancia superior a dos meses a la misma persona», considerando que ya no se trata de un hospedaje, sino de una residencia. También aconsejan que «en caso de realizar un contrato de larga duración con la finalidad de una vivienda habitual, podría interesarle cesar su actividad como inmueble con fines turísticos, dado que tanto la propia Consejería como otros organismos públicos pueden realizar un control de esta actividad en el ámbito de sus respectivas competencias y su titular se vería obligado a realizar las justificaciones documentales y administrativas que le puedan ser requeridas. No obstante, es el titular quien opta por cancelar o continuar con su inscripción en el Registro de Turismo de Andalucía ». Y la experiencia demuestra que no ha sido lo habitual pues no se han detectado bajas.

Las plataformas de comercialización como Airbnb han ido perdiendo «anfitriones», como denominan a los dueños, en estas últimas semanas. Mantuvieron la oferta a pesar de las cancelaciones y la incertidumbre del tiempo que dudaría la orden de confinamiento, pero tras la tercera prórroga y las noticias que van surgiendo sobre el cierre prolongado de monumentos, comercios y restaurantes, han perdido inmuebles que ahora se comercializan a través de portales como pisos.com o idealista , para alquiler de larga duración.

Impacto en el precio

Las agencias inmobiliarias también son testigos de este cambio de tendencia, como confirma Miguel Trujillo , presidente de Alianza , la agrupación de oficinas de este sector en Sevilla, que representa a 130 de ellas. Avanza que donde se ha detectado un mayor cambio es en la cartera de pisos y casas que salen al mercado para el alquiler, bien sea turístico o tradicional. En este caso, considera que «la alternativa para sortear esta crisis reside en volver a los inicios y que sean los ciudadanos locales o aquellos que vienen a la capital por trabajo los que se interesen por esas habitaciones libres».

Trujillo reconoce que « algunos propietarios que se dedican al alquiler turístico ya volvieron al tradicional en los primeros 15 días de confinamiento » y pronostica que «seguramente, habrá más casos porque estuvieran valorando la opción de trasladar su vivienda de vacacional a residencial y la pandemia les ha ayudado a tomar la decisión».

Eso repercutirá irremediablemente en el precio con una bajada que ya se empieza a notar en la oferta. Estos días se pueden encontrar viviendas a 600 euros el mes en zonas como la Alfalfa o la Puerta Osario , donde hace apenas unas semanas era totalmente imposible. También en las calles de Triana más cercanas a la plaza del Altozano, que se había convertido en una de las partes más frecuentadas por el turismo.

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