Las pinturas de la caridad y la fortaleza y otros descubrimientos de Santa María la Blanca

La restauración de las yeserías y pinturas murales de Santa María la Blanca ha revelado la representación de la caridad y la fortaleza en el paño del luneto que, posteriormente, fue ocupado por «El triunfo de la fe de Murillo, una de las muchas obras sevillanas expoliadas por el mariscal Soult en 1810, que acabó en Gran Bretaña, donde hoy permanece.

Las pinturas murales halladas corresponden al maestro pintor Alonso Pérez , según ha descubierto en un contrato el catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla Teodoro Falcón , el mayor experto en este templo que fue mezquita y sinagoga antes de recinto cristiano.

Según el catedrático, Alonso Pérez habría decorado con pinturas el templo entre 1650-1655, antes de que, en su reconstrucción entre 1660 y 1665, se revistiera del deslumbrante barroco que, afortunadamente, ha perdurado hasta nuestros días.

Alonso Pérez fue uno de los pintores del cambio generacional que se produjo tras la terrible epidemia de peste de 1649 , trasformación ligada a la transformación estética hacia el Barroco.

Recoge Fernando Quiles , profesor titular del Área de Historia del Arte, en el Departamento de Geografía, Historia y Filosofía de la Universidad Pablo de Olavide , en su artículo «Resurrección de una escuela. La peste de 1649 y el quiebro en la evolución de la pintura sevillana», que Alonso Pérez se examinó de maestro pintor en 1655, aunque aparece «documentado» como tal desde 1650, realizando trabajos incluso para la Catedral y aceptando aprendices.

Son detalles que sirven para continuar armando la historia mayor y menor del templo. Pero no los únicos. Al término de esta fase, relucen otras hipótesis en cuanto a las manos que intervinieron en las yeserías. Fueron los hermanos Borja quienes aparecen tradicionalmente constatados como sus artífices, pero, tanto a juicio de Teodoro Falcón como del restaurador, Juan Aguilar, de Ágora , la mano de Pedro Roldán está en los ángeles y querubines y otras figuras mayores que resaltan en el entramado de la cúpula.

La lógica para sostener la teoría sustentada por la impresión estética apunta directamente que tanto arquitecto, Juan González, como otros artistas de la época trabajaron en equipo en aquellos años de la Sevilla del Seiscientos , caso de la parroquia del Sagrario o de la iglesia de la Caridad . Falcón apunta también al maestro ensamblador Martín Moreno , autor del retablo mayor, pues los motivos de las yeserías aparecen en él.